Departamento de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile

Escuela de Psicología aporta a la discusión pública en salud mental

Con una masiva presencia en el Salón de Honor de estudiantes, académicos e invitados especiales, el encuentro denominado “Hablemos de Depresión” convocó con la idea de analizar los impactos de las enfermedades neuropsiquiátricas desde una perspectiva de salud pública. El énfasis de la jornada estuvo puesto en abordar la depresión, trastorno definido este año como prioritario por la Organización Mundial de la Salud.
“En términos de carga que genera la enfermedad en la población, la depresión tiene el mismo impacto que el cáncer, tanto en muertes como en discapacidad”, Pablo Norambuena

En el contexto de un nuevo Día Mundial de la Salud, que cada año conmemora el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Departamento de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile organizó el conversatorio denominado “Hablemos de Depresión”, con el objetivo de analizar los impactos de esta enfermedad y de la salud mental en general desde una perspectiva de la salud pública.

El encuentro, desarrollado en el Salón de Honor del Plantel, se enmarcó también en la inauguración del año académico de la Escuela de Psicología, y contó con la presencia de su director, Dr. Mario Morales Navarro, el decano de la Facultad de Humanidades, Dr. Marcelo Mella Polanco, además de la participación de importantes invitados, como el asesor del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pablo Norambuena y la directora del Cosam Escolar del Departamento de Educación de la Municipalidad de Quilicura Alejandra Latorre, ambos psicólogos titulados por la Universidad de Santiago.

 

Formación estudiantil

 

A propósito del lema de la OMS para este año, en cuanto a reflexionar sobre la depresión, el Dr. Mario Morales planteó la necesidad de “promover las herramientas existentes para prevenir y tratar esta enfermedad, que afecta a 350 millones de personas a nivel mundial, y donde sólo en América Latina es parte del 5% de la población”.

Además, junto con recordar que un millón de personas muere en el mundo cada año por causas de suicidio, lamentó que Chile ostente uno de los mayores aumentos en la tasa de suicidio, sólo superado por Corea del Sur. “Como Escuela de Psicología debemos involucrarnos en las necesidades del país y estar atentos a los grandes desafíos que emergen como sociedad, lo que claramente se refleja en la formación de nuestros estudiantes”, destacó.

Por su parte, la directora del Centro de Atención Psicológica (CAP) de la Universidad de Santiago, Jade Ortiz, se refirió a las consultas que atienden y reveló que han constatado un aumento en el rechazo a la medicación, entre otros factores. También señaló que ha aumentado el número de casos asociados a una parentalidad sobreprotectora, lo que provoca una falta de tolerancia a la frustración y poca autorregulación emocional.

“Hemos codificado los motivos de consulta en 23 narrativas diferentes, donde la primera de ellas corresponde a aquellas asociadas a dificultades en el estado de ánimo y estabilidad emocional”, detalló. “Es importante considerar los discursos sociales que pudieran estar afectando el diagnóstico de los síntomas de la depresión y de los trastornos afectivos en general”, agregó la académica.

 

Casi nula política pública en depresión

 

“En términos de carga que genera la enfermedad en la población, la depresión tiene el mismo impacto que el cáncer, tanto en muertes como en discapacidad”, planteó Pablo Norambuena, como parte de su exposición titulada “Una perspectiva de salud pública para pensar la depresión y la salud mental”.

Asimismo, el psicólogo analizó la situación de la enfermedad en el país y a nivel mundial a partir de datos recolectados desde 2000 en adelante, abordando aspectos como prevalencia, cantidad de personas afectadas y sus consecuencias. Y aunque cuestionó que la depresión se produzca a causa de la pobreza, subrayó que “la salida de la depresión es mejor en las personas que tienen un nivel socioeconómico más alto. Las personas pobres se sanan menos que lo ricos cuando se trata de depresión”, aseguró.

De acuerdo a Norambuena, la salud pública destina muy pocos fondos al tratamiento de esta enfermedad. “El presupuesto para salud mental es de un 3% del total que se destina a Salud”, criticó, además de advertir que “en salud mental, que explica el 23% de la carga de enfermedades en Chile, solo la depresión constituye el 10%”.

En alusión al largo tratamiento que requiere esta enfermedad, el experto aclaró que “la depresión mata menos que el cáncer, pero puede llegar a cobrar la misma cantidad de años de vida perdidos. Esa es la magnitud de la depresión. Igualmente, explicó que “existen enfermedades que no matan, pero que son crónicas, lo que implica vivir con una discapacidad por mucho tiempo”.

 

Desafío de la depresión infantil

 

Como directora del Cosam Escolar del Departamento de Educación de la Municipalidad de Quilicura, proyecto impulsado hace dos años, Alejandra Latorre valoró que su equipo está integrado casi en la totalidad por psicólogos titulados por la Universidad de Santiago. “Uno de nuestros mayores desafíos es diagnosticar la depresión infantil, lo que resulta muy difícil, porque suele traslaparse con otras enfermedades y trastornos, por lo que es fundamental el rol de los profesionales”, aseguró.

Junto con detallar que el Cosam escolar da respuesta a la atención de niños, jóvenes y adolescentes que se ubican en los establecimientos educacionales públicos de la comuna, explicó que como parte del trabajo cotidiano “debemos establecer un puente de comunicación entre las escuelas, los liceos y el equipo de salud mental, para generar un diálogo permanente en beneficio del bienestar de los niños. Y no en busca de un mejor desempeño académico, sino que asegurar su trayectoria educativa en el ámbito escolar”.

Por ello, advirtió sobre la importancia de la articulación en red y el trabajo colaborativo, como también sobre la necesidad de no perder de vista las anomalías psicosociales. “Uno de los objetivos es trabajar las habilidades y competencias con los docentes para entregarles herramientas de conocimiento en diagnósticos y tratamientos de salud mental. Esto, como parte de una transición desde un modelo de índole punitivo de la escuela tradicional a otro de carácter formativo”, concluyó.

Autor: 
Fernando Seymour Dobud