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Egresada del departamento de Física triunfa con sus estudiantes en Torneo Nacional

Egresada del departamento de Física triunfa con sus estudiantes en Torneo Nacional

  • Yasna Hurtado, física egresada de nuestra Universidad, fue quien lideró al grupo de estudiantes de enseñanza media del Complejo Educacional Consolidada de Puente Alto, que se adjudicó el primer y segundo lugar en el Torneo Chileno de Físicos Jóvenes. Los buenos resultados que alcanzaron en esta iniciativa, organizada entre otras instituciones por el Massachusset Institute of Technology (MIT), ha motivado a los jóvenes a seguir una carrera universitaria en el ámbito de las ciencias o la ingeniería.


 




En julio se realizó la segunda versión del Torneo Chileno de Físicos Jóvenes 2016 (IYPT CHILE 2016), organizado por el Massachusset Institute of Technology (MIT), la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y la Universidad de Santiago de Chile. Los equipos Ión Cena y CEC, liderados por Yasna Hurtado, egresada de la Licenciatura en Educación en Física y Matemáticas de esta Casa de Estudios, obtuvieron el primer y segundo lugar en la competencia.

La docente cuenta que junto con la profesora de Química, María Luz Huenulao, decidieron participar en esta actividad, pues vieron en ella una oportunidad para sus alumnos del Complejo Educacional Consolidada, de Puente Alto.

“Nuestro objetivo era que nuestros alumnos evidenciaran cuán capaces eran y exploraran sus capacidades más a fondo. La mayoría de los que participó, está en un electivo de ciencias (biología, química o física), por lo tanto, esta era una instancia que les permitiría desarrollar habilidades de pensamiento científico”, explica Hurtado.

La profesional de la Universidad de Santiago considera que este resultado positivo refleja el gran trabajo que han realizado sus colegas durante años, labor a la que se sumó el 2016 cuando se integró a este establecimiento educacional.

La docente expresa con satisfacción que, a pesar del poco tiempo que lleva trabajando con ellos, siente que ha sido una motivación para sus alumnos; compromiso que observó durante este proceso donde sacrificaron sus vacaciones de invierno para participar del torneo, añadiendo que “mi mérito es simplemente haber confiado en ellos y haberlos apoyado, algo que en mi formación profesional me fue transmitido por todos mis profesores, la confianza en mis alumnos, en que ellos son capaces y tienen talentos por descubrir y potenciar”.

La Física desde la cotidianidad 

Por otra parte, el grupo de profesores involucrados en las asignaturas de ciencias han tenido la capacidad de acercar estas disciplinas a sus estudiantes; aproximación que han realizado a partir de situaciones que pueden enfrentar a diario sin saber que en ellas estaba presenta una disciplina como la Física.

Según explica Yasna Hurtado, para algunos alumnos, la física es una disciplina que genera temor, sin embargo, los estudiantes de su establecimiento la experimentan a diario, agregando que el profesor Luis Llanca, encargado de los electivos de Física, se ha dedicado a potenciar la experimentación para que los alumnos evidencien la cotidianidad de los fenómenos físicos, algo que considera benefició a los alumnos triunfadores a la hora de obtener resultados destacados.

Considerando los buenos resultados obtenidos con este tipo de prácticas en el aula, la profesora llama a sus pares a experimentar más con los estudiantes. “La Física es tan cotidiana, que no es necesario tener grandes materiales para desarrollar trabajos prácticos, es netamente voluntad de innovar. En mi formación y con ramos de esta índole (¿Cómo funcionan las cosas? I, II y los electivos III y IV por los cuales opté) aprendí como a través de una sencilla silla de escritorio uno puede explicar temas como fluidos, roce, entre otros, ese es mi llamado, utilicemos recursos del entorno y trabajemos con los alumnos en desarrollar sus habilidades de pensamiento científico, y a los alumnos les digo, la física es bella, solo deben buscar mejores estrategias y proponer desafíos para conocerla, de forma autónoma y con ayuda de los docentes. Participen de instancias como estas, aunque no sean los mejores estudiantes, pues experiencias así, generan confianza y mucha proyección académica”, enfatiza.

“Llegar a la universidad está más cerca”

El equipo que obtuvo el primer lugar, denominado CEC, estuvo integrado por Bayron Hurtado, Mauricio Mac-Iver, Benjamín Navarrete, Ignacio Neira, Danilo Vargas, todos alumnos de 4° Medio, además de Paloma Marambio, de 2° medio. En tanto, el equipo Ión Cena  fue integrado por María José Adriasola, María Pamela Echeverría, Alonso González, Daniela Saldaña, todos alumnos de tercero medio.

Respecto a los resultados obtenidos, los integrantes del equipo Ión Cena, comentan que siente un gran orgullo y satisfacción, ya que dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a su proyecto. Por su parte, los vencedores del torneo indican que están contentos de haber participado de esta experiencia, “no solo de haber ganado, sino de haber participado, conocido a compañeros de otros colegios, habernos divertido con nuestros mentores de USA. Nos sentimos orgullosos de haber vencido a colegios de renombre nacional, somos de un colegio de Puente alto, pero hemos dejado en alto el nombre del colegio, con este logro sentimos que llegar a la universidad está más cerca y que somos capaces de muchos buenos resultados”.

Los estudiantes del Complejo Educacional Consolidada indican que lo que más les llama la atención de esta disciplina es su cotidianidad, resaltando que “si bien Chile no potencia de gran forma la actividad científica somos una generación que pretende potenciar esto, ya que esto nos hace feliz y, claro, podríamos estudiar carreras más comunes, pero no seriamos felices”.

Todos los estudiantes de este colegio que participaron en el IYPT CHILE 2016 plantean que esperan seguir carreras universitarias vinculadas a las ciencias e ingeniería.

Periodista titulado por la Universidad, Cristóbal Ponce: “Todos somos responsables de hacer algo por la Educación”

Periodista titulado por la Universidad, Cristóbal Ponce: “Todos somos responsables de hacer algo por la Educación”

  • Una enriquecedora experiencia ha experimentado este ex estudiante de nuestra Universidad ejerciendo como profesor de Lenguaje y Comunicación Oral para jóvenes de enseñanza media, a través de la fundación Enseña Chile.  Su compromiso con esta entidad, sin fines de lucro, le ha posibilitado hacer aportes muy valorado por jóvenes de sectores  vulnerables.


 



Hace un año, Cristóbal Ponce, periodista titulado de la U. de Santiago de Chile, se desempeña como profesor de Lenguaje y Comunicación Oral en el Complejo Educacional Los Andes, ubicado en la comuna de La Cisterna.

Ahí, este orgulloso ex estudiante del Plantel realiza clases de enseñanza media en el contexto del programa a cargo de Enseña Chile, que invita a profesionales de diversas áreas a transformarse en agentes de cambio, para que puedan impactar positivamente dentro del sistema educacional y, en particular, en la sala de clases.

Cristóbal fue interpelado por este llamado y decidió sumarse a la institución, con la convicción de que es posible producir cambios substanciales que mejoren el sistema educacional chileno. Junto a ello, también primaron sus convicciones éticas y valóricas, cuyo eje se encuentra en la búsqueda de la justicia.

Pese a que afirma que podría parecer un planteamiento abstracto, siempre ha sido un principio moral que ha guiado su trayectoria profesional y académica. “Las injusticias también se producen por una inequidad en la Educación. Esa brecha educacional me llamó la atención conocerla en profundidad”, señala.

Actualmente, lo vive de lunes a viernes con sus cursos de enseñanza media. A su juicio, estar –como afirma- “donde las papas queman”, le ha permitido conocer a fondo las deficiencias y problemáticas del sistema educacional y, al mismo tiempo, desarrollar acciones que sean capaces de mejorarlo.

Para Cristóbal, este escenario complejo e inequitativo que ha conocido durante su trabajo en aula, debe interpelarnos como ciudadanos, independiente de nuestra profesión y ámbito de desempeño laboral: considera no hay excusas para la indiferencia.

“Yo creo que todos somos responsables desde la trinchera y el ámbito que sea. Somos responsables de hacer algo por la Educación, que hoy día vive un estado de emergencia. Donde se ven reformas, pero se necesitan cambios estructurales (…), profundos”.

“Chile de verdad”

Al calificar su paso por Enseña Chile y dentro del Complejo Educacional Los Andes, lo define como una experiencia “enriquecedora”, tanto para su profesión como para su vida en general.

“El pasar por la sala de clases me ha permitido conocer diferentes y nuevas experiencias de los estudiantes, del ‘Chile de verdad’ como le digo yo. Ese Chile que a veces no nos muestra la televisión o que a veces lo muestra de mala forma. A través de la prensa, uno lo puede dimensionar, pero no conocerlo tal cual como es”, enfatiza.

Lo ejemplifica con el tipo de vínculo que ha podido consolidar con sus alumnos “Yo con mis estudiantes puedo generar relaciones de empatía, que ellos me entiendan también. Generar un vínculo y así conocernos (…).Eso de verdad lo enriquece mucho a uno como persona”.

De acuerdo a su perspectiva, ese tipo de relaciones, del “tú a tú”-señala-, hoy también se encontrarían en crisis.

ADN U. de Santiago 

Al ser consultado por su conexión con la U. de Santiago y Periodismo en particular, afirma que “la Universidad para mi es mi Alma Máter. Yo la llevo en el alma. Soy bien usachino”, pronuncia orgulloso.

También asegura que estudió Periodismo “porque siempre he querido trabajar en situaciones complicadas, crisis o conflictos. Pero (la experiencia en la sala de clases) me ha servido para entender y socializar el tema de cómo manejarme con la gente y conocer su realidad. Eso yo creo que es importante”. 

Enfatiza que el espíritu universitario, ese caracterizado por su visión crítica y sello social, no es un mero discurso, sino que lo mantiene vivo, día a día. Éste lo guía para sobreponerse ante diversas adversidades que se le presentan dentro de su rol como profesor en aula. “Si la sala se me está mojando, si no tengo electricidad o algo me falla, igual uno aperra (sic)”, recalca.

Para Cristóbal, este espíritu de resiliencia forma parte del ADN “usachino”. “A veces hacer clases es muy complicado en el contexto que uno está, pero uno igual sigue: no deserta. Eso es destacable”, añade.

Sobre sus proyecciones, afirma que tiene pensado retomar el Periodismo y otras actividades que también lo apasionan. “Participo en la Reserva del Ejército, en la Tuna Mayor de Ciencia (de la U. de Santiago) y en la ONG Trabajo y Futuro Chile”, agrega.

Complementa que “trabajar con la gente es algo que me motiva, que me inspira a lo Violeta (Parra). Si yo tuviera que elegir entre todas las cosas que hago, yo decido quedarme con la gente. Para mí eso trasciende”.

Finalmente, al ser consultado si recomendaría que otros profesionales de la U. de Santiago se sumaran a iniciativas como la impulsada por Enseña Chile, afirma que sí,  ya que “cambia la cosmovisión de cómo se maneja el mundo y lo que uno tiene que hacer, relacionado con esa responsabilidad social que todos deberíamos llevar como profesionales, más allá de que yo tenga que ganar dinero o sostener una casa, comprarme un auto o viajar: también tengo que aportar.  Ese aporte es importante para que esta sociedad mejore y, ojalá, no empeore”.

Evelyn Magdaleno, ex estudiante de la FAE: Directora del Senadis pondera formación valórica de U. de Santiago

Evelyn Magdaleno, ex estudiante de la FAE: Directora del Senadis pondera formación valórica de U. de Santiago

  • La Directora Regional Metropolitana del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), titulada en Administración Pública por nuestra Universidad, rememora algunos aspectos claves de su trayectoria, que la han consolidado como una destacada profesional especializada en políticas sociales y de inclusión.

 

Una rutina casi a tiempo completo es la que desarrolla Evelyn Magdaleno (36) a cargo de la Dirección Regional Metropolitana del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis). Entre risas, señala que sólo cuenta con fugaces momentos para realizar Pilates –lo que le permite controlar el estrés- y andar en bicicleta.

También, en esos intersticios de ocio, intenta avanzar en el último libro de Mónica Echeverría y en la serie “Homeland”, thriller político que logró cautivarla. 

Sin embargo, su rutina diaria -focalizada en las políticas sociales y de inclusión-, lejos de constituirse como una carga, es una labor que la enorgullece y que ha desarrollado con placer a lo largo de su trayectoria.

Ese distintivo sello comunitario y social, comenzó a incubarse, de forma incipiente, a través de su experiencia formativa en la U. de Santiago, donde estar en el Plantel, a su juicio, “implicaba hacer muchas más cosas que sólo estudiar”.


Años intensos

Su conexión con la Universidad empezó casi por azar, propia de las vicisitudes y misterios que condensa la vida.

El vínculo inicial partió con un factor geográfico, ya que su colegio quedaba muy cerca del campus universitario. Ahí, en esos años de tímida efervescencia política de mediados de los noventa, se relacionó poco a poco con la comunidad del Plantel.

Su ingreso, ya como estudiante de la Casa de Estudios, se produjo el año 1998, momento en que se matriculó en la carrera de Administración Pública. El énfasis de la malla, focalizado hacia ámbitos de la gestión pública y administrativa, terminó por convencerla.

Fueron cinco años intensos, recuerda, que partían a las ocho de la mañana y solían finalizar a las diez de la noche. En ellos, pudo condensar una aplicada y rigurosa disciplina académica, con su pasión hacia la política (participando en el Centro de Estudiantes y en la Feusach), además del necesario espacio para el ocio.

Al calificar su paso por la institución, lo define, sin titubeos, como “un espacio de mucho enriquecimiento personal. Hoy día tengo grandes amigos, que hasta el día de hoy seguimos reuniéndonos. Pero, además, ha servido para establecer redes, que en mi trabajo actual han sido muy importantes”.

En esta misma línea, destaca que el actual ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, o algunos subsecretarios de Gobierno, “todos somos de la Universidad de Santiago, de la misma generación. Nos conocimos ahí. La verdad es que ha sido muy importante hoy día y nos ha facilitado el trabajo actual el habernos conocido en esos tiempos y haber generado lazos importantes”.

Variados fueron los conocimientos adquiridos durante su tránsito por la Corporación. Entre ellos, destaca la importancia del esfuerzo y la tenacidad, donde poco a poco “vas aprendiendo cómo las luchas van costando un poco más”.

Junto a ello –añade-, en la Universidad le fue posible adquirir capacidades y habilidades para desarrollar cambios sociales, pero siempre de la mano con deberes propios de la disciplina universitaria. Los que incluyen, por cierto, una impecable trayectoria académica, pero también “respetar tu entorno y, además, permitirte hacer vida universitaria”.

Sobre este punto, agrega que “la U. de Santiago se caracteriza por tener muchas vías de esparcimiento, además de las clases. Yo creo que cuando uno aprovecha esas instancias, sin duda, esos años se recuerdan a futuro de mejor forma, ya que aportaron tanto a tu desarrollo personal como profesional”.


Trabajo comunitario

Evelyn enfatiza que fue la primera generación de su familia en ingresar a la Universidad, destacando el impacto personal que tuvo para su desarrollo familiar.

También señala un aspecto que considera fundamental de su paso por la U. de Santiago, ligado a formación de profesionales responsables, que se preocupen y valoren su trabajo. Pero, recalca, si esto no es acompañado de una calidad humana sólida, es difícil conseguir buenos resultados.

Destaca con fuerza el trabajo comunitario generado en la Universidad, donde participó desde la Federación Estudiantil en diversas acciones sociales. “Eso te ayuda muchísimo a desarrollar una labor, sobre todo hoy día desde el Estado, con criterio de realidad. O sea, conociendo el territorio y no tan sólo desarrollando políticas públicas desde el escritorio”.


Etapa profesional

Evelyn egresó el año 2002. Trabajó en la Cepal y paralelamente ingresó a trabajar al Ministerio de Interior.

Posteriormente, estudió un doctorado en Gobierno y Gestión Pública en la Universidad Complutense de Madrid, dedicándose a su regreso al área de servicios sociales, tanto de personas mayores como con discapacidad.

El énfasis en esta área, asegura, surgió paulatinamente, gatillado con las experiencias que vivió por América Latina producto de sus estudios de doctorado, ya que pudo desarrollar proyectos de investigación con temáticas de género, trabajando con mujeres indígenas del continente.

“Esa fue mi primera vinculación a las temáticas sociales y posteriormente derivó en la creación de servicios sociales, que fue algo que yo empecé a ver mucho en Europa y que en Chile no estaban desarrollando”.

Esa experiencia, tanto teórica como práctica, la llevó a integrarse a trabajar al Servicio Nacional del Adulto Mayor, “donde desarrollamos políticas importantes, creando las primeras residencias para personas mayores, las primeras viviendas tuteladas por parte del Estado, que son modelos que yo pude ver en Europa”.

Acciones que ha continuado profundizando, esta vez bajo el Senadis, como directora Regional Metropolitana.


Ojos desde el derecho

Sobre los desafíos pendientes en materias de discapacidad, señala que el ámbito de educación es un foco primordial, “sobre todo con la discapacidad intelectual, donde la mayoría de las personas que hoy día pueden acceder a la Universidad o a una educación de buena calidad, son personas con discapacidad física, pero hay una gran brecha de cómo hacemos ejercicio del derecho a la educación para las personas con discapacidad intelectual”.

“Creo que el gran desafío tiene que ver no sólo con la política pública, sino con el cambio cultural tan necesario que requerimos en nuestro país, al empezar a mirar la discapacidad con los ojos del derecho y no con los ojos de la beneficencia”, agrega.

En relación al rol que puede jugar la comunidad U. de Santiago en la concreción de este cambio cultural, destaca la experiencia realizada por la Facultad de Ciencias Médicas bajo su carrera de Terapia Ocupacional. Ahí “trabajamos fuertemente con ellos e inspiramos a los profesionales  para salgan con este espíritu comunitario”.

A su juicio, esa impronta contribuye a “cambiar el foco y hacer que los nuevos profesionales vengan con esta mirada más desde los derechos y desde lo comunitario, más que desde los egos que muchas nos traicionan”.

También considera que un problema central radica en que “la gente siente que ámbitos como la discapacidad es más sanitario que social o de la política pública”.

Finalmente, realiza un llamado a la comunidad de egresados de su área y a los futuros profesionales para que se involucren en iniciativas de impacto social y de servicio público, señalando que la Administración Pública “no tiene que ver sólo con el desarrollo de los Recursos Humanos o con las Finanzas Públicas, sino que también podemos ser un aporte en los programas sociales, desde las políticas sociales o desde muchos otros ámbitos”.

Y a su juicio, es fundamental nunca olvidar que la construcción de un ciudadano íntegro se moldea día a día, incorporando acciones que transitan “desde saludar en las mañanas a las personas que están en el ascensor hasta poder desarrollar tu trabajo de forma transparente. Creo que esos son valores que de una  u otra forma se fueron reflejando y fomentando aún más en la Universidad”.

Estudian inserción laboral de egresados de Periodismo y Psicología

Estudian inserción laboral de egresados de Periodismo y Psicología

  • El Doctor Mario Morales, académico de la Escuela de Psicología, se adjudicó el proyecto Dicyt 2016 cuyo objetivo es detectar la capacidad que tienen las instituciones superiores para brindar oportunidades a los estudiantes con el fin de acceder, permanecer y obtener finalmente, buenos resultados en el ámbito laboral.     

 






El acceso a la educación superior en el país se ha incrementado de forma considerable, sin embargo, el ingreso no garantiza ni la permanencia en la carrera ni el egreso. Ante esto, el Dr. Mario Morales, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile, estudiará en su proyecto "Equidad en la Educación Superior en Chile: Resultados de la formación universitaria en las carreras de Psicología y Periodismo", financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt), la capacidad que tienen las instituciones para brindar oportunidades a los estudiantes para acceder, permanecer y obtener buenos resultados al egresar.

La investigación se prolongará durante dos años y en ella se espera contar con la información de los egresados de Periodismo y Psicología de los años 2014 y 2015.

Según comenta el académico, “la elección de ambas carreras obedece al alto número de egresados anuales y, por otra parte, la masificación en el acceso, situación que genera mayor interés en los investigadores debido a que son carreras que generan mayores dificultades por la competitividad  en la compleja inserción de estos profesionales en el mercado laboral y desempeño profesional”.  

Las experiencias vividas por los estudiantes egresados permitirán apreciar las condiciones de equidad presentes en la educación superior. Lo anterior, implica caracterizar las condiciones de la inserción laboral de los egresados de estas carreras a partir de un análisis comparado de cohortes de egreso con distintos niveles de selectividad. Analizar la formación académica y profesional, para establecer la pertinencia de la oferta educativa en el proceso de inserción laboral y contrastar las condiciones de la inserción laboral de los egresados de la educación superior con la formación académica y profesional, para identificar los factores que influyen en una incorporación laboral exitosa.

Para el desarrollo de la investigación el profesor contactará a un grupo de estudiantes egresados y titulados que puedan ser parte del estudio, pues según señala “el acceder a la experiencia que los alumnos vivieron al ingresar a la carrera, el proceso durante su permanencia en la Universidad y finalmente  la experiencia que han alcanzado para obtener un puesto de trabajo en el mercado laboral, al enfrentar un mundo competitivo”, permitirá contar con la información necesaria para conocer la equidad desde la propia experiencia de los estudiantes. Es por ello que, en función de los objetivos propuestos, el Doctor Morales empleará métodos de recolección y análisis de información de características cuantitativas y cualitativas.

“La combinación de ambos enfoques permitirá una triangulación metodológica y epistemológica que asegurará la calidad y robustez de los hallazgos”, asevera.

Al término de la investigación, el Dr. Morales espera contar con un perfil de egreso de los estudiantes de las carreras de Periodismo y Psicología que permita elaborar estrategias pedagógicas y didácticas diferenciadas en función de las tipologías que arroje el estudio.

“Lo anterior permitirá contar con un modelo para que la Universidad de Santiago asegure la permanencia y la equidad en los resultados de todos los “tipos” de estudiantes que anualmente egresan y se titulan. En síntesis, se contará con insumos para generar propuestas que contribuyan a hacer más fluida y más equitativa la educación superior en términos de los resultados de la formación recibida”, comenta el investigador.

El académico de la Escuela de Psicología asegura que este mismo estudio podría ser replicado en otras carreras de distintas facultades. De esta manera, la investigación propuesta pretende hacerse cargo de una necesidad de evaluar la equidad del sistema de educación superior en Chile, a través de los resultados de la formación universitaria en la formación profesional y en la inserción laboral de diferentes tipologías de los estudiantes egresados.
 

U. de Santiago aporta a la salud pública con 90 nuevos especialistas

U. de Santiago aporta a la salud pública con 90 nuevos especialistas

  • La ceremonia estuvo encabezada por el Decano, Dr. Humberto Guajardo, y contó con la presencia de la subsecretaria de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, Dra. Gisela Alarcón, además de autoridades, académicos y familiares de los profesionales. En la ocasión, la máxima autoridad de la Facultad destacó que “con esta promoción, nuestra Universidad se sitúa entre las primeras del país en la formación de médicos especialistas”.

 





59 hombres y 36 de mujeres recibieron el título  que los acredita como especialistas en las áreas de Anatomía Patológica, anestesiología, ginecología y obstetricia, urología, entre otras 12.

En la ceremonia, la subsecretaria de Redes Asitenciales, Dra. Gisela  Alarcón, felicitó a la Universidad de Santiago por este aporte para la salud de Chile e instó a sus autoridades a “seguir formando especialistas con una mirada de redes integradas de atención, empatía y cercanía con las personas”.

Se trata de más de 90 médicos quienes recibieron su título de especialistas en el marco de una ceremonia encabezada por el Decano, Dr. Humberto Guajardo, y a la que asistió la subsecretaria de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, Dra. Gisela Alarcón, además de autoridades, académicos y familiares de los profesionales.

Durante su discurso, la máxima autoridad de la Facultad felicitó a esta nueva promoción. “La Universidad de Santiago está orgullosa  de que hoy un nuevo grupo de jóvenes profesionales se titule como especialistas, pues estamos seguros que con su trabajo, dedicación y esfuerzo serán un gran aporte a la salud chilena”.

El Dr. Guajardo señaló que “con esta promoción de especialistas, la Universidad  de Santiago de Chile se sitúa entre las primeras del país en la formación de especialistas”.

Luego de la intervención del Decano, el director de Postgrado y Postítulos, Dr. Enrique Roncone, señaló en su discurso “que  siendo esta una Universidad estatal y pública, es  parte de nuestra misión permanente trabajar en la formación de nuevas generaciones que aporten al desarrollo  de Chile con una mirada integral e  inclusiva; una mirada que permita dar respuesta de manera efectiva a los grandes problemas que afectan al país”.

El Dr. Roncone señaló que “no tengo dudas que con el espíritu de cada uno de ustedes, médicos jóvenes, serán capaces de impulsar y promover al interior de sus trabajos iniciativas solidarias de gran impacto para la comunidad, valores que caracterizan a los profesionales de nuestra Universidad”.

Tras la intervención del director,  los médicos de  las 15 especialidades que se titularon este 2016 recibieron  su certificado como especialistas en  anestesiología, anatomía patológica, cirugía, imagenología neurología pediátrica, neurología adulto psiquiatría infantil y del adolescente, psiquiaitría adulto, ginecología y obstetricia, urología, medicina interna, medicina de urgencia, neurocirugía, traumotología y ortopedia, medicina de urgencia,

Reconocimientos

Durante la ceremonia el decano de la Facultad entregó  la ‘Medalla Facultad de Ciencias Médicas’, distinción que destaca la trayectoria y compromiso de un médico de nuestra Universidad.

El reconocimiento este 2016 recayó en el Dr. Heinz Marurseberguer Stein, médico neurocirujano, quien es jefe del programa de la especialidad en el Hospital Barros Luco.

Además, este año se entregó por primera vez el “Premio Vinculación con el Medio”,  en reconomiento al programa que ha desarrollado iniciativas de impacto social en la comunidad.

En esta oportunidad fue el Programa de  Medicina Interna del Hospital San José el que fue reconocido por su labor a través de los operativos médicos sociales que cada año impulsan en distintas zonas del país.

El doctor Roncone fue el encargado de entregar este galardón al coordinador del programa, Dr. Luis Ramírez.

A nombre de los nuevos diplomados

En representación de los titulados, el médico internista Alejandro Ceballos destacó que la “Universidad de Santiago de Chile es una institución que ha sido sobre todo inclusiva, pluralista  y abierta,  ya que ha permitido el ingreso de médicos de distintas latitudes”.

 El Dr. Ceballos señaló en su discurso señalando que “estoy seguro que cada uno de ustedes sabrá cumplir con su labor de la manera más consciente, con un enfoque humano, anteponiendo siempre las necesidades de nuestros pacientes y como dijera en palabras Sir Robert Baden Powell, intentado dejar este mundo mejor de lo que lo encontramos”.

Finalmente,  la subsecretaria también quiso felicitar a los jóvenes. “Los noventa médicos que se titularon representan, por una parte, el esfuerzo de una universidad estatal, símbolo de esfuerzo, de equidad y promoción social en el país. Por otra parte, encarnan el anhelo de un gobierno por cerrar una de las brechas más dolorosas para nuestra población, como es la de especialistas”.

La autoridad de gobierno cerró la ceremonia, instando a “todos quienes son parte de la U. de Santiago de Chile  “a seguir avanzando en nuestros campus clínicos, a seguir formando especialistas y profesioanles de la salud con mirada y pensamiento de redes integradas de atención, con empatía y cercanía con las personas”.
 

Patricio Canales, ex estudiante del Plantel y creador de la cooperativa CoEnergía: “Queremos transformarnos en una constructora de viviendas sociales a bajo costo”

Patricio Canales, ex estudiante del Plantel y creador de la cooperativa CoEnergía: “Queremos transformarnos en una constructora de viviendas sociales a bajo costo”

  • Egresado de Ingeniería de Ejecución en Electricidad en 2011, hoy se desempeña como jefe de proyectos de esta empresa autogestionada por sus trabajadores, integrada por ingenieros, arquitectos, abogados, soldadores y eléctricos de entre 20 y 70 años de edad.
     





A los 16 años, Patricio Canales Tapia ya realizaba pequeños trabajos eléctricos. Motivado por su padrastro, quien se desempeñaba en ese ámbito, generaba algunos recursos trabajando los fines de semana y en el verano. Una actividad que se transformaría, más adelante, en una gran oportunidad.

Mientras cursaba enseñanza media en el colegio Excelsior, gracias a un gran esfuerzo económico de su familia -integrada además por su mamá y tres hermanas menores, con quienes vivía en la comuna de Independencia-, no tenía claro su futuro. “Me gustaba la matemática y la física, pero no sabía qué estudiar. Sí sabía que necesitaba una carrera que nos permitiera salir adelante a mí y a mi familia”, recuerda Patricio.

Decidió que la Universidad de Santiago de Chile sería el lugar más adecuado e Ingeniería Civil en Electricidad la carrera a la que ingresó en 2004. “Es una de las mejores universidades, me alcanzaba el puntaje y podía acceder a crédito y becas. Me sentía muy identificado con el tipo de estudiante de esta Universidad, pues vengo de un estrato social muy vulnerable. Además que me la recomendó mi padrastro”, reconoce.

Trabajo social comunitario

Siempre con la idea de un futuro laboral que le asegurara autonomía e independencia, Patricio decide congelar la carrera. Una crisis vocacional que incluso lo llevó a viajar a Argentina y México durante un año. “Trabajé en distintas cosas, donde mi objetivo era conocer cómo funcionaban otros países”, aclara, añadiendo que “en Argentina conocí el mundo de las empresas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores”.

A su regreso a Chile, con las ideas más claras, Patricio retoma los estudios, pero ahora en Ingeniería de Ejecución en Electricidad. “La Universidad me sirvió para tener un momento en el que uno se piensa a sí mismo y preguntarme qué quería hacer con mi vida”, aclara. En ese contexto, participa en varias iniciativas sociales que comienzan a darle forma a sus ideas y expectativas.

“Comprendí que el conocimiento técnico adquirido en la Universidad y a través de la experiencia laboral podía ser un aporte para la sociedad. Me reencanté con ese amor que tenía desde chico con lo manual y lo técnico”, confiesa con nostalgia.

Del voluntariado a la cooperativa

En 2010, luego del terremoto, trabajó junto a otros estudiantes, más el apoyo del centro de alumnos y del Departamento de Ingeniería Eléctrica, con un grupo recolectores de algas en Bucalemu, Sexta Región, en un proyecto de autoconstrucción de viviendas. “Logramos que una toma, integrada por doce familias, formaran la cooperativa 'La Lancha', como una empresa autogestionada por sus trabajadores”, detalla. Trabajadores que simplificaron la cadena de distribución, mejoraron sus precios de venta y transformaron sus relaciones sociales.

Es así como en 2011 decide junto a un grupo de personas crear una empresa, la que a partir de 2013 se transformaría en la cooperativa de trabajo CoEnergía. “Fundada en función del trabajo y no del capital que aporte cada uno de sus socios”, aclara rápidamente, recordando que “empezamos a experimentar otra forma de producir. Hay que atreverse a vivir la experiencia y entender que los procesos de aprendizaje y crecimiento ocurren a partir de lo que uno hace y no solo de lo que uno piensa”.

Otro proyecto aparece en su camino. Esta vez en la comuna de Paredones, también en la Región de O'Higgins, donde mediante un voluntariado, con participación de estudiantes de Ingeniería en Electricidad de la Universidad de Santiago, instalaron sistemas de electrificación en diez viviendas.

Consolidación del proyecto

Hoy, la cooperativa en la que Patricio se desempeña como jefe de proyectos está integrada por quince personas, de entre 20 y 70 años de edad. Con un sistema de rotación de puestos, todos los socios -ingenieros, arquitectos, abogados, soldadores y eléctricos-reciben los mismos ingresos, en función del trabajo.

Con un galpón en la comuna de Quinta Normal, se desenvuelven en el rubro de la construcción, con trabajos de ingeniería y montajes industriales, en Santiago y en otras ciudades del país. Además, éste y el próximo año ejercen la presidencia de la Federación de Cooperativas de Trabajo Trasol, agrupación que reúne a diez cooperativas a nivel nacional, con la participación de alrededor de 200 trabajadores.

“Ha sido un proceso psicológico que nos permite crear nuevas personas, buscando generar estabilidad emocional y económica”, explica. Y si bien reconoce que existen lugares donde laboralmente no les abren las puertas, asegura que sus clientes optan por ellos, por tratarse precisamente de una cooperativa. “Hemos pasado de grandes constructoras a otras más pequeñas, básicamente arquitectos y oficinas de construcción. Incluso algunas experiencias con el sector público”.

Viviendas sociales a bajo costo

Hoy, a sus 30 años, Patricio vive en la comuna de Recoleta junto a su pareja. Agradece las constantes invitaciones que reciben de estudiantes de distintas universidades para exponer y compartir el ámbito de las cooperativas. “Necesitamos transmitir los conocimientos y ojalá poder estrechar vínculos con las universidades”.

También disfruta impartiendo clases de electricidad en poblaciones. “En la cooperativa gastamos todos nuestros excedentes en autoeducación y en temas sociales. Siempre tratamos de que los maestros que se integran como trabajadores aumenten sus conocimientos técnicos”. Incluso se han desempeñado como inspectores de viviendas sociales.

Precisamente en ese ámbito radica la gran apuesta. “Nuestro objetivo de largo plazo es transformarnos en una constructora de viviendas sociales a bajo costo”, anticipa, añadiendo que en lo inmediato aparece el proyecto del “Tataller”, una fábrica de muebles que se está implementando en el mismo galpón para que trabajen los adultos mayores que integran la cooperativa.
 

Luis Allendes, ex estudiante de Ingeniería Comercial: “Hay que superar la visión de paternalismo y lástima sobre la discapacidad en Chile”

Luis Allendes, ex estudiante de Ingeniería Comercial: “Hay que superar la visión de paternalismo y lástima sobre la discapacidad en Chile”

  • Luis Allendes, egresado de la Universidad, se desempeña como director comercial en la Fundación Ronda Chile, entidad sin fines de lucro que impulsa en empresas e instituciones públicas una amplia gama de acciones concretas de responsabilidad social inclusiva; esto en la idea de trabajar la inclusión como una política primordial dentro de sus estructuras.

 





Devolverle la mano a la vida. Esa fue una de las principales motivaciones que tuvo Luis Allendes (47), Ingeniero Comercial de la Universidad de Santiago de Chile, para integrarse a Ronda Chile, fundación dedicada a la promoción de políticas con una mirada integradora en torno a la discapacidad y la inclusión, alejada de una mirada paternalista.

Una escuela de manejo para personas con discapacidad, la realización de maratones inclusivas o el exitoso documental “Diarios de Tricicleta” protagonizado por uno de sus directores, Felipe Orellana, son sólo algunas de las iniciativas impulsadas por la entidad en su corto tiempo de existencia.

Estudios en tiempos de Pinochet 

Luis nació en la Isla de Pascua, pero se mudó tempranamente a Iquique, donde realizó su educación básica y media. Tras estudiar durante un año en la Universidad Católica de Valparaíso, este fanático del fútbol y aficionado al longboard, decidió continuar su formación profesional en la Universidad de Santiago de Chile, específicamente en la carrera de Ingeniería Comercial.

Pese a que siempre quiso estudiar Medicina, poco a poco fue interiorizando que sus aptitudes se ligaban hacia el ámbito matemático.

Ingresó a la U. de Santiago el año 1988. Ahí, le tocó vivir periodos álgidos en términos político-sociales, con Pinochet al mando del país y con el rector designado Raúl Smith Fontana a la cabeza de la U. de Santiago. En la Casa de Estudios, en medio de protestas y un ambiente muy politizado, presenció los últimos suspiros de la dictadura.

“Me acuerdo que fue una época complicada, con mucha rebelión estudiantil”, señala. Recuerda que le tocó participar en muchas protestas en la Universidad, donde el plantel era reconocido “por su comportamiento revolucionario, de protestas muy fuertes. Yo fui testigo de muchas entradas de carabineros, micros, de protestas con bancas y sillas por todo el Planetario”.

Ese contexto de efervescencia política, a su juicio, jugó un rol importante dentro de su paso por la Universidad, espacio donde, ya sea en una protesta, en el casino de la FAE disfrutando del Mundial de Italia 90 o en medio de una clase de Ingeniería, siempre estuvo inserto en un clima de diversidad e inclusión, situación que reconoce y valora hasta hoy.

Para él, este ambiente se asemejaba mucho a lo vivido en su juventud en la ciudad de Iquique. “En mi colegio estudiaba con el hijo del alcalde y con el hijo del basurero: éramos todos amigos. Yo sentía que eso se replicaba en la Universidad”.

También, fue un activo deportista en la Casa de Estudios. Jugó fútbol, tenis e incluso fue seleccionado nacional de rugby. “Creo que hice mis grandes amigos en la Universidad. Aún los mantengo todavía”, agrega con nostalgia.

Al momento de caracterizar un sello distintivo de su formación, afirma que a diferencia de estudiantes de otros planteles, “teníamos más calle que el resto de las universidades: éramos más de arremangarnos la camisa.  Teníamos  una orientación mucho más social que el resto de las universidades, quizás hasta más humanistas.  Éramos gente muy preocupada de lo social, de nivelar la cancha, de hacer una economía más sustentable y más equitativa. También éramos más hippies, era difícil ver gente con corbata o con terno”.

Industria “canibalística”

Posterior a su egreso el año 1993, Luis se especializó en el mundo del retail, con un fuerte enfoque en el marketing, desarrollando diversas labores gerenciales en marcas internacionales.

Para Luis, el sello de su alma máter le ha permitido afrontar su quehacer laboral bajo otra óptica, donde las relaciones humanas juegan un rol preponderante, por sobre “el nivel del negocio o las utilidades que pueda obtener”. Algo poco común, afirma, en una industria ruda, que define como “canibalística”.

 “Eso me ha llevado a ser súper exitoso en mi trabajo, porque genero vínculos, que son mucho más duraderos que el negocio puntual”, agrega.

Ronda Chile 

Ante la consulta sobre su llegada a Ronda, señala que “tiene que ver con esta forma de ser, de devolverle la mano a la vida”.

Sin embargo, aclara que él fue invitado a participar por María José Escudero, gerente general de la entidad y fundadora de Ronda. “Me pareció una idea maravillosa, significa puros regalos en mi vida y en la del mundo que me rodea”.

La entidad, fundada a fines de 2014, busca transformar la percepción de la sociedad respecto a la diversidad y la discapacidad, a través de cambios concretos en organizaciones, que incorporen responsabilidad social inclusiva como una política primordial dentro de sus estructuras.

En relación a sus principales objetivos, señala que, junto con propiciar una mirada integradora y positiva, buscan cambiar “la visión de paternalismo y de lástima respecto a lo que es la discapacidad en Chile”.

De acuerdo a su diagnóstico, pese a reconocer el rol positivo que juega la Teletón en la sociedad chilena, considera que ha contribuido a exacerbar una visión paternalista en torno a la discapacidad.

“Nosotros tenemos claros el tremendo trabajo que hace Teletón, pero entendemos que su visión y la forma de enfrentar la discapacidad, no genera que las personas puedan incluirse realmente en la sociedad”.

El radio de acción de Ronda se enfoca en la unión de las empresas privadas y las fundaciones con el patrocinio del Senadis, con la finalidad de que  “ellas nos den visibilidad para ir creando una conciencia social inclusiva y así transformemos la sociedad”.

Charlas, talleres inclusivos, fortalecer la accesibilidad universal, acciones concretas de inclusión laboral o campañas comunicacionales, son algunas de las acciones impulsadas por la entidad, que busca incentivar el debate ciudadano, en la línea de romper paradigmas anquilosados sobre cómo comprender la discapacidad en el país.

Superar la caridad 

En torno a los desafíos pendientes sobre la inclusión en el país, junto con criticar un cierto abuso del concepto a nivel público sin anclarlo en acciones concretas, considera prioritario avanzar hacia una inclusión responsable.

“Yo creo que el país se ha acostumbrado mucho a trabajar desde la caridad”, enfatiza. Sobre el mismo punto, agrega que aún faltan iniciativas que superen la lógica de “donar el vuelto” y que avancen hacia políticas públicas a largo plazo, que tomen la problemática con la dignidad que se merece.

Junto a ello, considera que la ciudad aún no ha abordado las carencias en torno a accesibilidad, lo que no permite que una persona con discapacidad pueda moverse libremente en ella. Lamenta, por ejemplo, que existan mayores facilidades para ciclovías -las que valora- que para el desplazamiento de sillas de ruedas.

“Por ejemplo, pongo el caso de  alguien que se movilice en silla de ruedas. Además de las  dificultades para desplazarse por Santiago, debe buscar alternativas prácticas para transportarse por la ciudad y saber dónde puede contar con un baño que le permita utilizarlo. En ese caso, su waze mental está determinado por la ubicación física  que pueda tener de donde están los  baños  realmente inclusivos,  y el tiempo de movilizarse entre uno y otro”.

Finalmente, invita a la comunidad de egresados y de estudiantes a sumarse a causas que tengan que ver con el ámbito social, ya que entregan un aporte, a su juicio, que va mucho más allá de lo económico.

“Desde conversaciones en familia y con amigos o solo con ver el feedback de personas que te dicen gracias por estar pensando por nosotros sin ningún interés, hasta la alegría de ver cómo se van haciendo realidad proyectos que en un principio eran pensados como de locos, es un regalo y que tú haces a la sociedad en que vives . Tú no te imaginas el poder que tiene dar algo más allá que tu trabajo al mundo”, concluye.  
 

Camila Caro, ex estudiante de Licenciatura en Estudios Internacionales: “A los egresados de la U. de Santiago nos reconocen como críticos y proactivos”

Camila Caro, ex estudiante de Licenciatura en Estudios Internacionales: “A los egresados de la U. de Santiago nos reconocen como críticos y proactivos”

Experta en Comercio y Relaciones Internacionales, ha desarrollado una destacada trayectoria profesional en ProChile, donde se desempeña como Coordinadora de Industrias Creativas. La también Magíster en Estudios Internacionales por nuestro Plantel, centra su quehacer en el apoyo de la internacionalización de las empresas chilenas de su área, en particular las “micro” y las Pymes no exportadoras.
 


“Hay un día en que el soñador y el sueño se encuentran, y eso sucedió hoy”, pronunció un emocionado Eduardo Berizzo, momentos después de obtener el primer título en la historia del club O’Higgins de Rancagua. Dicha frase aún estremece a Camila Caro,  egresada de Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago y también fanática del club de la Provincia de Cachapoal. “La incluí en mi tesis de Magíster, a modo de agradecer todo lo que he vivido”, pronuncia emocionada la joven oriunda de la Sexta región.

Su pasión por el fútbol y por dicho club en particular,  proporciona pinceladas del temple y carácter de esta orgullosa integrante de nuestra comunidad de egresados, asociado a la perseverancia, la lucha ante la adversidad y a un trabajo metódico constante, que le ha permitido posicionarse como una profesional ya consolidada en su rubro.

Asegura ser fanática de O’Higgins de “toda la vida”, compartiendo tribuna con vecinos, sus sobrinos, además de familiares y amigos. “Es súper rico el ambiente que se da hoy en día en el Estadio, que uno muchas veces en Santiago no lo ve. Hay un sentido de comunidad y de seguridad. Eso me mantiene muy vinculada el club, a mi familia y a Rancagua”.

Compromiso social y político

Camila ingresó a la U. de Santiago el año 2008, para cursar la carrera de Licenciatura en Estudios Internacionales. “Di la PSU el 2006 y quedé en la Universidad de Valparaíso, pero no me quise ir, no estaba segura. Volví a darla, con el compromiso con mis papás de buscar algo que me gustara, que me convenciera”, dice.

En ese proceso, realizó una revisión de las mallas de carreras ligadas al área de las Ciencias Sociales y ahí encontró Estudios Internacionales. “Me acuerdo que le mandé un correo al profesor Marcelo Mella, que era el Jefe de Carrera y que actualmente es el Decano de la Facultad de Humanidades, para preguntarle de qué se trataba. Ahí me mandó información. Ese año, el 2007, comenzaba la primera generación, y yo dije: esta es mi carrera”.

Su decisión la obligó a trasladarse de Rancagua, su ciudad natal. “Felizmente quedé. Me obligó a venirme a Santiago, situación de la que no me arrepiento. De ahí en adelante han pasado muchas cosas buenas”.

Sobre su experiencia en la carrera, que se extendió hasta el año 2013, afirma que “si bien no fue fácil, ya que había mucha lectura y harto análisis desde el día uno, me fascinó desde el principio. Fue súper bueno, no me arrepiento de la decisión que tomé”.

Su paso por la Casa de Estudios también lo recuerda con orgullo, afirmando que “es una Universidad que desde un principio te ata. Te genera un compromiso social y político”.

Sobre este punto, agrega que participó activamente en las movilizaciones estudiantiles del año 2011, proceso que la obligó junto a sus compañeros a esforzarse de sobremanera al momento de retomar sus compromisos académicos.

Sin embargo, no se arrepiente: “Hoy en día, cuando uno ya está viendo los resultados de lo que fue la lucha estudiantil en los noventa, el 2006 con la Revolución Pingüina o el 2011 con el movimiento estudiantil, eso también te enaltece: yo estuve en la Universidad de Santiago cuando pasó eso”.

A su juicio, el compromiso social, los vínculos personales que se van gestando, junto al alto nivel académico, son aspectos centrales de la formación proporcionada por la U. de Santiago. “Uno cuando sale al mercado laboral y dice “soy de la Universidad de Santiago”, es completamente distinta la relación. Los profesionales de otras universidades también reconocen al egresado como una persona que tiene capacidad crítica, más analítica: que es proactivo. Y yo creo que eso no se da en otras universidades”.

Por estos días, Camila se encuentra leyendo, junto a libros y documentos sobre comercio internacional, “La pirámide invertida” de Jonathan Wilson, que profundiza sobre distintas tácticas de fútbol,  pero que también pueden utilizarse en otros ámbitos de la vida, “en términos de negociación, de estrategia”. Conocimientos que, por cierto, le han servido dentro de su desarrollo profesional en ProChile, donde se desempeña actualmente.

Llegada a ProChile

Su arribo a ProChile, entidad encargada de realizar la promoción de exportaciones a nivel gubernamental, la califica como “una hermosa coincidencia”. Tanto dicha entidad, como la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), aparecieron nombradas, de forma reiterada, dentro de los libros, tratados y documentos a los que recurrió mientras realizaba su investigación de tesis de pregrado, focalizada en la apertura comercial de Chile durante los gobiernos de la Concertación.

“Me gustó el trabajo que hacían, por lo que empecé a preguntar y mandé un correo (a ProChile), señalando que quería realizar mi práctica en la institución”.

Sin demasiadas expectativas, recibió un llamado consultándole sobre las particularidades de su carrera, lo que desembocó en una entrevista, que formalizó su entrada a dicha institución.

“Me fue súper bien. Hice muy buenas migas con la gente. Me sentí muy a gusto. Yo me levantaba –y aún lo hago- muy feliz para ir al trabajo”, asegura.

A su juicio, uno de los aspectos más positivos de dicha experiencia radica en que pudo aplicar, en la praxis, cada uno de los conceptos abordados dentro de su investigación y dentro de su especialización de pregrado.

Ya terminada su práctica, ingresó al Magíster en Estudios Internacionales del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA). En él, mientras estudiaba, postuló nuevamente a ProChile, al cargo de Coordinador Sectorial de Minería.

“Me acuerdo que me avisaron un 17 de septiembre (de 2013) que había sido seleccionada. Para mí es un hito en mi vida (…). Partí en minería y estuve un año seis meses. El año pasado el director me propuso integrarme al equipo de Industrias Creativas, que era una unidad que se creó a principios del año pasado, y que tenía una muy buena proyección. Así que no lo dudé y acepté. Me integré a un equipo realmente espectacular”.

Dentro de las labores que realiza, ya como Coordinadora Sectorial de Industrias Creativas, se encuentra el apoyo las empresas chilenas del área, principalmente las “micro” y las Pymes no exportadoras.  “Esto incluye la industria de la música, el sector editorial y el diseño (principalmente gráfico e industrial). Los apoyamos en su proceso de internacionalización”, señala.

Afirma que dentro de los planes sectoriales para ProChile, existen cinco enfocados para industrias creativas, que incluyen animación, videojuegos, audiovisual, editorial y música.

Acuerdos “tridimensionales”: desafíos pendientes en las relaciones internacionales

Reflexionando sobre su área profesional y campo de estudio, considera que existen una serie de desafíos pendientes, que podrían incorporarse en torno a los acuerdos y tratados internacionales.

A su juicio, estos deberían incluir elementos más transversales, “que tengan un carácter de democratización y de cooperación internacional. Que sean acuerdos tridimensionales y que no aborden solo el tema comercial, sino también el político y el cooperativo”.

También, enfatiza en la urgencia de abordar un importante reto en términos comunicacionales, en el sentido de no circunscribir las relaciones internacionales sólo a disputas territoriales con países vecinos. “De hecho, algo tan básico, que uno tenga la posibilidad de comprar un celular o que una empresa pequeña pueda salir a exportar, es producto de las relaciones comerciales de los países. Eso también falta, que la ciudadanía le preste mayor valor y así se enaltezca un poco más la labor del comercio internacional y de las relaciones internacionales”.

En este sentido y a modo de conclusión, estima que los futuros profesionales de Estudios Internacionales de la Corporación, jugarán un rol clave, “precisamente en acercar estos temas a la ciudadanía y de también ir ganando espacios en el ámbito de las Ciencias Sociales Creo que tanto los que ya egresamos como los que van a egresar, tienen que enaltecer el rol de su profesión”.

Subdirectora del Instituto Nacional de la Juventud y ex estudiante Natalie Vidal: “La U. de Santiago te entrega amplitud de mente”

Subdirectora del Instituto Nacional de la Juventud y ex estudiante Natalie Vidal: “La U. de Santiago te entrega amplitud de mente”

  • Esta destacada administradora pública ingresó a nuestro Plantel en 2003 y todo lo que vivió fueron buenos momentos. “Tengo mis mejores recuerdos tanto personales, como políticos y académicos. O sea, es un tipo de vida universitaria que no se da en ningún otro lado”, asegura.

 





Son reducidos los espacios disponibles en medio de su atareada rutina a los que tiene acceso Natalie Vidal, Subdirectora Nacional del Instituto Nacional (Injuv). La joven profesional, titulada de Administración Pública de la U. de Santiago de Chile, intenta ocuparlos leyendo sobre economía y teoría política, además de disfrutar de series como “House Of Cards” o “Game of Thrones” junto a su pololo.

Ambos dramas, dejando de lado los dragones, los “caminantes blancos” o el sabroso cariz policial de la primera, condensan de manera subrepticia una de las pasiones que ha transitado durante toda su trayectoria, relacionada con su amor a la política y al servicio público, en el sentido más amplio y noble del concepto.

Sin embargo, puntualiza que más allá de conocer el destino de John Snow o de escudriñar en el maquiavélico ascenso de Frank Underwood -personaje caracterizado por Kevin Spacey- a la Casa Blanca, lo que más consume su tiempo fuera de su rol en el Injuv se vincula al trabajo que realiza junto a un grupo de amigos en la comuna de la Florida, bajo el núcleo “Michelle Peña”, en homenaje a la ex estudiante de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Técnica del Estado, Detenida Desaparecida durante la dictadura cívico-militar el año 1975, con ocho meses de embarazo.

En ese espacio, se reúne periódicamente junto a jóvenes de todas las edades, realizando discusión política y “trabajo en terreno”, principalmente asociado a voluntariado y a talleres con la comunidad. Señala, con orgullo, que uno de los últimos talleres estuvo relacionado con el cine. En él, los propios vecinos efectuaron un documental, reconstruyendo la historia de su población.

Natalie afirma que realizaron junto a la comunidad “un producto bien bonito a nivel local. También participaron hartas autoridades de la comuna. Fue revivir un poco las raíces de la población (…), que también tuvo harto que decir en la historia política de nuestro país. Fue bien entretenido y ahí participaron todos los jóvenes de este núcleo”.

Esta pasión por la política, que aún mantiene viva dentro de sus actuales desafíos profesionales, comenzó en su etapa escolar, donde destacó dentro de los Centros de Alumnos y como delegada de curso.

Ahí, empezó a militar en el Partido Socialista cuando tenía 16 años, motivada por un tío que formaba parte de la colectividad. Complementa que participaba poco en el Partido, “pero cuando entré a la Universidad me activé harto. Porque ahí conocí también a los socialistas de la misma Universidad. En ese tiempo estaba la Feusach liderada por Jaime Romero, que también era del Partido”.

Ingreso a la U. de Santiago de Chile 

Su llegada a la U. de Santiago se produjo el año 2003, momento en que ingresó a la Carrera de Administración Pública. “Tengo mis mejores recuerdos de la Universidad, tanto personales, como políticos y académicos. O sea, la vida universitaria que se vive en la U. de Santiago no se da en ningún otro lado”, asegura.

Para Natalie, la vida universitaria del plantel presenta ciertas particularidades, que permiten considerarla como una Universidad “de verdad”, con toda la dignidad y solemnidad que conlleva la palabra.

El campus único, donde se dialoga con diversas carreras y alumnos de heterogéneas disciplinas, o la posibilidad de desarrollar actividades libremente y sin censura, de acuerdo a su perspectiva, son características que no se presentan en todas las instituciones nacionales.

Junto a ello, un punto fundamental que destaca tiene que ver con la idea de que la institución “te forja amplitud de mente. Te abre espacios para pensar de manera distinta y presentarte ante las dificultades de otra forma”.

También, puntualiza en otro aspecto poco reseñado, pero que cualquier “usachino de corazón” que ha recorrido el campus podría respaldarlo: la c onciliación permanente que se presenta entre la vida académica y el “ocio”, asociado a la cultura y a la recreación. 

Esto lo ejemplifica con su propia experiencia personal, ya que le tocó trabajar durante toda su etapa universitaria (de viernes a domingo), por lo que no tenía la posibilidad de imbuirse en actividades de distracción fuera de su paso por la Universidad.

“Las actividades que había en la semana, con actos, eventos de danza o de coros también eran mi espacio de esparcimiento, ya que no tenía acceso para ir a una obra de teatro, principalmente por razones económicas. Yo creo que eso (el acceso al ocio) es fundamental, tanto en la Universidad como en la Facultad”, enfatiza.

Por otra parte, también existieron muchos momentos significativos dentro de su paso por la Corporación. Recuerda con emoción la inauguración de la escultura "Víctor Jara Vuelve a la UTE", ubicada en el sector de Casa Central y donada por el escultor Lautaro Díaz, ceremonia realizada en octubre del año 2003.

Ahí, rememora, se generó un espacio de recogimiento y de conexión emocional pocas veces vista y que la marcó tanto a ella como a sus amigos que participaron de la iniciativa. Hasta el día de hoy, señala, aún se estremecen al recordar ese momento.

Pragmáticos y proactivos

Al ser consultada sobre un sello distintivo de la comunidad de egresados, considera que, de acuerdo a su experiencia, existe un punto que engloba a los profesionales del plantel con los cuales ha podido trabajar.

“Yo creo que la teoría es importante, pero la Universidad a nosotros nos enseñó a ser prácticos y a resolver. Eso se nota entre un alumno U. de Santiago y uno de otra Universidad. No nos damos tanta vuelta en lo que se podría hacer, sino que buscamos la respuesta, la solución y se realiza (la acción).

Sobre el mismo punto, añade que como profesionales “somos más pragmáticos a la hora de resolver las situaciones (…). Hay harta proactividad, no nos quedamos en la discusión, sino que buscamos rápidamente como solucionarlas. No andamos buscando culpables: eso se evalúa después”.

Natalie realizó su práctica en la Superintendencia de Seguridad Social, transitando posteriormente a la Seremi de Planificación, hasta llegar a la Cancillería, donde se desempeñó durante cinco años.

“Tuve la oportunidad de viajar mucho, de conocer otros países, de también tener la tarea ingrata de auditar embajadas o los consulados. Yo creo que eso también forjó el carácter que ahora estoy ocupando en el cargo”.

Llegada al Injuv

Natalie arribó al Injuv en abril de 2014. “Evidentemente que es un desafío, porque esta institución como es muy pequeña (…), se maneja de otra manera. En el Injuv todos hacen de todo. Es tan chiquitito que todos tenemos que incorporarnos al trabajo diario para que el servicio funcione”.

También, señala que su llegada al Injuv no fue casual, ya que el tema de la juventud siempre le ha interesado, “porque no se ha tocado mucho en Chile. No se va a tocar mucho porque el joven es el que no vota, el que está ‘en su mejor etapa de la vida’. Por tanto, cualquier política pública no va enfocada directamente a los jóvenes”.

Afirma que pese a estas dificultades, sí ha podido plasmar sus ideas y propuestas desde lo técnico, calificando su experiencia como “un desafío difícil pero exitoso hasta ahora”.

Humildad de aprender

Finalmente, llama a los futuros profesionales, por un lado, “a creerse el cuento de que el estudio y los cinco años que tuvimos en la Universidad nos dan las credenciales suficientes para poder estar en cualquier cargo”. Y, por otro lado,  “a tener la humildad de aprender. No porque uno estuvo en la Universidad sabe de todo, sino que hay gente en los trabajos que sin haber estado en la Universidad te puede enseñar mucho más que un profesional”.

A modo de conclusión, invita a “pensar la política pública no como un rédito personal o político particular, sino como la búsqueda de la igualdad para todas las personas de Chile”.

Álvaro Portugal: “La Universidad de Santiago enseña a perseverar”

Álvaro Portugal: “La Universidad de Santiago enseña a perseverar”

  • Hace 14 años, el actual integrante del Comité Empresarial de Egresados de nuestra Corporación fundó la empresa Blue Company, vinculada al área del diseño y creación de tecnologías digitales. “Lo que me gustaba de la tecnología y lo que me sigue gustando tiene que ver con el hecho de cómo incide en las prácticas cotidianas de las personas”, explica este exitoso ingeniero civil en Informática.

 

Una exitosa carrera ligada al emprendimiento y la innovación en el ámbito de la tecnología ha desarrollado Álvaro Portugal, 43 años, titulado en Ingeniería Civil en Informática y Computación de la U. de Santiago de Chile.

Hace 14 años, el también integrante del Comité Empresarial de Egresados de nuestra Corporación, fundó la empresa Blue Company -vinculada al área del diseño y creación de tecnologías digitales- junto a Paolo Colonnello, también ex alumno de la U. de Santiago.

Entre sus múltiples galardones, puede mencionarse su reconocimiento como "Joven con éxito 2007" por el Diario Financiero, su inclusión como uno de los “100 jóvenes líderes” (2008) en la Revista Sábado de El Mercurio o su presencia en el listado de la Revista Placeres “50 influyentes del buen vivir” (2011).


No dejarte vencer

Álvaro Ingresó a la U. de Santiago de Chile el año 1991, para estudiar la carrera de Ingeniería Civil en Informática y Computación. “En esa época todavía se ocupaban computadores con pantallas verdes y estaba recién partiendo internet como lo conocemos actualmente”, recuerda.

Desde su etapa escolar, siempre fue un amante tanto de la tecnología como de las carreras humanistas, preferencias que casi lo impulsan hacia un camino ligado al Periodismo o la Arquitectura.

“En rigor, lo que me gustaba de la tecnología y lo que me sigue gustando tiene que ver con cómo cambia las prácticas de la gente. Es decir, la tecnología modifica las formas de hacer las cosas y de diversas maneras. Da muchas posibilidades, optimiza los recursos (…) y también permite un grado de creatividad muy alto. Por eso elegí Ingeniería y en particular Ingeniería Informática”, agrega.

Ya en la Universidad, no sólo conoció BitNet -red internacional de computadoras de centros docentes y de investigación, calificada muchas veces como “preinternet”-, sino que adquirió una serie de enseñanzas, valores y maneras de enfrentar diversos problemas y desafíos, los que ha conservado durante toda vida.

Uno de ellos es el trabajo en equipo, el que, a su juicio, ha desarrollado fuertemente durante su trayectoria.

Sobre este punto, recuerda con nostalgia que muchos de sus profesores le enviaban “tareas imposibles”, como, por ejemplo, estudiar en detalle tres libros en inglés de 400 páginas cada uno.

Para sortear el desafío, junto a sus compañeros armaban espontáneos grupos de estudio después de finalizadas las clases. En ellos, “un equipo le explicaba los cinco primeros capítulos de un libro al otro, se hacían preguntas y después realizábamos pruebas entre nosotros para entender la materia completa, cosa que no habría sido posible si no hubiésemos tenido toda esta organización”.

Enfatiza que la U. de Santiago, de acuerdo a su experiencia formativa, moldea a sus estudiantes con un temple característico, asociado a la perseverancia, a no dejarte vencer y a enfrentar sin tapujos el fantasma del fracaso.

"Yo venía de un colegio en el cual me iba súper bien, siempre fui de los primeros del curso, pero entrando en la Universidad me empezó a ir pésimo y no estaba acostumbrado a eso. Entonces, la Universidad de Santiago te enseña a perseverar, a ponerle el hombro y a estudiar de lunes a lunes para llegar a los logros que uno quiere”, dice.

Por otra parte, también destaca la idea de “autoaprendizaje”, en el sentido de “no esperar a que alguien te enseñe, sino tomar el toro por las astas y comenzar a hacer las cosas hacia donde uno quiere llevarlas”.

Junto a ello, recalca el pluralismo presente dentro de la Universidad, donde “se mezcla gente de todo Chile, de todas las condiciones sociales. Al final tenías diferentes visiones de lo que es Chile en rigor. Eso súper interesante”.


Camino al emprendimiento

Su paso por la Universidad, además de adquirir una serie de herramientas claves o conocer a sus grandes amigos, también le permitió generar sus primeros emprendimientos.

Recuerda que uno de los momentos que más lo marcó en esta Casa de Estudios fue su participación dentro de un seminario a cargo de Fernando Flores, donde abordó aspectos sobre el emprendimiento y “lo que era posible”.

“Esa fue una de las grandes cosas que me pasaron en la U. de Santiago. Haber pasado por ese seminario y ser expuesto a esa forma de mirar el mundo. Que al final tenía que ver con que era posible hacer emprendimientos desde Chile, ser empresario. Yo creo que la charla fue gatillante y la formación también tiene que ver con esto: el no dejarse vencer”.

Su desarrollo laboral, que comenzó en los últimos años académicos, también lo impulsaron a emprender caminos propios, buscando mayores grados de libertad. Sobre todo, ante la ausencia de espacios de creatividad efectivos, la mayoría de las veces subsumidos entre rutinas y lógicas de trabajo rígidas, poco innovadoras.

“Trabajé para muchas empresas, acá en Chile, en México y en Estados Unidos.  Y te das cuenta que al final no había demasiado espacio para la creatividad en las grandes corporaciones o cuando uno es empleado”, sentencia.

Al ser consultado si fue difícil tomar la decisión de emprender, señala que ahí no radicó la dificultad, sino en continuar en un proyecto personal pese a las dificultades. “En esos momentos uno se cuestiona y dice: ¿La habré embarrado? ¿Debí haberme empleado en un banco?”

Sin embargo, su tenacidad dio frutos. Blue Company, el principal emprendimiento de Álvaro, se fundó hace 14 años, junto a su socio Paolo Colonnello, también egresado de la U. de Santiago. La empresa se ha focalizado en el desarrollo de tecnologías de comunicación digital, proporcionando servicios vinculados a estrategias digitales, diseño y desarrollo web, además de marketing digital.

 Sus orígenes se remontan a un emprendimiento anterior, surgido de su paso por Silicon Valley, donde pudo apreciar el auge y caída de la industria “Punto Com”. “Después de levantar un millón de dólares y haberlo gastado, fundamos Blue Company con la filosofía de hacer cosas valiosas para nuestros clientes, que fueran capaces de pagar por ellas y en base a eso que la empresa comenzara a crecer”.

Entre sus múltiples clientes y proyectos, se incluyen a empresas e instituciones tanto del mundo público, clientes corporativos y ONG’s. El SAG, Educación 2020 o BancoEstado, por ejemplo, han trabajo junto a la compañía.


De empresas de servicios a productoras de tecnologías

Álvaro también ha desarrollado un rol gremial durante su trayectoria profesional. Fue presidente de la Asociación de Empresas de Software de Chile y además socio fundador de la Asociación de Emprendedores de Chile.

A su juicio, participar en este tipo de iniciativas es fundamental, “ya que para que se genere una real industria tecnológica en Chile, lo que necesitamos es tener una masa de emprendedores, de gente que esté dispuesta a sacrificarse y generar empresas de tecnologías”. En este sentido, considera que será clave pasar de ser empresas proveedoras de servicios a productoras de tecnologías.

Como propuesta, estima pertinente “juntarse con la industria, conversar con más gente, poder influir en el Estado y en el gobierno para que te aplanen un poco el camino para poder generar una real Industria de tecnología en Chile, basada en Pyme. En rigor, son ellas las que producen tecnología. El resto, las grandes (empresas), lo que hacen es comprar software afuera y llevarse la plata para afuera”.

En tanto, sobre los múltiples desafíos en innovación, considera que debería existir un mayor vínculo entre la empresa y la academia y, adicionalmente, que se promuevan fuentes de financiamiento que sean capitales de riesgo “de verdad”.

Uno de los problemas, de acuerdo a su perspectiva, radica en que la mayoría de las personas que han generado riqueza en el país lo han hecho “en base a recursos naturales o son rentistas. Las grandes fortunas en Chile no están acostumbradas a arriesgar plata como en Estados Unidos”.

A su juicio, un millonario estadounidense invierte en universidades, generando conocimiento. “En cambio, el millonario chileno se lo pasa a la Iglesia o no la pone en riesgo. Prefiere comprar un campo para plantar árboles, donde sabe cuál es la rentabilidad”.

También considera que se deberían formar mayores empresarios tecnológicos: gente que esté dedicada, que esté pensando y armando una real industria de tecnología.

Finalmente y a modo de cierre, realiza un llamado a las nuevas generaciones a insertarse en el mundo del emprendimiento, ya que la etapa de juventud “es el mejor momento de la vida para hacerlo. No hay demasiadas responsabilidades y no hay demasiadas consecuencias. Se pueden equivocar y empezar de nuevo rápidamente. Ahí pueden echar a volar la creatividad y darle el palo al gato”.

“Mi llamado es a arriesgarse. Más allá de pegarse un costalazo, es como andar en patines: no va a pasar mucho más que eso”, concluye.

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