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Enfermería retorna a actividades presenciales con talleres prácticos que recrean situaciones reales con pacientes

Enfermería retorna a actividades presenciales con talleres prácticos que recrean situaciones reales con pacientes

El martes 12 de octubre la carrera de Enfermería comienza el retorno seguro y gradual a las actividades presenciales. Para ello la Dirección de la Escuela, la jefatura de la carrera y coordinadoras de asignaturas prepararon talleres prácticos en segundo, tercero y cuarto año del programa de estudios que recrean situaciones reales con pacientes. Estas asignaturas, producto de la pandemia y el impedimento de asistir a campos clínicos, se estaban realizando de manera virtual.

Para la jefa de carrera, Claudia Villalobos Morales, el retorno a la presencialidad “es ideal, porque nos permite que nuestros estudiantes que estaban haciendo una modalidad de tutoría remota, experimentando la experiencia clínica a través del computador con la docente -formato que continuará paralelo a la presencialidad- ahora podrán practicar habilidades técnicas o algunos procedimientos críticos que son fundamentales en la eventualidad que nos digan en algún momento ‘partamos ahora al hospital’”.

En esa dirección, explicó que “en los talleres se trabajará con actores, actrices y fantomas (aparato o elemento que contiene, en su interior, elementos de características similares a los del organismo), lo que será bastante productivo para ellas/os. La parte clínica nunca se reemplaza, sigo pensando que es fundamental, pero estamos tratando que sea lo más cercano posible a la realidad”.

Trabajos de simulación

Una forma de trabajar en Enfermería y fomentar el aprendizaje clínico es por medio de la simulación. Esta es una técnica que usa una situación o ambiente creado para permitir que las personas experimenten una situación real con el propósito de practicar, aprender, evaluar, probar u obtener la comprensión del actuar de un grupo de personas

A juicio de Claudia Villalobos esta herramienta, que no es nueva, durante la pandemia alcanzó un rol relevante. “La simulación se ocupaba para trabajar con los cursos más pequeños. Permite hacer un tránsito entre la teoría y el paciente (…) y debido a las restricciones sanitarias, la simulación se convirtió en fundamental, porque no teníamos (y aún no) pacientes o usuarios para atender”, puntualizó.

Sobre las ventajas de trabajar con actrices y actores, la magíster en Bioética remarcó que “permite entrenar a las/os estudiantes no solo en habilidades técnicas, sino que también en destrezas comunicacionales, sociales y emocionales, porque hacen una dramatización sobre la atención, por ejemplo, de un adulto mayor (…) es como ver un paciente real”.

Cabe consignar que serán cerca de 220 estudiantes de la carrera que volverán a las actividades presenciales, de las/os cuales 120 pertenecen a segundo, 60 a tercero y 45 a cuarto año.

Enfermería Usach implementa innovadora simulación virtual con actores para estudiantes de pregrado

Enfermería Usach implementa innovadora simulación virtual con actores para estudiantes de pregrado

La pandemia por COVID-19 impactó directamente en la forma de hacer clases. Hoy la educación presencial dio paso a la virtualidad y en este contexto fue necesario adaptar la metodología. Así lo hicieron las académicas de la Escuela de Enfermería Usach, Blanca Troncoso y Viviana Munilla, quienes conscientes de la necesidad de adecuarse a esta nueva forma de enseñanza, implementaron la simulación clínica de manera virtual con excelentes resultados.
 
Tal como señala Blanca Troncoso, la simulación virtual clínica es una metodología recomendada en situaciones como esta por la Society for Simulation in Healthcare (SSH) que “va más allá de hacer procedimientos en maniquíes”, sino que “se identifica con una técnica o estrategia y no con tecnología”.
 
Esta metodología es llevada a cabo normalmente a través de softwares que tienen un alto costo. Sin embargo, frente al confinamiento a causa del COVID-19 se buscaron alternativas que pudieran ayudar con la diversificación de contenidos para los estudiantes.
 
De este modo, se ideó e implementó una práctica única en nuestro país, donde se utilizan situaciones de riesgo que son simuladas por el equipo de actores de la Escuela de Enfermería. Posteriormente, son descritas, analizadas y discutidas por estudiantes y docentes a partir del debriefing, término anglosajón que se refiere al análisis de estrategias luego de las batallas.
 
En los escenarios participan tres estudiantes más un enfermero confederado, quien guía el desarrollo del escenario. Si bien las y los futuros profesionales “no pueden hacer procedimientos como sería de manera presencial, toman decisiones en relación con el manejo del paciente y los cuidados de enfermería que entregarían en esa situación, lo cual se transforma en una rica experiencia”, puntualiza Blanca Troncoso.
 
Además, la enfermera y diplomada en Simulación Clínica destaca la pertinencia de esta forma de enseñanza práctica, donde “logramos un gran aprendizaje cuando se aprende haciendo, en aspectos que van más allá que solo destrezas. Una de sus ventajas es que nos encontramos en un espacio seguro al no tener un paciente real. Si existen errores esto no trae consecuencias, si no que al contrario, ocupamos ese error como una gran oportunidad de aprendizaje”.
 
Esta nueva metodología ha sido bien acogida por estudiantes y también ha constituido un aprendizaje para el cuerpo docente, que “está muy motivado y comprometido” según la enfermera. “Sin duda ha sido un crecimiento para nosotros también”, agregó.
 
La simulación virtual clínica fue implementada durante el segundo semestre del año 2020, y podría traspasarse a futuras situaciones del ejercicio profesional, logrando ser una metodología que favorece un aprendizaje significativo.

Enfermería: Profesionales empáticas/os con el entorno social del país

Enfermería: Profesionales empáticas/os con el entorno social del país

Gracias al impulso de un grupo de enfermeras de vasta trayectoria en el servicio público, que motivadas por la fuerte convicción de aportar a la formación de nuevas generaciones de enfermeras/os con un enfoque diferenciador centrado en lo social, fue posible cristalizar en 1993 el sueño de la creación de esta escuela en una Universidad sin tradición en el área de salud.

 

Amalia García, la principal fundadora, decidió abrir una Escuela de Enfermería, a pesar de las presiones de otras instituciones que criticaban la falta de campos clínicos propios o que se hiciera en un Plantel con tradición de ingenierías. No obstante, insistió ya que consideraba que las nuevas enfermeras “debían poseer un sello centrado en lo humano y no en la perspectiva biologicista de la salud”.

 

Fue así como quienes lideraron los primeros pasos de la carrera enfocaron la  mirada desde el cuidado psicosocial, poniendo énfasis en el compromiso de formar profesionales integrales, es decir, “que no solo adquieran los conocimiento teóricos, sino que además sumen destrezas en el desarrollo de técnicas y habilidades actitudinales con un fuerte componente ético”, comenta la académica de la Escuela de Enfermería, Carolina Arévalo.

 

Dicha característica, se ha afianzado gracias a la consolidación de un cuerpo académico, que en sintonía con las autoridades de la carrera, formó un equipo capaz de adaptarse a los desafíos que impone la salud en un Chile y que vive importantes cambios. “En el año 2016 hubo un rediseño en el plan curricular, que implicó enfocar los aprendizajes a materias de cuidados de enfermería en neonatos, niños y adolescentes  lo que, sin duda,  es un plus para los estudiantes en términos de su formación profesional”, señala Elizabeth Núñez, directora de la Escuela de Enfermería.

 

Aprendiendo sobre el trato humanizado

 

Para la estudiante de tercer año, Pilar Ortíz, estudiar Enfermería en la Usach  fue una decisión que ha reafirmado gracias a la visión de la carrera enfocada en el trato con el paciente. “En la Escuela te enseñan que la labor del enfermero/a no es sólo curar, sino que empatizar con quien está detrás de una enfermedad, teniendo en cuenta que no se trata sólo de un paciente, sino de un ser humano”.

 

Tal como señala Pilar, el trato humanizado es un tema que se aborda a lo largo de toda la carrera, en cada una de las asignaturas y también a través de cada uno de los académicos y académicas.

 

La joven destaca, además, que la formación que recibe desde la Escuela se da en un contexto idóneo como es la Universidad de Santiago, que promueve el fortalecimiento de habilidades y competencias que van de la mano con los misión y visión de la propia carrera.

 

“Estudiar en la Usach refuerza mi vocación como enfermera y mis valores como persona, al estar inserta en un medio que me permite valorar la diversidad a través de iniciativas que ayudan a mi formación como persona y futura profesional”, precisa.

 

Profesionales con pensamiento riguroso y compromiso social

 

Hoy, con 27 años de trayectoria, la Escuela de Enfermería de la Usach es reconocida como una de las mejores del país, con 19 generaciones de profesionales que se traducen en más de mil egresados/as, la mayoría de ellos/as aportando con una mirada integral en los distintos servicios públicos del país.

 

“Como directora de Escuela, me siento orgullosa de las generaciones que hemos formado a lo largo de estos años, enfermeras y enfermeros reconocidos por el compromiso social y humanizado de la atención que brindan a las personas y sus comunidades”, señala la máxima autoridad de la carrera.

 

La académica Carolina Arévalo resalta que los egresados y egresadas de la carrera “son profesionales con una visión holística que les permite liderar equipos interdisciplinarios o formar parte de ellos, aportando con sus conocimientos y experiencia, para generar cambios en salud que den respuesta a las necesidades de las personas, familias o comunidades que están a su cuidado, en salud y enfermedad.

 

Por su parte, el enfermero Javier Letelier, egresado de la carrera, señala que “estoy orgulloso de ser un enfermero de la U. de Santiago, pues gracias a la formación entregada tengo no solo la seguridad de hacer las cosas bajo un pensamiento riguroso, sino también porque me siento parte de una familia conformada por los colegas y futuros colegas que tienen la convicción de mejorar la salud de nuestra población. Una visión compartida por la Universidad y la Escuela de Enfermería, a la cual contribuimos como profesionales”.

Cecilia Iriarte, Bachiller en Ciencias y Humanidades. Licenciada en Enfermería: “Donde voy digo con orgullo que soy de la Usach. Soy promotora de cambios”

Cecilia Iriarte, Bachiller en Ciencias y Humanidades. Licenciada en Enfermería: “Donde voy digo con orgullo que soy de la Usach. Soy promotora de cambios”

Cecilia Iriarte estudió su enseñanza media en el Liceo 7 de Providencia. Sus profesores las guiaban para que sus próximos pasos académicos fueran en la Universidad, sin embargo en su caso eran tantas las áreas de interés que no tenía mucha claridad de su decisión: profesora, psicóloga o enfermera. Por eso fue tan importante para ella ingresar al Programa de Bachillerato de la Universidad de Santiago. Si bien no le fue mal en la PSU, el puntaje no le alcanzaba para estudiar enfermería en la Universidad Católica, que era su primera opción. Había un antecedente que sería potencialmente poderoso para ingresar a nuestro Plantel. Sus padres se conocieron en la Universidad Técnica del Estado,  pololearon allí y tras estudiar las carreras de Pedagogía en Mecánica Industrial en Herramientas y Pedagogía en Ciencias Naturales con mención en Química, se casaron. Recuerda que en su hogar era frecuente ver fotografías de ellos en los jardines de rosas o en el casino de la Universidad donde nació el amor, así que fue emocionante para ella ingresar al Programa de Bachillerato y caminar por esos mismos lugares donde sus papás orgullosos sacaron adelante sus carreras y donde surgieron los cimientos de una bella familia.

Bachillerato su primera estación

Cecilia, ¿Cuál es la importancia que le asignas al haber ingresado al Programa de Bachillerato?
-Tras rendir la PSU mis deseos eran estudiar enfermería o psicología. Entrar a Bachillerato me permitió tomar una decisión consciente; vivir la experiencia académica universitaria y elegir desde adentro.  Estudié con Fondo Solidario y con la Beca Hijo de Profesor, que era un aporte al arancel.  Lo que tiene de especial la Usach es que su Bachillerato es en Ciencias y Humanidades, entonces no lo divide. A uno lo educan en filosofía, en pensamiento matemático, en desarrollo del lenguaje y en el área científica. En el segundo semestre escoges electivo y comienzas a diferenciarte. Con las notas del primer año uno ya postula y los mejores van quedando. En segundo año puedes tomar los créditos de la carrera y es como si estuvieras cursando las dos carreras. Por ende, tú sales como Bachiller en Ciencias y Humanidades, y luego como Licenciada en Enfermería en la Facultad de Ciencias Médicas con el título de Enfermera, en mi caso.

Tú provenías de un liceo emblemático con una base más sólida de la enseñanza media, pero me imagino que también tenías compañeros en Bachillerato a quienes les costaba un poco más.
-Sí, observaba que había diferencias de comprensión propias de la enseñanza que te ha dado el colegio. En el año que ingresé, también fue el primero del Propedéutico, que tomó a estudiantes de colegios de nivel técnico de colegios rurales, de comunas más alejados que pudieron sumarse a Bachillerato. La hipótesis era que los talentos estaban igualmente repartidos, independiente de donde provenías. Yo tenía compañeros de estudios cercanos que venían del Propedéutico, pero en el fondo el esfuerzo y la constancia en el estudio ayudó a que saliéramos todos adelante. Esa mixtura fue positiva para ambas experiencia.

Me comentabas que la Universidad de Santiago no era tu primera opción para seguir tu Educación Superior. ¿Cambió tu opinión con el paso de los días?
-Debo reconocer que una vez adentro no pude haber estudiado en mejor Universidad que en la Usach. Realmente uno ve la universalidad en nuestra Casa de Estudios. Somos partícipes de una ciudad universitaria donde están todas las carreras juntas. Eso enriquece mucho el compartir. Al final con Bachillerato terminamos todos  repartidos por la Universidad y generando contacto entre  las carreras después. Se amplía mucho el pensamiento y uno se transforma en un agente y promotor de cambio. Creces mucho mentalmente. Se hace la diferencia entre ser estudiante hijo de obrero y ser cliente. Yo no iba a la Usach solo a estudiar, sino que a ser una promotora de cambios, que tú aprendes no solo en el aula, también en los pasillos del Plantel. Eso es muy importante en tu formación.

¿En qué momentos decides que Enfermería será tu profesión?
-Va a sonar infantil tal vez, pero desde niña quise ser un poco súper héroe y la búsqueda de mi profesión iba por ese lado; quería ser un aporte a la sociedad; quería ser profesora o psicóloga. En Bachillerato distintos profesionales nos hablaban de sus carreras. Cuando fue la enfermera a explicarnos lo que hacía, yo casi me puse a llorar de emoción. Eso era lo que quería para mí, la profesión englobaba todos los talentos que poseo. Me preguntaba por qué tenía que decidir entre lo científico y lo humanista si no están separados. Enfermería integraba ambos mundos. Fueron  cinco duros años estudio, donde si bien había falta de recursos, por ejemplo no teníamos sala de simulación, en el aula nacía el criterio y el arte. Para practicar punción lo hacíamos entre nosotros. No había muñeco. El hecho de prestar el brazo al compañero para que te pinchara, hacía que viviéramos en carne propia, en la práctica, lo que siente un paciente temeroso. Son 4 años de teoría y práctica. A partir del segundo año comienza ya la labor al interior de los hospitales. Íbamos desde las 8 de la mañana hasta el mediodía a los hospitales, para después volver a la Usach a clases hasta las 7 de la tarde. En cuarto año hice la tesis y en quinto año los internados. Mi generación no hizo examen de grado.
 

¿Cómo fue tu primer internado?
-Mi primer internado lo tuve en oncología infantil. Trabajar con niños con cáncer es fuerte, pero es una especialidad en que aprendes tanto que al final uno crea facilidades. El Instituto Nacional del Cáncer es para adultos (donde trabajo hace seis años), está orientado a personas mayores de 15 años en adelante. El cáncer también tiene su lado especial. Es duro, pero los niños tienen mejor resiliencia que los adultos. Generalmente son ellos los pilares que soportan a sus padres. En mi trabajo siempre he querido demostrar con conocimiento y con mi presentación que soy una profesional íntegra. Nuestros académicos nos inculcaron desde el internado que somos los mejores. Cuando compartíamos con compañeras de otras universidades, las mismas profesoras guías, las enfermeras clínicas nos decían que a ellas podían pedirles cierto límite, pero a nosotras que veníamos de la Usach nos exigían el doble o el triple porque nosotros dábamos mas, rendíamos más. Es que el usachino y la usachina se notan en la parada. Saben  lo que quieren. Mis colegas en el Instituto que provienen de nuestra Universidad generalmente son más resueltas, mas proactivas, siempre innovando. Son jefaturas o son subrogantes. Por eso siento que la Universidad de Santiago es mi alma máter. Fue una gran experiencia estudiar allí. Hasta el día de hoy, con mucho orgullo digo que soy egresada de la Usach, porque se nota el sello de mi Universidad.

Especialistas de la U. de Santiago llaman a frenar alarma por brote de Influenza

Especialistas de la U. de Santiago llaman a frenar alarma por brote de Influenza

Una vez más la Escuela de Enfermería de la Universidad de Santiago está presente en los temas que afectan la salud pública. Hace unas semanas, un grupo de académicas entre quienes estaban Elisabet Monje, Rossana Navarro y Lucía Castillo participó en el Festival del Conocimiento Cambalache, actividad organizada por la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, recibiendo las consultas del público que llegó hasta el Colegio Don Orione de la comuna de Cerrillos.

Las profesionales atendieron las consultas de los asistentes en relación con diversos temas, pero una de las consultas que más se repitió fue sobre la influenza. “El tema de la falta de vacunas ha estado presente en los medios de comunicación las últimas semanas, lo que provocó - sin duda - que hubiese mucha desinformación al respecto”, señala Lucía Castillo.

En este contexto, la enfermera hace un llamado a no alarmarse, sino que a tomar medidas preventivas para evitar el contagio. “Lo importante es explicar de qué se trata la enfermedad y cómo prevenirla, por ejemplo, con un buen lavado de manos, evitando el contacto con personas enfermas y observando signos de alarma, como fiebre alta y mialgia, que se diferencian de un resfrío común”.

La directora (s) de la Escuela de Enfermería de la Usach, Elisabet Monje, destaca la iniciativa de la Universidad en su rol de entidad pública con responsabilidad social en este tipo de temas, valorando la oportunidad que tiene la Escuela de Enfermería de participar. “Es importante que nos incluyan en la difusión del conocimiento”, añade la académica.

U. de Santiago titula una nueva generación de 70 enfermeras y enfermeros

U. de Santiago titula una nueva generación de 70 enfermeras y enfermeros

En la ceremonia, a la que asisiteron autoridades,académicos, familiares  y amigos de los estudiantes, la decana de la Facultad de Ciencias Médicas, Dra. Helia Molina Milman, expresó su orgullo hacia las nuevas enfermeras y  los nuevos enfermeros, pues “representan sin duda el principal objetivo que tenemos como Facultad y Universidad, que es formar personas, generar recursos humanos de la mejor calidad para nuestro país. Formar trabajadores de la salud que no sean solamente competentes en lo técnico, sino también, personas que sean capaces de entender al ser humano en su contexto holístico”.

Rocío Núñez, directora de la Escuela, en tanto, señaló que el sello de la profesión está en que “comprendemos la Enfermería centrado en lo humano, conectada con las necesidades sociales de nuestras comunidades e inserta en la realidad con la red pública de atención de salud. Este es un legado que debemos cuidar y transformar, porque cuando ustedes ejercen su profesión construyen su Escuela”.

En esta misma línea, María Angélica Baeza, presidenta del Colegio Nacional de Enfermeros y Enfermeras de Chile, instó a las y los egresados a sumarse a los nuevos desafíos del país en materia salud. “La digitalización de la salud, la tele-enfermería y los cambios en la regulación en el área de la salud como es el código sanitario, allí las y los enfermeros de las viejas y nuevas generaciones, tenemos una enorme responsabilidad en la tarea de asegurar, proteger y proyectar los espacios que legítimamente a lo largo de la historia han ocupado profesionales enfermeras”, afirmó.

El discurso en representación de la generación egresada, estuvo a cargo de Catalina Campos y Camilo Espinoza, quienes repasaron los grandes desafíos que sortearon durante el proceso de formación de esta nueva generación de profesionales. "Sin duda este camino ha sido agitado, duro y de gran sacrificio, pero siempre tuvimos una palabra de apoyo y gente brindándonos buenas energías, en este recorrido complejo en el que si no tienes agallas y apoyo suficiente es fácil caer", expresó Espinoza.

Por último, se sumó la presidenta del Centro de Estudiantes de la Enfermería, Bárbara González, quien despidió a sus, ahora, excompañeros dejándoles la clara misión de mantener el sello de responsabilidad y compromiso social que tiene la Escuela. “Somos distintos porque no creemos en la lógica numérica en salud, para nosotros las personas no son números, son un mundo lleno de historia y vivencias, somos raros para este sistema, pero orgullosamente raros (...) para Chile somos esperanza y fuerza de cambio, para nuestros pacientes somos vida y luz en momentos de oscuridad, porque la enfermería cambia vidas”, finalizó.

Enfermería innova en simulación clínica incluyendo participación de actores

Enfermería innova en simulación clínica incluyendo participación de actores

El año 2017, los estudiantes de Enfermería, realizan su proceso de aprendizaje en dos escenarios: el teórico y el práctico. Tal como señala Lylian Macías, enfermera y coordinadora de la asignatura, “si bien los estudiantes contaban con ambos conocimientos, aún faltaba potenciar sus habilidades sociales en el ejercicio del ser enfermero en sus primeras experiencias clínicas”. Es por ello que, utilizando las dependencias del Centro de Simulación Clínica de la U. de Santiago, que desde su inauguración ha brindado nuevos recursos a estudiantes y profesores en materia de infraestructura y organización, los académicos implementaron una nueva metodología de simulación.

Desde el primer semestre de 2018, los académicos a cargo de la asignatura realizan ejercicios de simulación clínica con sus estudiantes que incluye la participación de actores profesionales que interpretan el rol de un paciente, el cual es previamente delimitado según la planificación de la clase a través de un libreto. Es así como se logra que los actores, simulen a un paciente con hipertensión, su sintomatología y dolencias, agregando además las distintas personalidades que puede tener un usuario.

Los actores representan distintos pacientes con los que se trabajarán los estudiantes en su experiencia clínica. Como explica Macías, "es lo que uno ve en la realidad como un paciente demandante, uno comunicativo o uno apático". En este sentido, esta nueva metodología les permite a los futuros enfermeros y enfermeras, desarrollar sus habilidades técnicas y blandas.La académica relató que estas actividades favorecieron el trabajo en equipo de cada grupo, quienes se organizaron, por ejemplo, para que el actor/paciente nunca estuviera solo. Esto es sumamente importante en su formación, pues "el enfermero no trabaja solo, lo hace con técnicos y médicos, otros profesionales con los que deben saber laborar en equipo".

Cada taller inició con un pequeño test de conocimiento aplicado a los estudiantes, seguido por la explicación del aprendizaje esperado, para luego proceder a aplicar las técnicas aprendidas. Si bien, todo ese conocimiento es naturalizado por los estudiantes en la academia, lo que no contemplaban era que el paciente se quejara, le doliera la cabeza o le hiciera preguntas respecto al procedimiento.

Daniela Fuentes, también profesora de la asignatura, relata que en un comienzo "los alumnos llegaban a una sala y ni siquiera saludaban al paciente, porque entraban directamente a hacer la técnica. Con esto, conseguimos esos mismos estudiantes lograran tener una comunicación y preocupación por la persona que atendían, superando una debilidad que vimos, en años anteriores, en sus prácticas clínicas".

Ambas profesionales, relatan con orgullo las reflexiones de sus estudiantes, quienes pese a ser consciente de que es una situación ficticia señalaban que “aunque ellos sean actores, en ese momento son pacientes. Y si ellos son pacientes, nosotros somos enfermeros”. Esta reflexión las marcó positivamente, pues más allá de la nota, ellas saben que sus alumnos atenderán personas.

Esta metodología, que se inició en 2017, culmina tras ocho semanas con el Examen Clínico Objetivo Estructurado (ECOE). Esta prueba práctica, somete a los estudiantes a realizar cinco procedimientos, ejecutados durante los talleres, en formatos de estaciones en un tiempo determinado. A diferencia de años anteriores, este 2018 los ejercicios debieron ser efectuados entre estudiantes o bien con un maniquí, ahora tres de los cinco procesos se cumplieron con un paciente estandarizado.

Lylian señala que aún se deben realizar mejoras, pues si bien han mejorado en lo que implica el ser enfermero, persisten falencias en el mayor perfeccionamiento de las técnicas aprendidas. Además, se plantean como equipo llevar la simulación clínica a otro nivel, incorporando a futuro, estudiantes de otras carreras del área de la salud, con el objetivo de potenciar el trabajo interdisciplinario entre los profesionales en formación.

Las académicas, admiten que aún falta ver el progreso en las prácticas clínicas de los y las estudiantes. Sin embargo, creen firmemente en que esta experiencia ha transformado a los estudiantes, quienes se han podido establecer una comunicación efectiva con sus pacientes y se han empoderado en el ejercicio del arte de la enfermería.

Nueva directora de Enfermería plantea futuros desafíos en investigación

Nueva directora de Enfermería plantea futuros desafíos en investigación

Rocío Núñez Carrasco asumió como nueva directora de la Carrera de enfermería para el periodo 2016 -2017. La enfermera tiene una nutrida trayectoria profesional, que se inició en 2002 en la Unidad de Pacientes Críticos de la Posta Central.

Dos años despúes, el 2004, comenzó su camino como docente en  la Universidad de Santiago de Chile, su alma máter, labor que conjugó  con una activa participación en el Colegio de Enfermeras,  en donde llegó a ser presidenta Regional entre el 2006 y el 2010 y más adelante, presidenta nacional del mismo organismo.

Hoy, esta enfermera señala que si bien la decisión de presentarse como candidata a directora de escuela era una idea que con el tiempo tomó fuerza, no fue nada fácil dar el paso definitivo. “Asumir una escuela que está entre las mejores del país es un tremendo desafío, pero lo hago con el firme propósito de perpetuar el sello de la U de Santiago. Muchas de mis profesoras ahora son mis compañeras y eso implica llevar un legado que me entregaron cuando era estudiante. Ahora me toca entregar ese sello social-humanista de la Escuela”, asegura.

Núñez reconoce el gran trabajo de  sus antesesoras, sobre todo la directora del periodo anterior, pues se logró organizar la Escuela y acreditarla. “Se trabajó mejorando la organización y por eso la escuela puede funcionar bien. De eso da cuenta la acreditación de cinco años que tuvimos, y que somos una escuela en proceso de maduración”, explica.

La  máxima autoridad de la Escuela, agrega que “agradezco a la ex directora Marta Maturana porque gracias a su trabajo  y la forma en cómo organizó la Escuela para este 2017 se me ha facilitado mi  arribo a la dirección”.

Próximos desafíos

Núñez está consciente de que hay muchas tareas por realizar durante este periodo. Una de ellas es desarrollar el área de investigación en enfermería y la educación continua. “Creeemos que es necesario potenciar ambas áreas”.

Con relación a la investigación, la directora, destaca los proyectos de investigación ya realizados. “Ya nos hemos ganado fondos concursables por 3 millones. La idea es seguir postulando  con otros proyectos hasta lograr una trayectoria en investigación”, afirma.

En educación continua, Núñez plantea  que es necesario lograr un mayor impacto en el mercado “ Hoy la oferta es muy amplia diariamente son muchas las universidades que ofrecen diplomados y postítulos, “por lo que se hace urgente  revisar la forma en cómo estamos llegando a los profesionales de la salud que buscan capacitación y perfeccionamiento”.

La directora, señala  que además de trabajar por el cumplimiento de los desafíos propuestos, durante su gestión quiere reforzar el trabajo en equipo “con el firme propósito de convertir a

nuestra escuela como la mejor a nivel nacional. Es un camino que tenemos que recorrer en conjunto, autoridades, académicos y estudiantes. Sólo así construiremos la escuela que queremos”, asegura.

U. de Santiago titula una nueva generación de enfermeras y enfermeros

U. de Santiago titula una nueva generación de enfermeras y enfermeros

En el aula magna, ante la presencia del secretario general de la universidad, Gustavo Robles, la vicedecana de investigación y desarrollo de la Facultad de Ciencias Médicas, Dra Helia Molina, la directora de la Escuela de Enfermería, Marta Maturana, académicos y familiares de los titulados, se desarrolló la  la titulación de la decimoctava generación de Enfermería de la U. de Santiago.

En su discurso de despedida, Marta Maturana destacó el espíritu de formación entregado por la universidad, recalcando que: “Cada enfermera y enfermero de la U. de Santiago es una persona comprometida con el país, especialmente con aquellos que más lo necesitan”.

La directora de Enfermería agregó además, que como Escuela “queremos que sean profesionales integrales que no sólo se preocupen de realizar un simple procedimiento, sino que además, estén siempre  velando por el cuidado primario y de excelencia de quienes estén atendiendo”.

Por otro lado, la presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera, Valentina Ortiz,  quien también quiso estar presente en la ceremonia  instó  esta nueva generación de profesionales a generar cambios sociales. “Sé que ustedes están conscientes de que en la enfermería  hay muchas cosas por mejorar. Hoy está en sus manos poder hacerlo, desde el quehacer disciplinario hacia las políticas públicas”.

Acto seguido, un grupo de estudiantes dedicó una intervención musical a los titulados. Más tarde, los 63 egresados subieron al escenario a recibir su diploma y la lámpara que simboliza el camino de la claridad y el conocimiento, iluminación que brinda el  saber y la interacción respetuosa con el prójimo.

Tras las entrega de diplomas, la directora Maturana, en una emotiva instancia, hizo que los profesionales pronunciaran el juramento Florence Nightingale, quien fuese pionera en enfermería moderna.

El legado de la Escuela

La Escuela de enfermería, tradicionalmente entrega dos reconocimientos en sus ceremonias de titulación. Uno: es el homenaje al compromiso institucional, que a partir de este 2017, se llama Premio Amalia García en reconocimiento a la académica fundadora de la Escuela; y el segundo es el mérito al rendimiento académico, que se traspasa de generación en generación.

Para esta ocasión, el Premio Amalia García recayó en el enfermero Nicolás Jaramillo. Mientras que el premio al rendimiento académico fue entregado por la enfermera titulada Daniela Vargas a sus compañeras de cuarto año, Vania Palacios y Claudia Correa.

En representación de los nuevos profesionales, hablaron los enfermeros Juan Lloncón y Gabriela Loyola. En su discurso de despedida  los profesionales, agradecieron a sus padres, amigos y familiares por acompañarlos en su proceso de estudios.

Loyola y Lloncón rememoraron cuando comenzaron a trabajar en campos clínicos. “Cada uno de nosotros recuerda el inicio de su primera práctica, donde nos creíamos los mejores, hoy nos damos cuenta que apenas éramos unos niños”, ante la carcajada de los asistentes.

Además instaron a sus compañeros  a que “recordemos con cariño lo aprendido en esta institución y cumplamos fielmente nuestro juramento de ser cuidadores de quien lo requiera”. Señalando que “sólo así podremos generar cambios en nuestra profesión”.

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