- Se trata de un sistema que permite reducir costos y tiempo de edificación, utilizando madera nacional. “Chile es uno de los mayores productores de pino radiata y toda la madera se va al extranjero; no la estamos aprovechando. Además, es un excelente material para un país sísmico”, indica la directora del proyecto, Magíster en Ingeniería Sísmica Paulina González.
El año 2003, el entonces académico de la carrera de Ingeniería Civil en Obras Civiles Vicente Pérez, se adjudicó un proyecto Fondef que permitió dotar a esta unidad con uno de los mejores laboratorios de madera a nivel universitario, con el fin de generar nuevas formas de diseño en madera laminada, resultados que se tradujeron en normas que fueron incorporadas al Instituto Nacional de Normalización (INN).
Contando con esa base, la académica y directora del Dpto. de Ingeniería en Obras Civiles del plantel, Paulina González trabaja en un proyecto denominado “Estudios de ingeniería para introducir en Chile un sistema constructivo, de rápida ejecución, para edificios de mediana altura, utilizando elementos de madera contralaminada”, que tendrá una duración de dos años.
A través de este sistema, la especialista, busca introducir en Chile un nuevo sistema -utilizado en Europa y Norteamérica- para edificaciones de mediana altura en pino radiata, sistema que presenta una importante resistencia a grandes cargas sísmicas.
La directora afirma que el fin del proyecto es optimizar todos los aspectos del sistema constructivo. “Las maderas nobles, como el pino radiata que no es originario de Chile, tienen mayor capacidad para resistir importantes cargas sísmicas. Con este nuevo tratamiento de edificación, se podría fabricar un panel de madera sólida de un espesor importante y no ligero, como se suele pensar que es la madera. Ese es un prejuicio que hay que romper”, indica.
Para la experta, la única limitación de esta madera es que sólo puede llegar a una mediana altura, es decir, entre cuatro y doce pisos. Sin embargo, la gran ventaja es que la relación resistencia/peso es más favorable que en hormigón y albañilería, ya que la madera es más liviana y tiene mayor resistencia en términos comparativos. “Desde el punto de vista sísmico, el peso es muy importante, porque las fuerzas generadas en la estructura son directamente proporcionales al peso del edificio”, explica.
La iniciativa también busca reducir el déficit de vivienda en Chile, incrementado por las pérdidas del terremoto del 2010. Por lo mismo, el estudio tiene como aliado estratégico a la Dirección Técnica del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Ditec), que se mostró interesada en la implementación de un tipo de edificación que sea fácil y de rápida ejecución para resolver los problemas de vivienda en el país.
Respecto a los costos, la académica afirma que -en comparación con las viviendas actuales- habría una rebaja, porque el modelo de construcción propone el uso de material nacional, además bajarían los tiempos de ejecución al ser una edificación prefabricada, ahorrando un 30% en el valor total de la obra. “Hay otros costos que se reducen, asociados a la madera que es un excelente aislante térmico y acústico por lo que puede reducir el consumo de energía, en calefacción y en la contaminación acústica, por ejemplo”, explica Paulina González.
Apoyo español
La investigación cuenta con la colaboración de una empresa española que donará los paneles necesarios para construir un edificio piloto de cuatro pisos dentro de la Universidad. Sobre los resultados, la investigadora asegura que “es probable que deba existir una segunda etapa de trabajo, porque introducir un nuevo sistema constructivo en el país no es simple. Con un solo proyecto, no creo que logremos llegar a la etapa final de implementación de toda la normativa necesaria para construir un edificio de uso público. En este proyecto se realizarán, principalmente, los ensayos y los estudios de ingeniería que son el primer paso, pero muy importante, ya que sin ellos no podemos introducir esta alternativa constructiva", puntualiza, finalmente.