- Consciente de los cambios que han experimentado los bosques nativos chilenos, producto de la intervención humana, el académico de la Universidad, Pablo Vergara, realiza una investigación sobre los procesos de adaptación de esta especie, lo que permitirá desarrollar herramientas para su conservación.
Endémico de los bosques andino-patagónicos de Chile y Argentina, el carpintero negro es el mayor de los pájaros carpinteros de las américas, no obstante presenta serios problemas de conservación en varias regiones de Chile. Hasta hoy, la respuesta de los carpinteros a los cambios experimentados por los bosques debido a la intervención humana es aún una incógnita. Sin embargo, como se trata de una especie muy ligada al bosque, pues se alimenta moviéndose de árbol en árbol, constituye un buen modelo para comprender cambios en la conducta del movimiento en paisajes modificados por el ser humano.
Esto es lo que quiere comprobar el académico del Departamento de Gestión Agraria de la U. de Santiago, Pablo Vergara, quien lidera un proyecto Fondecyt sobre el carpintero negro y que cuenta con el trabajo de co-investigadores de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de Chile.
“Para la biología de la conservación resulta importante comprender cómo los animales logran percibir el medio ambiente con el fin de proyectar estas respuestas conductuales a la conservación de las poblaciones”, señala el experto.
Este estudio pretende generar un marco de referencia sobre la percepción que tienen dichas aves sobre el bosque. Ante un incremento en los niveles de perturbación de los bosques, los carpinteros debieran incurrir en costos cada vez más altos para obtener información actualizada sobre la localización de los árboles con una mayor cantidad de larvas. Este incremento en la incerteza conduciría, de acuerdo a la hipótesis planteada, a un cambio en la estrategia de movimiento, pasando de un patrón de movimiento basado en la memoria de largo plazo, a uno aleatorio.
La investigación, según indica el experto, daría respuesta a los problemas de conservación que atraviesan los carpinteros, pues sus poblaciones podrían responder directamente a las capacidades intrínsecas de los individuos para obtener y utilizar información sobre el medio ambiente en que viven.
El trabajo será llevado a cabo en la Isla Navarino, ubicada en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena e involucra caracterizar los árboles, basándose en una combinación de imágenes satelitales multiespectrales de alta resolución, con datos de infestación de árboles por insectos taladradores de madera, de los cuales se alimentan los carpinteros. También será un estudio pionero en el uso de transmisores GPS sobre este tipo de especie, los que permitirán establecer rutas de movimiento a partir de coordenadas geográficas medidas en intervalos regulares de tiempo.
El experto señala que esto es importante pues el movimiento debe ser cuantificado sobre escalas de tiempo finas para poder discriminar los árboles o fragmentos de bosque por donde pasa cada ave. “La idea es que a partir de estas observaciones se puedan elaborar herramientas de conservación que permitan zonificar áreas prioritarias para esta especie”, agrega el experto. “Gracias al estudio vamos a saber las condiciones en las que el animal cambia su percepción del paisaje. Creo que de lograrlo, será un gran aporte para la conservación de este especie carismática”, concluye Pablo Vergara.
Por Marcela González