El Viernes (7), en el Aula Magna de nuestra Corporación, recibió un cálido homenaje Carmen Gloria Quintana, quien era estudiante de ingeniería eléctrica de nuestro Plantel en 1986, año en que junto al fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri fueron quemados por una patrulla militar. Rodrigo Rojas falleció y ella quedó con graves heridas que la tuvieron al borde de la muerte.
La ceremonia fue organizada por la Federación de Estudiantes de la Universidad (Feusach), y a ella asistieron -entre otros- el secretario ejecutivo del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Francisco Ugaz; la viuda del rector Enrique Kirberg, Inés Erazo; el director del Departamento de Extensión, Jorge Montealegre; el presidente de la Corporación Solidaria UTE-Usach, Emilio Daroch; el presidente de la Asociación de académicos, Antonio Orellana, y el presidente de la Asociación de Funcionarios, Genaro Arriagada.
La presidenta de la Federación de estudiantes (Feusach), Marta Matamala Mejía, y su par (en 1986) Cristián Berrios, destacaron la trascendencia que Carmen Gloria Quintana tiene en materia de Derechos Humanos para nuestro país, y la sindicaron como un ejemplo de consecuencia y valentía.
La homenajeada agradeció las expresiones y valoró los actos concretos de verdad y justicia que la Universidad de Santiago viene realizando hace años y que “dan contenido al perdón”.
Entre ellos, la entrega póstuma de títulos profesionales a 39 estudiantes detenidos desaparecidos y ejecutados políticos de la Universidad Técnica del Estado; el ‘Informe de la Comisión de Reconciliación Universitaria’, que crea un catastro de las personas que sufrieron algún tipo de represión durante la dictadura, y los memoriales en honor a los caídos.
En ese sentido, la querella criminal interpuesta -hace algunos días- por nuestra Casa de Estudios, en el marco del ‘Caso Quemados’, se yergue como un aporte significativo en pro de esclarecer los hechos y determinar a los culpables.
Memoria
Carmen Gloria Quintana precisó que bajo su búsqueda de la verdad y la justicia, no hay revanchismos sino un intento por preservar la memoria, para establecer con claridad que la vida es un derecho inalienable del ser humano, y que jamás debe ser despojado por el uso ignominioso de las armas.
“Una memoria que apunta a las futuras generaciones y a las actuales. Que sea constructiva, que diga nunca más estos crímenes tan horrendos se pueden repetir en nuestro país”, expuso.
Por eso “una memoria digna, tiene que estar basada en toda la verdad y en toda la justicia”, concluyó.
Su intervención fue interrumpida en numerosas ocasiones por los cientos de personas asistentes, los que respaldaron así las claras posturas de la Agregada Científica en la Embajada de Chile en Canadá.
Numerosos de los jóvenes asistentes se enteraron de los detalles de lo ocurrido a la homenajeada junto al fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, en 1986, cuando fueron quemados por los integrantes de una patrulla militar.