Aprovechando las buenas condiciones del tiempo que ofrece la temporada estival, un grupo de investigadores de nuestra Universidad, liderados por el decano de la Facultad de Química y Biología, Gustavo Zúñiga, viajó a la base ‘Profesor Julio Escudero’, ubicada en la isla Rey Jorge de las Shetland del Sur, en la Antártica, para instalar una línea inicial en la investigación del impacto que el cambio climático global está teniendo en dos especies vegetales de esa zona.
El grupo compuesto además por Marisol Pizarro, estudiante de Doctorado en Biotecnología de la Facultad de Química y Biología, y Gustavo Zúñiga-Líbano, estudiante de pregrado de Ingeniería en Biotecnología de la Facultad de Ingeniería, hizo un muestreo midiendo parámetros relacionados con los objetivos del proyecto, para utilizarlos como punto de partida.
Paralelamente, instalaron cámaras artificiales para simular calentamiento ambiental acelerado en al menos tres grados de temperatura en zonas antárticas, con el objetivo de monitorear el impacto del calor en dos especies de musgos, en el marco del proyecto Fondecyt Regular N° 1140189 (2014) denominado “Respuestas metabolómicas de los musgos antárticos Sanionia uncinata y Polytrichum alpinum al calentamiento global”.
Desarrollo
“Dejamos instalada toda una plataforma que nos permitirá analizar su efectivamente el calentamiento está o no generando impacto”, indicó el decano Gustavo Zúñiga.
Explicó que debido a su gran capacidad de almacenamiento de agua y su potencial de recuperación tras varios días de deshidratación, los musgos se convierten en apreciados organismos de estudio, sobre todo desde el punto de vista de los cultivos.
“Es muy relevante, porque se puede identificar información de los mecanismos responsables de la capacidad para tolerar la deshidratación y (en una etapa futura) incorporarla en cultivos, ya que la escasez de agua es uno de los problemas que el mundo enfrentará en el mediano plazo. “Por eso, tener especies que sean capaces de vivir con poca necesidad de agua es un desarrollo que contribuirá a mantener disponibilidad de alimentos si es que el agua se convierte en una condicionante”, señaló el científico.
El decano acotó eso sí, que ésta es sólo la parte inicial de una línea investigativa que probablemente tendrá continuidad entre quienes se especializan en el mejoramiento de plantas para contribuir a desarrollar especies tolerantes. “Probablemente no seremos los encargados de hacer estas modificaciones, pero nuestra idea es generar información que pueda ser utilizada”.
Por lo pronto y en relación con el proyecto Fondecyt, el Dr. Gustavo Zúñiga sentenció que el trabajo realizado en la Antártica fue “sumamente productivo, ya que generamos una gran cantidad de resultados que estamos comenzando a analizar, porque somos uno de los pocos grupos experimentales in situ, que hacemos análisis en la Antártica”. Resaltó los logros, ya que “pudimos cumplir prácticamente todos los objetivos que nos habíamos planteado y esperamos ver qué vamos a encontrar el próximo año, cuando vayamos a estudiar comparativamente qué pasa en las comunidades de musgos que se están calentando versus las que están fuera de estas cámaras y evaluar el impacto que esto tiene en los musgos, si acaso son afectados positivamente o no, o si se resienten y efectivamente el calentamiento puede implicar que estas especies, en unos años, se puedan ver impactadas de manera negativa”, debido al cambio climático.
Oportunidad antártica
Un aspecto que el decano de la Facultad de Química y Biología destacó de su permanencia en la base Escudero, fue la alta participación de investigadores de nuestra Casa de Estudios en proyectos australes. “En el contexto que ofrece el Instituto Antártico Chileno, me comentaron desde esa misma fuente que la Universidad de Santiago es la segunda institución de educación superior que más proyectos antárticos tiene, después de la U. de Concepción y por sobre otras universidades importantes del país, lo cual habla bien de nuestros investigadores y es muy estimulante, porque atañe a varios grupos con distintos proyectos”.
El decano insta a que más académicos e investigadores puedan presentar proyectos, ya que “siempre hay aspectos de interés que se pueden evaluar” en el continente antártico, y sobre todo por las oportunidades de infraestructura que ofrece el Inach.
Junto con los valiosos datos que los científicos obtuvieron en la Antártica, el decano reveló que también hubo posibilidad de establecer redes con investigadores, “uno con la doctora Sharon Robinson de Australia, y otro con un grupo de la U. de Portland (Estados Unidos) que también trabaja con musgos. Estamos iniciando conversaciones para establecer un proyecto importante de desarrollo en investigación antártica, que involucre al menos a los tres países, y generar una iniciativa que permita, desde Chile, presentar fondos nacionales”. En este sentido uno de los avances se podría en octubre si se concreta la idea de realizar un workshop sobre cambio climático.