- Formado en nuestra Casa de Estudios Superiores, el nuevo decano de la Facultad de Ingeniería asumió el cargo con energía renovada y con miras a fortalecer una serie de aspectos tendentes a mejorar y flexibilizar los procesos internos, retomar el vínculo con los egresados y mantener el sello de excelencia que caracteriza a los profesionales del Plantel. “No podemos perder nuestra tradición”, asegura.
- La nueva autoridad, se declara dispuesta a potenciar y revisar iniciativas insignes de la Facultad de Ingeniería, como los cambios introducidos en el Módulo Básico y el proyecto Ingeniería de clase mundial 2030, conservando las buenas ideas y corrigiendo lo perfectible.
“Tengo deseos de hacer muchas cosas en la Facultad”, sostiene el nuevo decano de Ingeniería Juan Carlos Espinoza, aunque su apretada agenda ya reveló que el próximo semestre deberá redistribuir su carga de trabajo, en función de la demanda de su nuevo cargo.
Desde el 2 de junio, la nueva autoridad sucede a Ramón Blasco, quien lideró la Facultad con más departamentos de nuestra Universidad, por seis años.
Juan Carlos Espinoza triunfó en la elección para liderar durante tres años el decanato y ya tiene claro su mapa de ruta: piensa continuar con las buenas ideas y revisar las que sea necesario, pero siempre, anteponiendo la excelencia en la formación que caracteriza a los ingenieros de nuestra Universidad.
“En una primera etapa me gustaría mejorar los procedimientos internos y hacerlos más flexibles, para facilitar las iniciativas de los departamentos, por ejemplo en materia de docencia, como la creación de magísteres, que ahora comprometen un proceso muy largo” señala.
Como ingeniero formado al alero de nuestra Corporación, reconoce la importancia de gestionar la acreditación de las carreras de Ingeniería en pre y postgrado. Sobre todo en relación con el prestigio que otorga a los programas y que significa un sello diferenciador. Por eso, entre sus objetivos plantea apoyar a los departamentos en este ámbito, así como potenciar con una inyección de recursos, aspectos esenciales de la gestión académica, como por ejemplo, registro curricular.
Continuidad y cambio
Respecto de la Facultad que asumió, el decano explica que no es partidario de desconocer el trabajo realizado. No es parte de su visión instar a la división, sino todo lo contrario. “Hay procesos que están andando y son importantes para la Facultad. Uno tiene que contribuir, en el tiempo en que está, materializando las metas y corrigiendo si es necesario, pero no se puede partir de cero, eso sería el peor error”, asegura.
“Cuando asumí el cargo de decano, asumí toda la Facultad”, agrega y cuenta que, por ejemplo, se ha reunido con algunos académicos y ex candidatos al decanato, con el objetivo de sumar personas competentes a su equipo. “La elección ya quedó atrás”, afirma.
Eso sí, cree que los proyectos son perfectibles y por eso, revisará los cambios introducidos al Módulo Básico de Ingeniería, por ejemplo. “A estas alturas, es necesario revisarlo y corregir deficiencias que se han ido generando tras la puesta en marcha, por ejemplo, examinar si efectivamente incide en las estadísticas de retención de estudiantes vulnerables”, sostiene.
El resultado de ese análisis es determinante para su gestión, ya que no está dispuesto a perder el prestigio que la Facultad ha cultivado por años. Por ese motivo, también planteará reflexionar sobre el proyecto Nueva Ingeniería 2030: Formando Ingenieros de Clase Mundial.
“Tenemos que ver cómo implementamos este proyecto y los alcances que tendrá, tanto a nivel departamental como a nivel de Facultad, y lo que significará en la formación de nuestros ingenieros, porque no podemos transar nuestra formación científico tecnológica, que es muy fuerte y muy buena. Nuestros ingenieros son reconocidos por eso, entonces necesitamos analizar qué significa agregarle otros elementos de innovación y cómo va a repercutir en nuestro sello, que para nosotros es medular”, sentencia.
Sobre esto, explica que “el proyecto (Ingeniería 2030) tiene objetivos potentes y ambiciosos. El tema es ponernos de acuerdo en qué es lo que entendemos por ‘ingenieros de clase mundial’, ya que esa definición tiene que estar ligada también a nuestra tradición. No podemos formar ingenieros con ciertas características y renunciar a nuestra tradición. En la medida que podamos ir complementando nuestra sólida formación científico tecnológica con habilidades blandas, bienvenido sea, pero sin perder lo esencial: nuestro sello”, sostiene.
No transa con la tradición de excelencia de la Facultad de Ingeniería, porque según explica luego de compartir con otras autoridades de unidades similares a nivel nacional, en una reunión del Consejo de Decanos de Facultades de Ingeniería (Confedi), reconoció que en esa área la Universidad de Santiago es un referente, “eso es un tema que tenemos que seguir manteniendo y ojalá ser referente a nivel internacional”, indica.
Patentamiento y publicaciones
La investigación también es un tema prioritario para su gestión, sobre todo porque parte de su propuesta de campaña incluía estrechar lazos con los investigadores y apoyarlos, creando mecanismos para difundir información entre quienes realizan esta labor, no sólo en la Facultad, sino también, en la Universidad. “Pensamos generar seminarios o congresos de investigación, durante los periodos en que no lo hace la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e innovación”, acota.
Y va más allá, porque entiende las dificultades de la ingeniería en materia de investigación, aclarando que “una política que estoy dispuesto a implementar es generar incentivos de carácter económico dirigido a los investigadores”. Y no sólo para la producción de “papers” ISI, sino también en materia de patentamiento u otro tipo de publicaciones.
Rehaciendo lazos
El decano Juan Carlos Espinoza asegura que uno de los puntos que quiere fortalecer en la Facultad se refiere al vínculo con el sector productivo y espera gestionar convenios e incluso, aportar con capital de riesgo en casos necesarios. Asimismo, pretende potenciar los lazos con otras facultades, a nivel nacional e internacional.
Pero uno de los grandes temas pendientes es la vinculación con los egresados de las carreras de Ingeniería de nuestra Universidad y convocarlos a más actividades que las ya tradicionales cenas y desayunos. “Hay otros aspectos importantes, como por ejemplo que en la generación de los programas de postgrado y postítulo, una buena alternativa es que parte de los profesores sean egresados nuestros bien posicionados en empresas públicas y privadas”, sostiene.
En términos de extensión académica, está al tanto de las innovaciones en tecnologías de la información y le gustaría aprovechar las oportunidades que brindan para transmitir charlas o conferencias vía online, con el fin de generar contenidos que interesen a los egresados, así como estimular su participación en cursos e-learning. “Hay que generar ese sentido de pertenencia” con la Universidad, afirma.
Finalmente, otro proyecto que lo motiva se relaciona con la posibilidad de establecer lazos con ex profesores ya retirados que hayan dictado clases en el Plantel y crear un espacio de acogida hacia ellos, donde puedan poner su experiencia y conocimiento al servicio de nuestros estudiantes, “una especie de club del académico mayor, porque es un capital humano que no podemos perder como Universidad”.