Estudio liderado por el Dr. Antonio Castillo Nara:

Desarrollan biofungicida para combatir pudrición de la fruta

En su interés por contrarrestar los efectos que provoca el hongo Botrytis cinerea, que afecta a diversas especies vegetales, como la uva, hortalizas o frutillas, el investigador del Departamento de Biología de nuestra Casa de Estudios, Dr. Antonio Castillo Nara, probó de manera inédita a nivel mundial un antifúngico natural, que está compuesto de bacterias. El estudio, realizado a través de un proyecto Fondef-IDEA que recientemente finalizó su primera etapa de dos años, obtuvo resultados eficaces en los ensayos efectuados en laboratorio y campo.
En la actualidad, la mayoría de los métodos de control de este hongo están basados en el uso de fungicidas químicos sintéticos, altamente tóxicos y de vida útil corta, ya que suelen generar cepas resistentes del hongo.

Según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) y el Servicio Nacional de Aduanas, la uva de mesa es la fruta de exportación más importante de Chile. Las cifras revelan que alcanzó ventas avaluadas en 1.223 millones de dólares durante el 2017.
Sin embargo, se trata del producto de exportación mayormente afectado por el hongo Botrytis cinerea durante pre y postcosecha, hecho que causa grandes pérdidas económicas a nuestro país: el 19% de la producción anual, pese a los tratamientos convencionales que se aplican, basados en fungicidas químicos sintéticos.

Tras distintos estudios realizados durante más de dos décadas y el desarrollo de un biofungicida exitoso con la bacteria Serratia plymuthica CCGG2742, que actualmente se encuentra en proceso de transferencia tecnológica a Estados Unidos, el investigador del Departamento de Biología, Dr. Antonio Castillo Nara, probó por primera vez el potencial efecto de mezclar más de una bacteria para aumentar la eficacia en el control del patógeno.

El estudio, que recientemente finalizó su primera etapa de dos años, obtuvo resultados eficaces en las pruebas efectuadas en laboratorio y en campo a partir de dos pares y dos tríos de bacterias compatibles.

Al respecto, el investigador remarca que tuvieron éxito “en distintas combinaciones, lo que es bastante novedoso, porque no hay biofungicidas comerciales que sean una mezcla de bacterias y cuenten con estudios profundos como éste”.

Investigación, Desarrollo e Innovación

En la actualidad, la mayoría de los métodos de control de este hongo están basados en el uso de fungicidas químicos sintéticos, altamente tóxicos y de vida útil corta, ya que suelen generar cepas resistentes del hongo.

Aunque también se ha impulsado en las últimas dos décadas el control con fungicidas naturales, éstos contienen microorganismos de una sola bacteria y, por ende, solo un principio activo.

En ese contexto, el Dr. Castillo propone utilizar mezclas de cepas bacterianas silvestres saprófitas, con actividad fungicida contra Botrytis cinerea.

En la primera etapa del proyecto, el equipo caracterizó distintas cepas bacterianas aisladas en el Laboratorio de Virología de Hongos, lo que les permitió comprobar el efecto sinérgico entre dos especies de los géneros Bacillus y una de las especies Stenotrophomonas, Pseudomonas y Pantoea, respectivamente.

Tras realizar las primeras pruebas, el investigador explica que “aprovecharemos este conocimiento para diseñar biofungicidas bacterianos para el control de Botrytis cinerea, cuyo principio activo contenga dos o más cepas bacterianas distintas y que secreten diferentes moléculas, al tiempo que sus blancos moleculares fúngicos sean distintos”.

El estudio se denomina “Caracterización y diseño de nuevos biofungicidas bacterianos para el control de la Pudrición Gris del Racimo en vides de mesa y viníferas, causada por el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea”, y su desarrollo es posible gracias a un proyecto Fondef-IDEA en dos etapas.

En caso de adjudicarse la segunda fase por dos años, el investigador buscará confirmar los resultados de campo y probar -por sugerencia del comité de Fondef- en otros cultivos como cerezas, paltos, nogales y manzanas, que son atacados por diferentes hongos y bacterias, para finalmente generar el producto que será comercializado.

Autor: 
Soledad Fuentes Mansilla
Fotografía: 
Marco Avilés