- Mediante un proyecto Fondecyt Regular, un equipo de investigadores de la Facultad de Química y Biología, liderados por el Dr. Manuel Azócar, trabaja en la optimización de compuestos derivados de este mineral, agregándole propiedades antiinflamatorias, mayor estabilidad térmica y durabilidad, para su posterior uso como agentes antibacterianos.
La plata, además de ser un metal utilizado para joyas, tiene diversas propiedades y aplicaciones. Una de ellas es su alta conductividad de la electricidad. Otra particularidad de este material, es que sus partículas se utilizan en cremas para tratar quemaduras, disminuir verrugas, en sistemas de purificación de agua, pinturas antimicrobianas, y en compuestos antibacterianos.
En este último ámbito, el investigador de la Facultad de Química y Biología de la U. de Santiago de Chile, Dr. Manuel Azócar, a través de un proyecto Fondecyt Regular, desarrolla nuevos agentes antibacterianos en base a plata, con propiedades antiinflamatorias.
El objetivo principal de la investigación es comprender y mejorar los aspectos esenciales de estos compuestos para su posterior uso como agentes bactericidas de amplio espectro y mayor estabilidad al aire y la luz.
“Nuestro interés es optimizar este tipo de metalofármacos, agregando actividad anti inflamatoria, mayor estabilidad térmica frente a la luz, y adicionalmente, identificar elementos que puedan producir efectos tóxicos para las células”, indicó el investigador.
Además, uno de los aspectos novedosos de este estudio es que, debido a que la plata es un metal sensible y se oxida fácilmente oscureciéndose en poco tiempo, se pretenden optimizar los compuestos, con el fin de que sean utilizados en menores dosis, y que presenten mayor estabilidad frente a la luz y el aire.
En una primera etapa, el equipo de trabajo ha logrado preparar una serie de compuestos lo que les ha permitido comprender los factores que permiten la obtención de productos con una mayor estabilidad y más duraderos en el tiempo. También han podido evaluar estos compuestos como agentes antibacterianos.
“A partir del año 2015, tenemos programado evaluar la citotoxicidad de estos compuestos y corroborar nuestras hipótesis con respecto a la disminución de los efectos tóxicos y un análisis más detallado de sus características estructurales “, finaliza el investigador.