- Para el investigador del IDEA, Dr. César Ross Orellana, la declaración de competencia que hizo la Corte Internacional de Justicia de La Haya para tratar la demanda boliviana en contra de Chile, se sustenta en el doble estándar que se percibe en su interpretación del derecho internacional. Por lo mismo, frente a la nueva etapa del juicio, estima que nuestro país debe reformular su estrategia, haciendo que líderes y políticos del mundo opinen a favor del derecho que nos asiste y el peso de la historia, pero apelando a la ‘sensibilidad’, tal como lo ha hecho Bolivia.
El dictamen adverso para Chile de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, donde desestimó el recurso de objeción interpuesto por nuestro país en el marco de la demanda boliviana, y se declaró competente para seguir con el caso, aún genera reacciones en el mundo político nacional.
Algunos juristas no ocultan su preocupación, pues la determinación de la CIJ fue la que menos esperaba el equipo que lleva la causa chilena, sobre todo tomando en cuenta que 14 de los 16 miembros del jurado fallaron en contra de nuestro país. Incluso, algunos dicen que fueron los 16, puesto que los dos votos de minoría proponían revisar el fondo del asunto antes de declarar o no la competencia.
Sin embargo, el agente de Chile ante La Haya, Felipe Bulnes, desestimó que lo vivido en Holanda fuera una derrota, porque -a su juicio- el fallo dañó el corazón de las pretensiones altiplánicas.
Derrota para ambos países
Para el investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de nuestra Universidad, Dr. César Ross Orellana, el dictamen en La Haya marca una derrota para Chile, pero también para Bolivia.
“Chile hizo una presentación para sostener que la corte no era competente, y ésta ha dicho que sí lo es. En ese sentido, esto es una derrota porque nuestro país quería una cosa, y no la consiguió”, explica el Dr. Ross.
Sin embargo, “hay que decir que Bolivia también ha tenido una derrota, en tanto que quería que la corte aceptara que era competente para conocer y avanzar en una sola línea, la cual era que se obligara a Chile a negociar una salida soberana al mar, sin embargo ésta ha dicho que no la tiene para resolver el fondo del asunto, tal cual Bolivia esperaba”, agrega el experto.
Reformular la estrategia
“Es necesario reorientar la política exterior de Chile, y ser bastante más imaginativos de lo que hemos sido hasta ahora, para zanjar el tema actual”, afirma el Dr. Ross respecto a qué camino debe seguir la defensa nacional en lo que siga del juicio.
Según el académico, la estrategia nacional debió destacar los factores históricos por los cuales, nuestro país desarrolló un conflicto bélico con Bolivia que a la postre significaría la firma del tratado de 1904 y la cesión a perpetuidad de territorios a Chile. Es decir, por ejemplo, que no fue una invasión la guerra, sino una reacción ante la alianza secreta en Perú y la nación altiplánica.
“Si tuviéramos que hacer un balance sobre que más pudimos hacer, probablemente se debió destacar que si Bolivia ha perdido territorio a consecuencia de que hubo una guerra, fue a causa que Bolivia organizó, inspiró y motivó una alianza con Perú en contra de Chile”, subraya el académico.
En ese sentido, “es necesario reforzar una estrategia comunicacional, que no solo contemple la explicación de la posición jurídica de Chile, sino que considere los otros aspectos de orden histórico que contextualizan por qué fuimos a una guerra”, añade el Dr. Ross.
Mientras nuestro país ha desarrollado una táctica circunscrita al ámbito jurídico, Bolivia ha adoptado el papel de víctima, en el concierto internacional. Sin embargo, según el Dr. Ross, no es suficiente con ese rol, si no va acompañado de “alianzas políticas importantes de modo tal de lograr los resultados esperados”.
“Bolivia logró el apoyo de Brasil y Argentina. Llevó su causa a los foros internacionales, como había hecho en el pasado, pero con más apoyo. Consiguió el apoyo del Papa, que si bien es un error por constituir una intromisión de un Estado en los asuntos de otro pero, con todo, es un acierto de la política internacional boliviana para esta causa”, enfatiza el investigador.
En esa línea -estima el académico- “tal vez hay crear una estrategia política internacional que considere, por ejemplo, buscar el apoyo de otro líderes políticos para que también puedan decir los puntos de vista de Chile”.
Redefinir lo que desea el país
Cree el Dr. Ross, que antes de proseguir con la demanda en La Haya, es necesario que el país haga el ejercicio de definir si quiere o no ceder soberanía a Bolivia. En ese sentido, debe ser una consulta amplia, donde participen todos los sectores de la sociedad, especialmente aquellos que representan a las culturas originarias de las zonas en disputa.
Hasta el momento, nuestro país ha actuado, “sin consideración de los derechos ancestrales que tienen algunas comunidades que viven en ese territorio, que teóricamente se está transando en una dirección u otra, como si esas comunidades, que están mucho antes que existiera Chile y Bolivia no tuvieran derecho a opinar”, dice el Dr. Ross quien agrega que, ese contexto, “los Estados centrales han actuado de manera indolente”.
Doble estándar en La Haya
Para el Dr. Ross, el veredicto de la CIJ, denota el doble estándar con que internacionalmente se valora el apego al derecho internacional.
“Ser un país respetuoso del derecho internacional, es premiado cuando se trata de pagar la deuda externa, y se cumplen los compromisos contraídos bajo las normas de la Organización Mundial del Comercio”. Aquello significa ser “premiado por las grandes potencias, y los vecinos, cuando se trata de la certeza jurídica de la propiedad privada”, enfatiza el analista internacional.
Sin embargo, “cuando se trata de reivindicar los derechos territoriales, adquiridos gracias a una guerra que no fuimos invitados, nuestro derecho internacional parece ser castigado”, agrega.
“Entonces hay un doble estándar gigantesco en esta consideración de la Corte”, complementa.
Finalmente, “ya es hora que miremos críticamente nuestra estrategia, donde no basta tener la razón jurídicamente, sino que necesitamos complementar esa con otras, porque la corte está actuando en arreglo a otras consideraciones que nosotros habíamos hecho a un lado”, concluye el investigador.