- A juicio del economista y académico de la Universidad, Francisco Castañeda, esta definición de “clase media” hecha por el Banco Mundial está basada en el poder nominal de compra, y no está condicionada a lo que cuestan, en términos reales, los bienes. “No es lo mismo ser pobre en una urbe latinoamericana, que en zonas rurales”, señaló.
Según el informe entregado por el Banco Mundial, denominado “La movilidad económica y el crecimiento de la ‘clase media’ en América Latina”, Chile es uno de los países que junto a Brasil, Costa Rica y Colombia, han tenido la mayor movilidad económica y social de su población entre los años 2003 y 2009.
Esta movilidad se traduce en que, al menos, dos millones de chilenos pasaron a formar parte de la clase media del país, en los últimos seis años. El reporte de la entidad incluye -también- un nuevo estrato socioeconómico denominado "vulnerable", que clasifica a quienes mantienen mejores estándares que los pobres, y un 40 por ciento de los latinoamericanos se incluyen en este nuevo grupo socioeconómico.
Según el Banco Mundial, quienes clasifican en la categoría de ‘clase media’, son personas que reciben entre 10 y 50 dólares diarios (entre cuatro mil 800 pesos y 24 mil pesos diarios), aproximadamente, el salario mínimo.
El economista y académico de la FAE, Francisco Castañeda, aclaró que Chile tiene un porcentaje de la población en ‘clase media’ de un 42 por ciento, de acuerdo a estos parámetros definidos por el Banco Mundial. “Esta clase media no ha crecido significativamente para Chile, lo que es consistente con los resultados de la encuesta Casen en cuanto a que marginalmente mejora la distribución del ingreso, pero los niveles de pobreza permanecen constantes en los últimos siete años”.
El informe del Banco Mundial también destaca la supuesta alta movilidad social al señalar que los chilenos se han movido hacia segmentos superiores, desde la pobreza a la "vulnerabilidad", entre 1992 y 2009, siendo la más importante de todas en Latinoamérica, con un 60 por ciento.
A juicio del economista de nuestra Universidad, hay que destacar que “ganar entre 4 y 10 dólares diarios en Chile no significa un ascenso social significativo, sustentable, y que más bien se debe a las tradicionales fricciones del mercado del trabajo y a un avance consecutivo del ingreso per cápita”, puntualiza el académico Castañeda.
Lo que sí queda claro es que el crecimiento económico no es suficiente para disminuir los niveles de precariedad social. Aunque la energía empresarial y un buen clima de negocios son esenciales para enfrentar estos retos que se deben complementar con políticas públicas más activas y que apunten, en el largo plazo, a diversificar más estructuralmente la actual oferta exportadora y al sistema productivo en su conjunto, según estimaciones de Castañeda.
De manera enfática, el académico de la U. de Santiago cuestionó la definición operacional que el Banco Mundial realiza de ‘clase media’, porque “está basada en el poder nominal de compra y no está condicionada a lo que cuestan en términos reales los bienes. No es lo mismo ser pobre en una urbe latinoamericana, que en zonas rurales. Tampoco es lo mismo ser pobre en Argentina que en Centroamérica”.
Finalmente, a juicio del experto, el estudio no tiene asociado un análisis de costo de la educación, ni calidad de escuelas públicas, por ejemplo. “El supuesto aumento de la clase media en esta definición sui generis del Banco Mundial, podría deberse, entre otros factores, al fuerte crecimiento de sectores transables ligados a un ciclo expansivo en los precios de los commodities. Pero, en general, esto no asegura sustentabilidad de los modestos avances en materia de pobreza y distribución de ingreso, dado el actual patrón de desarrollo basado en explotación de materias primas y en producir productos con un relativo bajo valor agregado”, sentenció Castañeda.