Especialistas abogan por la promoción de la sustentabilidad en la minería nacional

  • Representantes de diferentes entidades asociadas a la minería, del ámbito público y privado, se reunieron la semana pasada para abordar el concepto de sustentabilidad en el marco del Coloquio "Minería: ¿Sustentable?", organizado por la Asociación de Investigadores para el Desarrollo y la Interdisciplinariedad (INDI), de la Vicerrectoría de Investigación Desarrollo e Innovación.

 

Especialistas nacionales se dieron cita recientemente en el Plantel para abordar la sustentabilidad en la industria minera local. La actividad, organizada por la Asociación de Investigadores para el Desarrollo y la Interdisciplinariedad (INDI) deVridei, tuvo como objetivo realizar un diagnóstico crítico de esta fundamental actividad para el desarrollo del país, desde una perspectiva económica, medioambiental y social.

En la oportunidad, el jefe de proyectos RSE mineros de la consultora VERSE, quien además es egresado de esta Casa de Estudios, José Antonio Valdivieso, criticó que se le otorgue sólo énfasis a los resultados económicos de una actividad como la minería pero “muy poco espacio a lo social y ambiental”, remarcando que es necesario “repensarnos como sociedad” y examinar nuestra relación con el medioambiente.

Para Valdivieso, el primer paso es avanzar hacia una sociedad sustentable, lo que en el corto plazo, se traduciría en una respuesta en la misma línea, por parte del mundo empresarial.

Faenas mineras

Por su parte, la jefa de Proyectos Línea Geoquímica Ambiental de la  Fundación Chile, María Carolina Soto, se refirió a la ley de cierre de faenas y drenaje ácido. Indicó que cada etapa en los procesos mineros genera impactos, tanto positivos como negativos, desde el punto de vista económico, social y ambiental. En este escenario, el desafío es que los procesos se puedan cerrar adecuadamente, “con el fin de no poner en riesgo a las personas y el medio ambiente”, plantea.

De acuerdo a la especialista, el cierre de una faena puede estar determinado por una serie de factores como el agotamiento del recurso, el alza en los costos de producción o dificultades del entorno. Este proceso puede generar diversas alteraciones, por ejemplo, cambio en el uso de suelo, modificaciones en el paisaje, daños en la biodiversidad, inestabilidad física y química de los depósitos de residuos mineros masivos.

En relación a los efectos negativos, la representante de Fundación Chile se centró en la inestabilidad química, señalando que estos residuos entran en contacto con los factores ambientales, principalmente el agua y el aire, y algunos factores biológicos como bacterias, generando distintos drenajes. De estos últimos, el más conocido es el drenaje ácido, que produce impactos como la contaminación de aguas superficiales y subterráneas, etc. Este panorama, a su juicio, debería cambiar producto de la puesta en marcha de la Ley 20.55, que introduce el concepto de estabilidad química.

María Carolina Soto hizo un llamado al mundo empresarial a prevenir estos impactos, lo que, a su juicio, implica un cambio de mentalidad en los equipos de profesionales involucrados. “Los temas ambientales son sólo responsabilidad de las gerencias de sustentabilidad y medio ambiente”, remarcó.

Sustentable  económica y socialmente

Posteriormente, el representante del Comité de Defensa del Cobre, Julián Alcayaga, explicó que la minería es económicamente sustentable “porque el costo de producción en Chile es bajo en comparación con los otros países” y porque están dadas las condiciones geográficas para ello. Además, el economista criticó la permisibilidad de la ley que, de acuerdo a sus los antecedentes que maneja, permite que las empresas mineras obtengan grandes dividendos, cumpliendo muy pocas obligaciones.

Finalmente, la representante de la Plataforma Diálogo Minería y Desarrollo Sostenible-Chile, Mitzy Canessa, abordó esta temática desde la perspectiva social. Para la consultora de estudios sociales “es difícil hablar de minería y no pensar en conflictos. Cuando hablamos de sustentabilidad es un muy buen negocio para las empresas, pero un muy mal negocio para la comunidad”, añadiendo que “las comunidades lo que más anhelan es ser mirados, escuchados y considerados”.