Estudian moléculas para controlar hongo que afecta producción de uva

  • Con el fin de ofrecer una solución a una problemática de la industria vitivinícola nacional, el Dr. Rodrigo Contreras desarrolla una investigación que permitiría controlar la acción generada por el hongo Botrytis cinérea.

 




Actualmente las viñas ocupan más de 125 mil hectáreas y se obtienen producciones que ascienden a los 1.200 millones de litros, lo que refleja que la producción vitivinícola es fundamental para la economía nacional.

La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) afirma que Chile ocupa el quinto lugar entre los exportadores mundiales de vino; sin embargo, estas producciones corren el riesgo de contraer la pudrición gris, que es causada por el hongo Botrytis cinerea, que provoca la pérdida parcial o total de los insumos.

Con el fin de ayudar a la industria vitivinícola del país es que el Doctor Rodrigo Contreras Arredondo, de la Facultad de Química y Biología de nuestra Universidad, desarrolla una investigación que permitirá controlar los problemas generados por el hongo mencionado, después de la cosecha y durante el transporte del producto.

Se trata de un proyecto Fondecyt Postdoctoral 2016 (3160274), iniciativa patrocinada por la Dra. Leonora Mendoza, quien es experta en la búsqueda de productos naturales botricidas.

Esta especie investigada por el doctor Contreras tiene la capacidad de sobrevivir a pesar de las condiciones ambientales extremas, lo que llamó su atención. Tras ocho años de trabajo con esta especie, bajo la supervisión del Dr. Gustavo E. Zúñiga, desarrolló una propuesta que permitiría encontrar productos naturales para el control de la pudrición gris.

Según explica, “todos los tratamientos que se han encontrado para controlar esta plaga, tienen cierto grado de incidencia en la salud humana. Y ante el desarrollo de la química verde, que disminuye compuestos intermedios nocivos, me enfoqué en usar esta planta como modelo porque ha sido poco estudiada”.

Aplicación biotecnológica

El laboratorio de Fisiología y Biotecnología Vegetal de la Universidad, en palabras del Dr. Contreras, es el que tiene mayor información respecto a esta especie endémica extremófila y al uso que tienen sus moléculas. Es por ello que la investigación ya está adelantada y pasará a la fase de aplicación a los frutos.

“El proyecto está enfocado en la industria frutícola y vitivinícola, porque la uva que se exporta sufre de mucha contaminación post cosecha y en el periodo de transporte”, señala.

El académico puntualiza que la aplicación es post cosecha para resguardar que la presencia del hongo no afecte a la uva y así no perder el sello de calidad y la denominación de origen que caracteriza a este producto. “Nosotros queremos usar los productos naturales que sintetiza la planta, es decir, vamos a utilizar las plantas como fábricas de moléculas activas y esas moléculas aplicarlas en los frutos post cosecha, evitando el uso de pesticidas sintéticos”, sostiene.

En primera instancia, el desarrollo de la investigación aplicada se efectuará en condiciones de laboratorio, buscando un método que permita potenciar la producción y proteger al fruto. Luego, el Dr. Contreras espera poder dilucidar el mecanismo completo que permitiría que la pudrición gris no se desarrolle. También, indica que el uso de esta planta extrema no tiene efecto dañino en el ser humano y, además, es un producto biodegradable.

La aproximación al hábitat natural en el cual vive la planta y los trabajos de laboratorio permiten al Dr. Contreras estar muy vinculado a sus características y al cuidado del ecosistema, conocimientos que se deben tener al momento de trabajar con elementos de la naturaleza.

“Afortunadamente mi ex-tutor, el decano de la facultad, Dr. Gustavo Zúñiga, me permitió viajar cuatro veces a terreno para estar en contacto con estas especies. Si bien, trabajé harto en condiciones de laboratorio mucho antes de viajar, ir me ayudó a no estar encasillado en el mismo tipo de trabajo. Me permitió tantear otras cosas, sin embargo, la mayor cantidad de cosas que he logrado es trabajo en laboratorio”, comenta.

Para el Dr. Contreras, cuando se trabaja en terreno debe ser muy consciente, porque hay que trabajar con lo mínimo para no generar un impacto negativo en los ecosistemas, agregando que “cada vez que tú traes una planta de áreas silvestres poco intervenidas por el ser humano o un tejido, te traes historia, por eso hay que ser súper responsables”, concluye.