La acreditación en salud es un proceso de evaluación al cual se someten los diversos centros asistenciales, permitiendo fijar el cumplimiento de estándares de calidad relacionados con la atención a las y los usuarios. A pesar de su importancia, es de carácter voluntaria para los más de 2 mil establecimientos de atención primaria de salud que existen en Chile.
Ante esto, un equipo de seis investigadores/as, encabezado por Juan Coss, Jairo Vanegas y Alejandra Rojas, docentes de la Escuela de Obstetricia y Puericultura, publicó un estudio en la International Journal of Environmental Research and Public Health, una prestigiosa revista científica suiza perteneciente al Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales del mismo país (MDPI en inglés).
Dicha investigación indagó en el proceso de acreditación de los 33 Centros de Salud Familiar (Cesfam) evaluados de forma positiva hasta 2019, los cuales representan sólo el cinco por ciento de un total de 593 recintos.
El trabajo caracterizó a las 17 comunas que poseen centros acreditados en calidad -ubicadas en su mayoría en la zona centro sur del país-en relación con 18 variables socioeconómicas, demográficas y de gestión clínica, de recursos humanos y financiera.
El objetivo fue aportar con nuevos antecedentes que pudiesen influir en los resultados favorables de dichos establecimientos.
Esta publicación científica corresponde a una primera fase, de carácter cuantitativa, de un proyecto Dicyt que contempla otros dos artículos que se darán a conocer en el futuro, además de la elaboración de un libro que relatará la historia de este proceso indagatorio y la realización de seminarios al respecto.
Los resultados
El estudio dio cuenta de un comportamiento dispar de las comunas con centros acreditados frente a las variables utilizadas. Según explicó Juan Coss, investigador jefe del proyecto, no fue posible determinar si en la acreditación influía de manera determinante una variable u otra, en especial las de carácter financiero. “Lo que sí identificamos es que las comunas (con Cesfa acreditados) se agrupan en virtud de ciertos elementos”, tales como la cantidad de usuarios inscritos en los centros versus la población total de las comunas, niveles de pobreza e ingresos municipales.
El artículo destacó que municipios con altos índices de pobreza y bajos niveles de financiamiento lograron acreditar a sus Cesfam. Además, señaló que de siete elementos relacionados con gestión de recursos humanos, cinco de aquellos contribuyen de manera importante al logro del proceso, agregando que lo anterior “se podría explicar por la incorporación de una cultura de calidad en los funcionarios que integran los centros de salud”.
“Hemos visto luces de que aquello marca la diferencia, aunque se debe comprobar dicha hipótesis. Hay diferencias en el estilo de liderazgo y de trabajo en equipo que sí puede ser un factor común que se ha traducido en el éxito de los procesos de acreditación”, aseveró la investigadora Alejandra Rojas.
Camino trazado
Para Juan Coss, los centros de salud familiar que han logrado acreditarse en calidad “son pioneros y lo han hecho sólo por compromiso hacia la población. Por eso, lo que estamos haciendo es contribuir con herramientas y elementos técnicos que les puedan ayudar a sobrellevar un mejor proceso”.
Por su parte, el académico Jairo Vanegas destacó la importancia de fomentar la acreditación en calidad en la atención primaria de salud. “En ese sentido, la participación comunitaria también lo es, para que así las estrategias de prevención tengan algún resultado importante y disminuyan la carga de la atención terciaria, que implica más recursos y mayor cantidad de personal especializado”.
La siguiente fase del estudio consiste en un análisis cualitativo, que consta de entrevistas en terreno a los equipos de salud de los centros asistenciales acreditados, algunas de las cuales ya se han llevado a cabo. “Podremos evaluar aspectos como el liderazgo y habilidades más transversales”, concluyó Rojas.
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