Socializar a la comunidad universitaria sobre las particularidades del ballet, a través de un diálogo lúdico y cercano, permitiendo a quienes no manejan su lenguaje escénico interiorizarse en torno a su riqueza artística/conceptual y entregar detales del 2° Festival de Coreógrafos fueron los principales objetivos de la clase ofrecida por coreógrafos y bailarines del Ballet de Santiago y Ballet Nacional Chileno, Banch.
La actividad contó con el respaldo de decenas de estudiantes de nuestra Casa de Estudios, respaldando con ello esta iniciativa de la Fundación de Egresados y Amigos del plantel (Fudea), con el apoyo del Teatro Municipal de Santiago.
La subdirectora del Ballet de Santiago, Luz Lorca: la asistente de ensayo del Ballet Nacional Chileno, Banch, Kana Nakao; el director artístico del Ballet Nacional Chileno, Banch, Mathieu Guilhaumon, y el coreógrafo José Vidal, a cargo de la creación “Pedro”, fueron los encargados de dar a conocer estos contenidos a la comunidad universitaria.
El encuentro permitió a los participantes preguntar a los expositores los objetivos del 2° Festival de Coreógrafos, así como empaparse de los conceptos del ballet y el proceso creativo.
Los asistentes recibieron un ticket gratuito para el espectáculo, el que podrán disfrutar el martes 1 de septiembre en el Teatro Municipal.
Desde Radiohead hasta Ludwig Minkus
La clase permitió conocer detalles sobre el tipo de ballet que actualmente se está impulsando en el país, donde el abanico, tanto de contenido, musicalización y puesta en escena ha incorporado variados elementos contemporáneos, que han potenciado su extensa y rica tradición.
La subdirectora del Ballet de Santiago, Luz Lorca, explicó que una vez al año el Ballet de Santiago establece una fecha para dar a conocer las obras y propuestas de coreógrafos contemporáneos. “Es una experiencia que para nosotros es muy gratificante”, afirmó.
En la misma línea, agregó que para los bailarines, el 2° Festival de Coreógrafos, en el que se incluyen obras que transitan desde experiencias que incorporan musicalizaciones de Johnny Greenwold, guitarrista de Radiohead, hasta Freddie Mercury, es una experiencia muy importante.
Sobre esta mixtura, que incluye, entre otras piezas, la tradicional “La bayadera” de Ludwig Minkus, añade que ella permite plasmar, dentro de estas creaciones, “otro vocabulario”, invitando, tanto a coreógrafos como a bailarines a explorar nuevas experiencias y repertorios.
Abrir los sentidos y disfrutar
Refiriéndose a las particularidades intrínsecas del ballet, Guilhaumon señaló que se produce un fenómeno similar al “habla”, ya que el ballet tiene su propio vocabulario, “de la ‘A’ a la ‘Z’ (...)”, que permite conformar palabras que constituyan un lenguaje particular.
Sobre esto, puntualizó que cada uno, como actor dentro de la disciplina, lo va a leer distinto, debido a la sensibilidad de quien lo interprete.
“Tenemos nuestro vocabulario. No son letras, sino pasos: movimientos con el cuerpo. De ahí armamos palabras. Es exactamente lo mismo que hace un escritor”, afirmó.
En la misma línea, José Vidal complementó que, efectivamente, “son las mismas palabras, pero no es lo mismo leer a Bolaño que a Neruda”.
Ante la consulta sobre cómo abordar una obra para quienes no manejan el lenguaje de ballet, pero que les gustaría asistir a algún espectáculo, Vidal afirmó que lo fundamental es partir disfrutándolo desde un goce estético. “Tienes que encontrar la belleza en algún lado”, señaló.
De esa forma, estima que es posible acceder a otras capas perceptivas, como la atmósfera emocional hasta aspectos de carácter técnico.
A juicio de Luz Lorca, a modo de conclusión, la clave radica en “abrir los sentidos y disfrutar. Dejarse llevar. Si un primer espectáculo lo quieren analizar de forma intelectual, están perdidos. Hay que disfrutar, entregarse, crear ese puente invisible entre la emoción del bailarín y que te toque el alma”.