La palabra ‘eclipse’ proviene del griego ‘ékleipsis’, que se asocia a los significados ‘desaparición’ o ‘abandono’. Por eso, muchas culturas lo interpretaban como un mal presagio. “Todo el mundo tenía miedo, estaba aterrorizado”, afirmó Bradley Schaefer, profesor de astronomía y astrofísica a BBC Mundo en 2017. Así, por ejemplo, en China se creía que el fenómeno era provocado por dragones que devoraban al sol. Sin embargo, en algunas regiones de África, el eclipse era un momento en que el Sol y la Luna apagaban la luz para tener un romance.
¿Cómo lo viven los pueblos originarios en Chile? Para la Encargada del Centro Intercultural para la Investigación y la Transformación Educativa Rangin Wenu Mapu de la Universidad de Santiago, Dra. Elisa Loncon, el eclipse es un evento que es esperado con respeto, ya que el Sol representa para estas culturas el principal elemento que determina la manera de comprender el tiempo.
“Existe una palabra que designa la muerte del Sol, Layantü, y otra para la muerte de la Luna”, afirma la académica del Departamento de Educación de la Usach y experta en educación intercultural. “El Sol y la Luna son elementos que definen el tiempo para los pueblos originarios, por lo que designar la muerte de uno de estos implica que algo se detiene, un cambio de ciclo en la vida del astro. En el contexto de la muerte, es fuerte porque se identifica con un cambio de proceso”, explica.
Finalmente, de acuerdo a la profesora de mapudungun, la muerte en el pueblo mapuche significa la trascendencia del ser humano, que deja su presente para ascender como espíritu. En el caso de un eclipse, el momento implicaba una suspensión en el tiempo donde dicho pueblo espera que este se reestablezca. “Simplemente, hay respeto por ese momento, en que ocurre algo distinto en la naturaleza. No es algo que se prediga, sino que solo ocurre y hay que vivirlo tal cual”, concluye.