El Gobierno se encuentra afinando los últimos detalles del anexo técnico que defina cómo van a funcionar la implementación de medidores inteligentes de energía. En siete años, estos equipos debieran estar instalados al 100%, reemplazando los sistemas actuales de medición de las viviendas en Chile.
Para el Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, Dr. Humberto Verdejo, la instalación de este nuevo de medidor no impedirá que sigan produciéndose cortes de energía.
“El uso de estos dispositivos no significará que los cortes de suministro dejen de ocurrir, pero sí podrán reducirse los tiempos asociados a la reposición del suministro”, considera. Esto, debido a que pueden recopilar información para enviarla al concentrador.
El costo de un medidor es de $100 mil. Esto, ¿será financiado por el cliente final? A juicio del Dr. Verdejo, esto es incorrecto. “Aún existe la idea en las personas de que el costo del equipo debe ser cancelado por el cliente final. Lo anterior no es efectivo, dado que la inversión será asumida por la empresa de distribución”, asegura.
Con todo, el especialista considera que aún hay desafíos pendientes en la materia, como realizar revisiones en las instalaciones domiciliarias, donde probablemente será necesario implementar mantenimientos de diversa índole. Por lo anterior, estima que el plazo de siete años para instalar estos equipos parece insuficiente.
“Me parece poco prudente acelerar un proceso que debe ser implementado con todos los actores del sector”, sostiene. “Además, existe un sector económico asociado a las personas que trabajan recopilando lecturas de medidores en terreno, lo que hace necesario generar un plan de capacitación para ser reubicados y no terminar generando un incremento en los indicadores de cesantía”, agrega.
Finalmente, indica que este equipamiento permitirá que los clientes usen la energía en períodos donde podrán optar a beneficios tarifarios. “Con la inserción de los medidores inteligentes será posible hacer gestión de la demanda e implementar políticas de eficiencia energética. Las modificaciones tarifarias deberán ser puestas en marcha en la medida en que los medidores inteligentes se vuelvan masivos en su uso”, concluye.