El problema radica tras la división del sector enérgetico en 1983.

Experto: promesa del Gobierno de incorporar un 70% de energías renovables para 2050 es inviable

El Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Humberto Verdejo, afirma que para alcanzar la meta del plan del Gobierno ‘Energía 2050: nueva política energética para Chile’, se le deben hacer modificaciones sustanciales a la regulación actual.
De acuerdo al director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, quien ha investigado el impacto de estas energías en el país en el sistema eléctrico nacional, el problema radica en que tras la división del sector, en 1983, “el Estado ya no tiene una participación como ente dueño de activos de generación y transmisión, todo lo tienen los privados. El Estado solo puede proponer leyes, reglamentos y normativas, pero en la situación actual que está el mercado, no puede obligar a construir una línea de transmisión eléctrica de un punto a otro".

Un total de 84 propuestas se presentaron al proceso de licitación de suministro eléctrico esta semana. En el listado, destacan compañías de generación de Energías Renovables No Convencionales (ERNC), lo que trae a colación el plan del Gobierno ‘Energía 2050: nueva política energética para Chile’. Entre sus metas, el documento establece que el 70% de la generación eléctrica nacional provenga de estas energías, inagotables y, por lo tanto, claves para un desarrollo sustentable.

 

¿Es viable alcanzar esta meta, en el estado actual del sector energético? Para el director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, para alcanzar la meta debe modificarse “no solo el sector de generación, sino que también la normativa vigente y el mercado actual, que le coloca barreras a las ERNC”.

 

“No se puede pensar en una política a 30 años más si los inversionistas no van a tener en cuenta este horizonte de planificación. Aquí es donde el Estado debe generar las instancias para que esto no dependa del Gobierno de turno”, explica.

 

De acuerdo al especialista, que ha investigado el impacto de estas energías en el país en el sistema eléctrico nacional, el problema radica en que tras la división del sector, en 1983, “el Estado ya no tiene una participación como ente dueño de activos de generación y transmisión, todo lo tienen los privados. El Estado solo puede proponer leyes, reglamentos y normativas, pero en la situación actual que está el mercado, no puede obligar a construir una línea de transmisión eléctrica de un punto a otro”.

 

“Los que invierten efectivamente son los privados”, continúa el doctor en ingeniería eléctrica. “Las políticas de Gobierno, sobre todo en el sector de energía, son transitorias y dependen del enfoque del Gobierno de turno. El ministro dice que quiere al 2050 un 70% de energías renovables, pero luego viene otro ministro con otro Gobierno, que puede terminar rehaciendo un plan estratégico pensando en el mismo periodo”, explica.

 

Más problemas

 

Para Verdejo, otro inconveniente para la incorporación de estas energías es que “los medios de generación están lejos de los centros de consumo y es necesario construir líneas de transmisión, que son las carreteras de electricidad. Si eso no va de la mano con el desarrollo de la generación, es muy difícil alcanzar ese porcentaje de penetración que quiere el Ministerio”.

 

“Si efectivamente queremos ampliar la oferta de generación, incorporando las ERNC, eso  tiene que ir de la mano con un desarrollo estructural del sistema de transmisión para incorporar estos medios de generación”, agrega.

 

Finalmente, estima que “si efectivamente el Gobierno está generando una política de ampliar la matriz energética para bajar los precios en el cliente final, necesariamente tendrá que impulsar medidas para que los privados puedan conectarse al sistema de transmisión a partir de la construcción de nuevas líneas”.

 

¿Qué hacer entonces?

 

“Si existen problemas en planificar la transmisión eléctrica, la solución es que el Estado genere una empresa que participe en el proceso de líneas de transmisión que no tendrá un horizonte cortoplacista de beneficio para un conjunto reducido de personas, sino que pensando en el largo plazo, donde también tenga un impacto social”, concluye.

 

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos
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