El Grupo de Investigación Antártica de la Universidad de Santiago de Chile concluyó que la extensión promedio del agujero de ozono entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre de este año fue de 17 millones de kilómetros cuadrados, el tamaño más pequeño de los últimos 16 años. Es decir, si desde 1980 hasta 2006 el agujero había experimentado una creciente extensión y profundidad, eso habría cambiado en la última década, cuando los valores se estabilizaron entre los 25 y 20 millones de kilómetros cuadrados. El líder del Grupo de Investigación Antártica y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Raúl Cordero, señala que la importancia del dato es que marca un cambio en la tendencia.
De acuerdo al especialista, sólo en 2002 este agujero había alcanzado la menor cifra registrada de los últimos años, cuando llegó a los cerca de 12 millones de kilómetros cuadrados.
“Creemos que el agujero dejó de crecer y está, a lo menos, estable. Estamos observando las primeras señales de la recuperación del agujero de ozono”, asegura el Dr. Cordero. De acuerdo al especialista, el cierre total está previsto para la segunda mitad de este siglo. El periodo en que el grupo realizó las investigaciones es el momento donde el fenómeno del agujero en la capa de ozono alcanza su mayor intensidad, explican los investigadores.
Sin embargo, advierte que el cierre total del agujero puede incrementar los niveles de ozono, lo que traería consecuencias negativas para la Antártica, ya que al ser un gas de efecto invernadero podría “acelerar su derretimiento”.
Investigación antártica
Para realizar las mediciones, el Grupo utilizó las instalaciones de su plataforma de investigación climatológica en la Antártica TARP-02 (Transport Antarctic Research Plataform), implementada en 2015 con tecnología de punta para analizar el cambio climático y su impacto en el Hemisferio Sur.
La plataforma se encuentra a 250 metros de la base Profesor Julio Escudero del Instituto Antártico Chileno (Inach), en Isla Rey Jorge, y opera desde noviembre a marzo de cada año. Además, en la época también se trasladan a la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión, localizada a 1.080 kilómetros de distancia del polo sur.
Para este fin, los investigadores también cuentan con una estación de monitoreo de iguales características en Santiago y otra junto al observatorio ALMA. De acuerdo al Dr. Cordero, prontamente implementarán la TARP-05 en la zona central de la cordillera de los Andes.
“Todas las estaciones están a distintas latitudes, a lo largo de una transecta longitudinal. Hoy, la universidad tiene estaciones a lo largo de una transecta de 5.500 kilómetros”, destaca.
Nueva expedición
El experto destaca que el Grupo de Investigación Antártica es parte de la 54° versión de la Expedición Científica Antártica, que organiza el Instituto Antártico Chileno (Inach), con apoyo de la Fuerza Aérea y buques de la Armada, y que comenzó este mes para extenderse hasta abril del próximo año.
En ese contexto, hoy viajarán los primeros dos investigadores del Grupo: Braulio Valdebenito y José Antonio Jorquera, ambos del Departamento de Física de la Universidad de Santiago, quienes permanecerán un mes en la zona monitoreando los efectos de la capa de ozono en el hemisferio sur, para luego ser relevados por un nuevo equipo de investigadores.
“La Universidad de Santiago es el plantel con mayor cantidad de proyectos de investigación ejecutándose hoy en la Antártica”, resalta el investigador Raúl Cordero.
El grupo Antártico
El objetivo general del Grupo es estudiar la influencia de la Antártica en el clima global y los efectos del cambio climático en la Antártica. Se trata de un grupo interdisciplinario de investigadores compuestos por físicos, químicos e ingenieros, que desde el año 2010 investigan el continente blanco. La actual es su séptima campaña en la zona.
Actualmente poseen cinco proyectos vigentes: 3 Fondecyt, 1 proyecto Anillo y otro financiado por Inach, basados en clima espacial, atmósfera, y nieve y hielo como líneas de investigación.
Según explica el Dr. Cordero, la importancia de investigar el papel que desempeña la Antártica en el clima mundial radica en que “el clima del hemisferio sur ha sido fuertemente influenciado en los últimos 40 años por el agujero de ozono y por procesos que se han dado en la Antártica. Entonces, hay una interacción muy fuerte entre la Antártica y la circulación en el hemisferio sur, es decir, en los vientos, la nubosidad y las precipitaciones”, puntualiza.