- El doctor Wilfredo Quezada, experto en filosofía de las ciencias con énfasis en lógica, física y matemática, realizará un aporte a la comprensión del comportamiento de la materia.
Desde la antigüedad, la causalidad en el mundo natural ha supuesto que todo hecho o evento es efecto de alguna causa. Esto sigue la lógica que en la naturaleza no hay nada que pueda suceder sin un principio que lo motive, nada que pueda existir sin una razón antecesora.
Diversos autores, en particular filósofos y físicos, han elaborado críticas a esta visión tradicional. Una de éstas, formulada el siglo pasado en el contexto de la teoría de la relatividad especial, ha planteado que muchos procesos que deberían ser considerados como causales, de hecho no pueden calificar como tales pues violan la velocidad de la luz. Sombras en movimiento o trazas de laser proyectadas en una pared situada a una distancia arbitraria son buenos ejemplos de estos procesos. Estos fenómenos que se constituyen como causas falsas fueron denominados por el filósofo norteamericano Wesley C. Salmon –siguiendo el trabajo del filósofo de la ciencia alemán Bernhard Reichenbach- pseudoprocesos o procesos pseudocausales.
Motivado por la problemática filosófica que plantean estos procesos, el académico del Departamento de Filosofía de la U. de Santiago, Wilfredo Quezada, se encuentra a la cabeza del proyecto "Pseudocausalidad: una variante de casualidad clásica en filosofía de la física", financiado por el Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas.
El estudio surge a raíz del trabajo que ha ido desarrollando Quezada durante su vida profesional y académica. “Yo había realizado algunas publicaciones sobre ciencia física y como consecuencia de ese estudio comencé a investigar algunos problemas en causalidad física, en particular en relatividad especial, detectando este tipo de relación causal que no es la tradicional, y que motiva la línea central de mi investigación”, comenta el académico.
Tanto desde la física clásica como desde la relatividad, uno puede estudiar la relación causal como un tipo de transmisión e intercambio de cantidades físicas, por ejemplo, intercambio de momento cinético, carga o energía. Sin embargo, en el caso de la pseudocausalidad no se presenta transmisión de ninguna cantidad física en la dirección del movimiento, hecho que es difícil de diferenciar de procesos que sí nos parecen causales.
“Si uno está en el estadio podría percibir una relación pseudocausal cuando la gente hace la ola, pues parece observarse un tipo de movimiento continuo a lo largo de las graderías, pero en realidad no hay un proceso físico ocurriendo, a pesar de que uno observa un movimiento. Lo cierto es que sólo hay personas levantándose y sentándose en un mismo punto sin interactuar con la siguiente”, describe el investigador.
En la primera etapa de la investigación, el proyecto se abocó a mostrar la utilidad de los pseudoprocesos, en medición en mecánica clásica, electromagnetismo y relatividad especial, donde se muestra cómo la pseudocausalidad aparece permanentemente como una herramienta metodológica.
La segunda fase es la más desafiante pues implica extender el programa de pseudocausalidad a física cuántica y explorar ahí si es posible usar la idea de pseudoproceso causal en medición de fenómenos cuánticos.
Según indica el académico, “hemos hecho dos publicaciones Scielo (Scientific electronic library online), desde que comenzó este trabajo. El proyecto tiene su producción bien definida en causalidad en física, sin embargo, nos hemos preocupado de obtener productos más complejos que se relacionan también con otras áreas donde creemos que la pseudocausalidad puede emerger, por ejemplo, en evolución biológica, estados mentales o perceptuales, o simulación computacional”.