La importancia de la resiliencia, constancia y sacrificio en la vida de una seleccionada de Tenis de mesa

Se trata de Claudia Infante, estudiante de Ingeniería Comercial, quien en octavo básico cambió el colegio tradicional por uno especial para deportistas, llegando a representar a Chile en diversas categorías. Este año se juega el Torneo nacional Fenaude de la especialidad, donde espera conseguir como equipo la medalla de oro obtenida en el mismo campeonato en 2022. “Tenemos altas expectativas para este torneo (…) Jugamos en casa y el apoyo se siente cuando estás en esa condición”, asegura.
“Cuando era chica participé en muchos talleres: pintura, canto, dibujo, tocar instrumentos y otros más. Aunque no había nada relacionado con tenis de mesa, fue el primer deporte que me llamó la atención. Entonces, empecé a jugar en los recreos de mi colegio, pero ni siquiera teníamos taller”, rememora la estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería Comercial.

Claudia Infante Castro no recuerda a deportistas en su familia que le sirvieran de referente, pero sí tiene imágenes de que había una mesa de pimpón -como seguramente llamaba en esa época  al tenis de mesa- en su casa.

“Cuando era chica participé en muchos talleres: pintura, canto, dibujo, tocar instrumentos y otros más. Aunque no había nada relacionado con tenis de mesa, fue el primer deporte que me llamó la atención. Entonces, empecé a jugar en los recreos de mi colegio, pero ni siquiera teníamos taller”, rememora la estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería Comercial.

Ante la inexistencia de un espacio fijo donde practicar, Claudia le insistía diariamente a su padre que jugaran en la mesa del patio de su hogar. Hasta que un día el adulto le dijo: “Te voy a buscar un club por Internet para que practiques”. La frase y la decisión cambiaron su vida.

Posteriormente vendría el arribo a su primer club, donde era la única niña entre adultos. Luego su primer torneo, donde conoció a tenimesistas de su edad, e invitaciones a escuelas formativas y más tarde se concretó su llegada al Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO) en Ñuñoa. “Así empezó mi vida en el tenis de mesa”, recuerda. Fue tal el nivel de pasión que despertaron los topspin, los revés y los derechos en Claudia, que en octavo básico decidieron como familia que dejara el colegio tradicional y se inscribiera en uno especial para deportistas, donde terminó la etapa escolar.

En ese trayecto, fue seleccionada nacional en las categorías preinfantil, infantil y juvenil, obteniendo medalla de plata en un sudamericano por equipos en la segunda categoría arriba mencionada. Además, ha estado entre las ocho mejores a nivel nacional de la especialidad. Igualmente, “en el año 2019 jugué en Sevilla, España, por un club de la Superdivisión y en 2021 viajé a jugar por un club en Alemania”, destaca como uno de sus logros en su carrera.

“Siempre fue la Universidad donde quería estudiar”

Sobre su entrada a la Usach, dice que tras pasar el último semestre de educación media entrenando en Europa, volvió para jugar un clasificatorio, pero no obtuvo los resultados que esperaba. Sin embargo, supo reenfocarse y tomar nuevos desafíos. “Soy resiliente. Las veces que me ha ido mal, he logrado sobreponerme y si me comprometo con algo, soy constante. Tanto en el deporte, en los estudios como en la vida general”, sostiene.

La época coincidía con la rendición de la prueba PSU (actual PAES). Reconoce que “sin ninguna expectativa” dio la prueba de selección, pero le fue bien y entró a la Universidad de Santiago. “Conocía a gente que había estudiado en la Usach, como también compañeras (os) del tenis de mesa y  familiares, entonces siempre fue la Universidad donde quería estudiar. De hecho, solo postulé acá y a Ingeniería Comercial. No postulé a nada más”, rememora.

Sobre la elección de su carrera, comenta que en un comienzo, pensaba que debía estudiar algo relacionado con el área deportiva (psicología o educación física). Sin embargo, cambió de parecer. “Me di cuenta que si estudiaba una carrera que no tuviera relación con el deporte, igual mi vida seguiría ligada, porque es lo que me gusta”, asegura.

Objetivo Fenaude 2024: medalla de oro

Sus primeros años universitarios los vivió en pandemia, por lo que no tuvo muchas oportunidades de competir defendiendo los colores de la Usach. No obstante, levantadas las restricciones sanitarias volvió a competir como seleccionada de nuestra universidad consiguiendo la medalla de oro a nivel nacional en el campeonato organizado por la Federación Nacional Universitaria de Deportes (Fenaude) en 2022, como también en la consecución del tercer lugar en la misma instancia en 2023.

En esa línea, en octubre de este año se realizará el Torneo Nacional Fenaude de Tenis de Mesa en la Universidad de Santiago y Claudia fue ratificada para competir. “Ahora que vamos a jugar de local, queremos poder revalidar el título (medalla de oro) del 2022. Nos estamos coordinando mejor, entrenamos juntas, siento que el equipo está súper unido, por lo que tenemos altas expectativas para este torneo. Ojalá poder volver a salir campeonas”, sostiene la futura ingeniera comercial.

Objetivo donde el público es primordial. “Jugamos en casa y el apoyo se siente cuando estás esa condición”, por ello espera que toda la comunidad universitaria de la Usach acompañe tanto al combinado femenino como masculino en los días que se desarrolle la competición.

Posiblemente, este será el último torneo de la tenimesista como seleccionada del Plantel, por lo cual, antes de terminar la entrevista, confiesa un sueño que le gustaría cumplir: “Quisiera competir en los campeonatos internacionales universitarios, porque cuando era chica veía cómo se jugaban los sudamericanos y los mundiales. Ahora, desde que entré a la universidad, no hemos podido asistir”.   

Autor: 
Claudio Cortés Carvajal
Fotografía: 
Cedida