La sociedad del siglo XXI debe enfrentar varios desafíos relacionados con el medio ambiente. Entre ellos está la escasez hídrica, el cambio climático y la economía circular.
Considerando el contexto actual, donde las corrientes de salida de procesos ya no son un residuo, sino una materia prima desde la cual es posible generar energía, recuperar compuestos de valor agregado o re-utilizarla en diferentes procesos productivos, es necesario para el profesional ligado al ámbito del medio ambiente no sólo las tecnologías asociadas al tratamiento, sino también profundizar en los fundamentos de estos que vienen desde diferentes disciplinas de la Ingeniería.
Por ello la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Santiago creó en el año 2002 el Programa de Magíster en Medio Ambiente mención Ingeniería de Tratamiento de Residuos, concebido como un postgrado de carácter profesional, dirigido a profesionales y graduados que realizan actividades en la temática de medio ambiente, tales como Química, Bioquímica, Metalurgia, Mecánica, Minas, Industrias, Alimentos, Bioingeniería, entre otras especialidades afines a la Ingeniería Ambiental, con formación de pregrado en carreras de 4 o más años en Universidades o Institutos de Educación Superior.
El programa es vespertino y tiene una duración de 4 semestres , además está acreditado por 3 años por CNA-Chile. Las postulaciones están abiertas hasta el 21 de marzo de 2022.
Su director, el Dr. Cesar Huiliñir Curio, académico del Departamento de Ingeniería Química, remarca que con el objetivo de llegar a regiones y debido a la pandemia, desde 2020 este programa pasó a ser semipresencial. Los y las estudiantes deben acudir una vez al mes a la Universidad a trabajar en temas específicos de cada ramo, pero el resto de la formación es online.
Se diferencia de otros programas en medio ambiente, porque “nosotros trabajamos específicamente en el diseño de los sistemas de tratamiento. Nuestro foco está planteado en profesionales insertos en el área de tratamiento de residuos y que busquen potenciar las herramientas que poseen”, expresa.
Un ejemplo de ello está en “cómo diseñar un sistema biológico de tratamiento de aguas residuales y transformar esa agua sucia en agua limpia, recuperando algunos de sus componentes, pensando que ahora es una recuperación de nutrientes o energía; es decir, el agua residual pasa a ser una materia prima y todo apunta hacia allá”, sostiene el Dr. Huiliñir.
Apoyo fundamental de los académicos
Gabriela Villouta se tituló en 2008 de bióloga marina en la Universidad Arturo Prat. Su tesis se orientó hacia el área de contaminación marina, es decir cómo se ven influenciadas las bahías producto de la intervención humana por la pesca artesanal. Tras titularse se interesó por un magíster en la Usach. “Yo quería un programa que estuviese más concentrada en los procesos que en la gestión, así que me encantó este postgrado”, recuerda.
Califica su experiencia en el Magíster como tremendamente positiva. “Tengo grandes recuerdos de mis compañeros y de los profesores, en especial, por su calidad y buen contenido. En esa época estaba de director el profesor Pedro Iván Álvarez, de quien tengo los mejores recuerdos porque fue fundamental en mi proceso de graduación y tesis. A los dos años de egresada comencé a trabajar en el área de laboratorio de biopelículas y microbiología ambiental de la Universidad de Concepción, donde comencé a desarrollar mi tesis.”, comenta.
“Tras el cambio de director en el Magíster el ingreso del Dr. Cesar Huiliñir, él también fue pieza fundamental para rendir mi examen, siempre apoyándome”.
Gabriela Villouta fundó el año pasado su propia empresa. Se llama Bioproc, emprendimiento dedicado a la fabricación de biofiltros y plataformas digitales para el tratamiento de olores en las industrias de alimentos.