- En Chile hay pocos intelectuales. Mujeres, aún menos. Especialistas en Estudios de la cultura de la Amazonía, una sola: Ana Pizarro. Con esta presentación la Revista YA de El Mercurio, comienza una entrevista a la investigadora del Instituto de Estudios Avanzados IDEA, de la Universidad. Aquí ofrecemos un extracto del artículo.
Hay dos tipos de intelectuales: quienes nunca abandonan la órbita de su escritorio y quienes terminan viajando por la Amazonía con un cuaderno de apuntes en la cartera. Ana Pizarro es ese tipo de exploradoras mentales. La renombrada especialista en Estudios de la Cultura, investigadora estrella del centro IDEA de la U. de Santiago, doctorada de la Sorbona, premio Casa de las Américas 2011 por su bello libro de crónicas “Amazonía, el río tiene voces”, estudiosa pionera del Caribe y el mundo indígena, tiene tantas publicaciones como vidas distintas.
Con un currículum de varios gramos de peso, que incluye un asiento en la prestigiosa Academia de Ciencias Europeas y una hoja de vida marcada por duras experiencias biográficas. Ana es de esas raras pensadoras chilenas, que han viajado tanto adentro, como afuera de su cabeza.
-Ya es suficientemente duro investigar… ¿pero además en la selva amazónica?
-Yo tengo la suerte de que siempre he tenido financiamiento. Hay ciudades, bibliotecas, universidades, sobre todo en Brasil. Busco la información donde puedo y a veces la encuentro donde no pensaba. Estoy yendo constantemente por distintos lados, por Brasil, Perú y Colombia. Me hospedo donde puedo, a veces en pequeños hoteles, cuando hay, a veces en comunidades, depende de la situación.
La Dra. Pizarro critica la predominancia de la economía por sobre las humanidades. “Se terminó la concepción humanista, ahora es el turno de los pragmáticos. Años atrás, cuando se quería reflexionar sobre el futuro de América Latina, se le preguntaba a García Márquez o a Carlos Fuentes. Ahora hemos cambiado ese rol de escritor crítico por el economista. Es lo que ocurre desproporcionadamente hoy en Chile”.
La intelectual fustiga la renegación que hace la sociedad chilena respecto de sus orígenes. “Los sectores medios bajos tratan de imitar a los sectores medios acomodados, se copian modelos. Una sociedad así, que se esfuerza tanto por aparentar, renegar lo más básico, que somos mestizos, de sangre indígena, a la larga se vuelve muy poco simpática”.
-¿El modelo liberal nos ha hecho más infelices o estúpidos?
-(Ríe) A la gente le interesa poco el conocimiento. No es sólo leer. Es también escuchar, mirar, dialogar socialmente. Pero esto se debe a que somos el ejemplo de un modelo cuyo fin es crear una sociedad de consumidores. En Chile hay donde comprar, pero no donde dialogar.
Vea AQUÍ el recorte de prensa de la entrevista enviado por Litoral Press al Departamento de Asuntos Públicos de la Digecap.