Dr. Pedro Narvarte Arregui

Sector chileno cooperativo se erige como modelo de empresa funcional y permanente

El académico del Departamento de Ingeniería Industrial, lleva a cabo un Proyecto DYCIT que se centra no sólo en describir, sino modelar el sector cooperativo de producción y trabajo (SCPT) como modelo de empresa funcional y permanente en el tiempo. Esto, a partir de una visión sistémica, que contribuye al desarrollo organizacional del sector y de sus empresas en un contexto de viabilidad. Como en Chile el concepto de intercooperación es muy débil, la idea del Dr. Narvarte es diagnosticar dónde están las mayores debilidades en función de los factores críticos para la viabilidad sectorial, y de las propias cooperativas.
“¿Por qué hablo de trabajo asociado? Porque me interesa el concepto cooperativo en la producción, yo creo y no lo digo sólo yo, también lo dice el famoso economista estadounidense Joseph Stiglitz, que la alternativa futura al actual modelo empresarial son las cooperativas”

Una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada, así fue definida en el año 1995 por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), organización que aglutina y promueve el movimiento cooperativo.

Actualmente, existen poco más de 5.000 cooperativas dentro de toda la historia cooperativa chilena, de las cuales no todas se encuentran activas, algunas se encuentran activas pero no vigentes y otras vigentes y activas. “Este estado de vigentes y activas tienen que ver con la entrega de una serie de reportes de funcionamiento al ministerio cada cierto tiempo”, comenta el académico.

La organización ministerial que se encarga de regular el funcionamiento de este sector de la economía, denominada el tercer sector por su carácter social, es la Dirección de Asociatividad y Economía Social, DAES. Antiguamente era el DECOOP (Departamento de Cooperativas), pero se unieron a lo que es el mundo de asociaciones gremiales, asociaciones de consumidores y otras conformando la nueva Dirección, agrega el Ingeniero Civil Industrial.

“El cooperativismo en Chile fue uno de los más tardíos en Latinoamérica, tomó mucha fuerza en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, y ahí tuvo una gran fuerza, de hecho se crearon las cooperativas en la reforma agraria. Se empezaron a crear una serie de cooperativas de distintos tipos, de un crecimiento que incluso duró más allá y muchas sobreviven hasta hoy”, revela el profesor Narvarte.

Asimismo, el investigador explica que durante el régimen militar las cooperativas tenían un doble contexto, por un lado, eran gente que administraba sus propios recursos y por otro lado era gente que se reunía, por lo que fueron vistas con mucha sospecha, vigilancia y a veces con persecución.

Dentro de nuestra Casa de Estudios existe un centro llamado Centro Internacional sobre Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP), fundado en el año 2009 y perteneciente a la Facultad de Administración y Economía, FAE. Este nació como una iniciativa conjunta entre un grupo de académicos y profesionales con el objetivo de estudiar, promocionar, divulgar y capacitar en los temas de economía social y solidaria, cooperativas, emprendimiento social y tercer sector.

Esta iniciativa impartida por la Universidad de Santiago de crear un centro que se evoque al tercer sector de la economía favorece a la educación entre las personas y el alumnado, puesto que el mismo profesor Narvarte advierte la gran falta de conocimiento que existe en Chile al haberse ocultado por mucho tiempo la presencia de este mundo cooperativo.

“Tuve un proyecto muy bonito el 2015 junto con CIESCOOP. Hicimos un trabajo con siete cooperativas de trabajo asociado, de reciente creación, cuyo fundamento era ver sus brechas de viabilidad para poder entregarles elementos de superación”, reseña el académico.

 

Investigación

 

Dentro del mundo cooperativo se encuentran principios básicos como la democracia interna, ética empresarial, solidaridad, respeto por los socios, por la comunidad, por la naturaleza y por el medio ambiente, pero en Chile el concepto de inter cooperación es muy débil, es por esto que se pretende generar algún diagnóstico de dónde están las mayores debilidades en función de los factores críticos para la viabilidad sectorial y de las propias cooperativas.

Durante su estadía en la Universidad de Mondragón del País Vasco, destacada por ser parte de un modelo cooperativo exitoso, el Doctor en Administración y Dirección de Empresas, Pedro Narvarte, notó el énfasis que tenían los temas de Investigación y Desarrollo (I+D), realizado por grupos de varias pequeñas cooperativas afines, lo cual demostraba cómo la unión les permitía tomar fuerza mediante organizaciones de segundo grado. La fuerza de la intercooperación.

Las cooperativas de segundo grado son un organismo de economía solidaria integrado por más cooperativas de primer grado que se asocian voluntariamente para el mejor cumplimiento de sus fines económicos, sociales y culturales. De esta manera, intentar dar fuerzas a estos organismos sería el principal enfoque de la investigación.

“Ya estamos haciendo algún tipo de ayuda, lo que pasa es que tenemos cooperativas, pero están muy dispersas, entonces hay que reforzar sus capacidades de cooperación entre cooperativas, la intercooperación”, declara el Ingeniero Civil Industrial.

El especialista, además, asegura que dentro del país no se está vigilando la concepción de negocio y eso significa que podrían desaparecer muchas cooperativas, pero si se les otorga apoyo se podrían sostener para luego prestar apoyo a otras que se encuentren en la misma condición desfavorable que vivieron ellas. También se debe cuidar sustantivamente la identidad de la organización, tanto en lo técnico-económico como en lo valórico.

También ratifica que nuestro país, hoy en día, es un país que está fuertemente orientado hacia los servicios y al comercio, es un país que necesita producir y justamente un modo para canalizar la producción sin tener que caer en la explotación o el empleo precario, puede ser realizar un trabajo en conjunto y ahí las cooperativas de trabajo asociado pueden ser una buena alternativa.

“¿Por qué hablo de trabajo asociado? Porque me interesa el concepto cooperativo en la producción, yo creo y no lo digo sólo yo, también lo dice el famoso economista estadounidense Joseph Stiglitz, que la alternativa futura al actual modelo empresarial son las cooperativas”, testifica el investigador.

El estudio financiado por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT) se titula “Descripción y modelamiento de organizaciones cooperativas de producción de trabajo en el contexto de la Economía Social en Chile”, y tendrá una duración de tres años.

Autor: 
Vanessa Luengo Cerda