Constanza Giancaspero, seleccionada de básquetbol del Plantel:

“Siempre quise pertenecer a la U. de Santiago”

A sus 22 años, la joven deportista Constanza Giancaspero cursa el último año en Tecnología en Alimentos y gracias a su destacado desempeño en la selección de básquetbol de nuestra Casa de Estudios, fue beneficiada con la Beca de Excelencia Deportiva del Plantel. “Siempre quise pertenecer a esta Universidad porque sus académicos son de alto nivel y el Campus Único permite relacionarse e interactuar con estudiantes y profesores de diferentes Carreras. Es como una ciudad pequeña”, remarca.
“No bajamos los brazos nunca. Jugamos con el corazón, siempre estamos ayudándonos, ya sea fuera como dentro de la cancha. Sentimos mucho cariño por nuestra camiseta y si una se cae, todas nos caemos y todas levantamos a la que se cae”

Rodeada por el básquetbol ha sido la vida de Constanza Andrea Giancaspero Nilo. Sus padres se conocieron jugando básquetbol, su abuela materna jugaba básquetbol y ella misma terminó enamorándose de un basquetbolista.


Risueña y con mucho desplante, la joven oriunda de la comuna de Lo Espejo, vive junto a su hermano de 12 años, su madre y abuelos, pues sus padres se separaron hace cinco años. Ambos son chefs de profesión, y cuando Constanza tenía 13, la familia se trasladó a España por el trabajo de los progenitores.


Vivieron cinco años en el País Vasco, hasta que llegó la separación y debieron regresar a Chile. Una vez acá, “Conny” pasó por varios colegios antes de arribar al Liceo 1 de Niñas, donde se mantuvo hasta cuarto medio.
De ahí vino el paso a la educación superior, y si bien la joven quería estudiar Administración Pública, asegura que no se arrepiente de haber escogido Tecnología en Alimentos.


De hecho, está tan a gusto que hace ayudantías desde segundo año en Microbiología, Tecnología de Productos del Mar y Biotecnología.


“Siempre quise pertenecer a esta Universidad, me gustó desde pequeña. Es la U más linda que conozco”, expresa y asegura que en el campus “se da una simetría con todos, es posible relacionarse con gente de distintas carreras, es una ciudad pequeña. Además la calidad académica es muy buena”, enfatiza.


El básquetbol: todo


“En lo que creo ser buena, soy muy exigente”, sentencia la número 11 de la selección de básquetbol femenino de nuestro Plantel. Y es que Constanza tiene clara su calidad de deportista, no por nada fue beneficiada con la Beca de Excelencia Deportiva.


Sin embargo la historia de esta joven con el básquetbol comienza desde antes de nacer, incluso, pues sus padres se conocieron jugando este deporte. Luego su papá lo dejó, pero su mamá y también su abuela siguieron practicando, así que no fue sorpresa que ella quisiera continuar sus pasos.


“Mi mamá y mi abuela me heredaron el amor por el deporte. Me acuerdo que mi mamá lanzaba todos los triples y yo pedía llegar algún día a ser como ella. De hecho ocupo el número 11 por ella”, sonríe.


La jugadora relata que su madre intenta ir siempre a ver los partidos de la competencia. “Le encanta verme jugar, me grita y es crítica. A diferencia de otras mamás, ella sabe de básquetbol, así que me da consejos y me guía”, manifiesta.


De este modo, Constanza partió cerca de los 12 años jugando en la rama de baloncesto femenino del Club Social y Deportivo Colo-Colo. Tras regresar de España, ingresó a Fermín Osorio y luego se cambió a Brisas. En este último se dio un receso para dedicarse a su tesis.


No obstante, piensa regresar a este club, ya que no ve su vida fuera del básquetbol. “Para mí lo es todo. Es la vida después de clases, la disciplina, el compromiso, la familia. No me veo jugando otro deporte, porque este me llena de todas las maneras”, insiste.


Además, hace seis años Constanza pololea con Matías, también basquetbolista. Se conocen desde tercero medio cuando ambos jugaban por sus respectivos colegios –ella el Liceo 7 y él en el INBA-, ya que el entrenador era el mismo.


“Nos llevó una vez a un campeonato y ahí nos conocimos, así que llegamos juntos a jugar a la Usach”, narra. Al compartir la pasión por este deporte, se comprenden y apoyan harto. Incluso van a “changuear” al Parque Araucano los fines de semana con los amigos de Matías.


La amistad en la selección


Como un equipo muy aguerrido y aperrado, califica Constanza al actual combinado femenino de básquetbol del Plantel, sin embargo, desliza que falta seguridad porque talento sobra.


En ese sentido, la joven explica que este año fue de recambio, ya que es un equipo nuevo. Ese fue uno de los factores que las dejó en el quinto lugar del Torneo de Apertura de la serie Honor de las Ligas Deportivas de Educación Superior y perder el cupo al Campeonato Nacional.


Lo anterior, porque si bien repuntaron en el segundo semestre al meterse en el cuadrangular final del Torneo de Clausura y derrotar en la definición por el tercer lugar a DUOC UC en un partido intenso, no alcanzó los puntos que necesitaba para llegar al evento deportivo.


“Nos falta conocernos más. Formar un equipo requiere años de experiencia, pero vamos bien encaminadas. Cada una tiene claro lo que debe hacer”, asegura, y destaca el apoyo que reciben las jugadoras por parte del entrenador Felipe Fritzchmann: “Es un visionario. Siempre apuesta todo por nosotras, y nos da fuerza para seguir”.


Los entrenamientos se realizan de lunes a viernes de 18.40 a 20.30 horas, y aunque pudiera resultar una rutina extenuante, para la joven no es una obligación. Ella asiste porque ahí encuentra a sus amigas, a una segunda familia. “Acá se crea otro ambiente, nos gusta venir, hay otra energía. Somos todas amigas, entonces es rico venir a entrenar”, enfatiza.


Según Constanza, el compromiso, la concentración y la unión han sido claves para volver a ocupar un lugar en el podio, perdido durante el primer semestre tras el recambio.


El apoyo de la Universidad


Para la basquetbolista ha sido fundamental el respaldo que ha recibido del Plantel, principalmente con la Beca de Excelencia Deportiva, beneficio que le permite estudiar sin pagar el arancel.


Además destaca que se siente apoyada en cuanto a facilidades de horarios, exámenes, indumentaria, infraestructura, todo para seguir la formación como deportista.


Por otro lado, resalta el apoyo de sus compañeros, quienes la comprenden cuando debe faltar durante los periodos de competencia.


Deporte femenino en Chile


Como casi todo deportista, Constanza tiene claro que del básquetbol no puede vivir en Chile. “Por eso uno es primero estudiante y después deportista”, declara.


A su juicio, si ya para un deportista es difícil, para las mujeres es peor y las oportunidades deben buscarse afuera.
“En Chile la competencia femenina es mirada en menos, es muy reducida. En cambio los hombres viajan, tienen copas y ligas de todo”, explica.


Giancaspero reconoce que aún falta por alcanzar el nivel masculino de básquetbol en Chile, pero el talento está y no es fomentado.


Sobre el nivel universitario, Constanza asegura que las mujeres tienen garra y las “leonas” sobre todo. “No bajamos los brazos nunca. Jugamos con el corazón, siempre estamos ayudándonos, ya sea fuera como dentro de la cancha. Sentimos mucho cariño por nuestra camiseta y si una se cae, todas nos caemos y todas levantamos a la que se cae”, señala.


“Entre nosotras las leonas hay mucho cariño, fiato y compromiso. Yo creo en cada una de mis compañeras y sé que ellas también lo sienten así”, puntualiza.

Autor: 
Carolina Reyes Salazar