Carrera de Pedagogía en Castellano amplía prácticas profesionales pedagógicas a espacios escolares no tradicionales
En 2021, la Dra. Gisela Watson Castro, el Dr. Patricio Moya Muñoz, junto al Dr. (c) Jorge Sánchez, coordinadora de la Línea de Didáctica, jefe de carrera y el encargado de Vínculo con la Escuela, respectivamente, de la carrera de Pedagogía en Castellano Usach, se pusieron como objetivo abrir las posibilidades de prácticas pedagógicas del plan de estudios a espacios no convencionales.
Si bien la carrera tiene un electivo de inclusión dictado por el profesor Iván Pedraza Gutiérrez, donde el curso asiste a espacios educacionales carcelarios, como forma de potenciar y desarrollar la idea, Watson, Moya y Sánchez visitaron uno de estos lugares en Santiago, hecho que contribuyó a la materialización del proyecto.
Luego, comenzaron a coordinar y gestionar establecimientos donde las (os) practicantes apoyaran en la alfabetización de personas en situación de calle, migrantes, privadas de libertad, adultos que decidan terminar su etapa escolar o niñas y niños que asistan a colegios hospitalarios, entre otros establecimientos.
Jorge Sánchez explica que las opciones para realizar prácticas en el espacio escolar regular son “acotadas”, por ello “queríamos poner desafíos nuevos, que nos acercaran a territorialidades distintas a las que estábamos acostumbrados”. Por ejemplo, añade, cuando a las (os) estudiantes se les presenta un problema pedagógico, deben crear una solución, esto “en las carreras de pedagogía no está, porque estamos automatizados con la guía, la prueba de selección múltiple, etcétera. Acá son soluciones para problemas sociales concretos”, asegura.
Respecto a cómo sido la retroalimentación por parte del estudiantado, el profesional indica que la consideran como una experiencia “más compleja y desafiante”, pero que es “un aprendizaje no solo de contenidos, sino que también actitudinal de nuestros estudiantes”, agrega.
Este año, señala Sánchez, se potenciarán las prácticas con personas en situación de calle, con la implementación de un espacio de animación lectora con las y los practicantes, el que es parte de un proyecto Vime. Además, en español para migrantes habrá un sistema de tutoría entre pares. Igualmente, se incorporarán dos nuevos espacios de práctica: Biblioteca interactiva latinoamericana de literatura infantil y juvenil (BILIJ), de Fundación Palabra, y nuevas Escuelas Hospitalarias.
Experiencia en una escuela hospitalaria
En 2017 se crea la Escuela hospitalaria del Hospital Padre Hurtado, destinada a niñas, niños y adolescentes de 4 a 11 años. Aquí se les entrega atención pedagógica compensatoria de los conocimientos que dejan de recibir debido al impedimento de concurrir a un recinto escolar convencional. El año pasado el establecimiento, ubicado en la comuna de San Ramón, fue uno de los lugares donde las (os) futuras (os) docentes de nuestra Casa de Estudios realizaron su práctica.
Su directora, Valeria Peñailillo López, egresada de nuestra Casa de Estudios, valoró la posibilidad que estudiantes de la carrera realicen su práctica en la unidad educativa que lidera. “Me asombré positivamente cuando me lo propusieron, pensando en que siempre está el sello de responsabilidad social en la Usach, por lo tanto, que quieran atender a los diversos contextos educativos, y que se atrevan a generar este tipo de vínculo, es un avance", remarca.
La escuela cuenta con tres modalidades de apoyo educacional: Aula, Sala cama y Atención pedagógica en domicilio. La tercera es para pacientes con enfermedades poco frecuentes, crónicas o de retos múltiples (cognitivos, físicos, visual o de otro tipo), que no pueden salir de sus hogares para asistir a las clases del hospital.
Fue en esta modalidad que Carolina Salazar Nauto, profesora de atención domiciliaria de la escuela, pudo observar cómo practicantes de nuestro Plantel se desenvolvieron frente a este desafío. De los primeros encuentros entre universitarios y escolares, recuerda que, a pesar de no tener todas las herramientas necesarias para intervenir en estos escenarios, suplieron estas falencias con actitud: “En un comienzo estaban impactados, pero tenían muchas ganas de aprender. Existía la voluntad de conocer, involucrarse y desenvolverse en este contexto. Estaban abierto a aprender, quizás porque sentían que el contexto era diferente al que imaginaron”, agrega.
Uno de los alumnos que atiende Carolina, y que las (os) estudiantes de pedagogía pudieron interactuar, es Renato Almonacid Alarcón de 9 años, quien tiene epilepsia refractaria, retraso en el desarrollo psicomotor, entre otros padecimientos.
A su casa de La Pintana, la educadora diferencial asiste tres veces a la semana. En estas jornadas adapta, si es necesario, la sala de estar de la casa del niño según las actividades que se realicen en la clase, por el ejemplo, para las fiestas de septiembre, las cuales complementan la utilización de videos y pictogramas.
Sobre la relevancia de que las y los futuros docentes vivan estas experiencias en su proceso formativo, sostiene que es muy relevante “que se empapen de ese conocimiento, que se dieran cuenta que no existen solo los aprendizajes dentro de la educación regular o al interior de un aula, sino que nosotros podemos hacerlo afuera que podemos llevar prácticas docentes más allá de la escuela tradicional”.
Revisa a continuación el registro audiovisual de este caso: