El psicólogo y director de Estudios y Análisis Institucional de la estatal Universidad de Santiago, Sergio González, advierte además, que los estudiantes deben tomar los últimos días previos a la PSU, como un espacio para estar tranquilos y distendidos, pero sin perder la concentración.
Queda menos de una semana para una nueva versión de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y el actual sistema permite que en calles, estaciones de metro y medios de comunicación, exista una sobreoferta de universidades e instituciones de educación superior, a las que los jóvenes pueden optar, en lo que para muchos entendidos constituye un desregulado mercado del sistema terciario.
Estas campañas de admisión y sus atractivos y prometedores mensajes, que buscan “captar” estudiantes como verdaderos “clientes” de la Educación Superior, suponen la inversión de cientos de millones de pesos por parte de las diversas instituciones, pero no necesariamente responden a las expectativas académicas que las y los jóvenes tienen al pensar en su formación profesional.
Aspectos como la acreditación institucional -de cada programa y carrera y por cuántos años- así como también los beneficios y diferencias en la trayectoria de una universidad, en un mercado que, de acuerdo con el director de Estudios y Análisis Institucional, Sergio González, “está saturado”. En la misma línea sugiere considerar “la vida universitaria, las actividades de formación, e incluso el campus en que se estudiará”, pues constituyen puntos relevantes para diferenciar a las instituciones.
González va más allá y puntualiza que tras la sobreoferta que hay en relación a las universidades “y la cantidad de millones que se invierte en publicidad”, es muy aconsejable que los jóvenes observen, se informen y conozcan qué diferencia hay entre un plantel “con historia”, versus uno que tiene un par de décadas, o qué misión juega en la sociedad cada uno, en cuanto a los profesionales que forma. En definitiva, sostiene el académico, “optar por la calidad y trayectoria, antes que dejarse llevar por ofertones publicitarios”.
PSU: las 72 horas previas
De acuerdo con el psicólogo de la Universidad de Santiago, Sergio González, “la PSU significa, sin lugar a dudas, un factor de estrés y ansiedad para todos quienes deban rendirla. En este sentido, es aconsejable que al menos 72 horas antes, no se dediquen a estudiar ni repasar, porque los contenidos ya están asimilados, y los que no, ya no lo estarán”.
De acuerdo con el profesional, otros consejos prácticos van en la dirección de “evitar todo tipo de exceso en días previos: la falta de sueño, actividades muy extenuantes, o la ingesta de alcohol, entre otras”.
Respecto de los contenidos y la prueba misma, el especialista advierte que “a estas alturas es mejor ver aspectos de forma; por ejemplo, familiarizarse con el formato de selección múltiple, estar tranquilos para leer y comprender bien” e identificar que una alternativa puede ser correcta, pero que otra puede serlo más, porque incluye a la anterior.
Consultado por el rol que juegan los agentes socializadores en este contexto, como la familia, el entorno próximo y los pares, González advierte que “los padres y adultos cercanos son quienes más ejercen presión sobre los jóvenes. Es bueno que la familia colabore con disminuir y no aumentar una tensión que ya tienen las y los jóvenes”, concluye el académico de la U. de Santiago.