Analista afirma que eventual impeachment a Dilma Rousseff no pone fin a la crisis política brasileña

  • Para el académico del Instituto de Estudios Avanzados (Idea), Dr. Fernando Estenssoro, la acusación constitucional o impeachment que podría enfrentar la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no apaciguará la severa crisis política que atraviesa ese país.

 




Para el académico del Instituto de Estudios Avanzados (Idea), Dr. Fernando Estenssoro, la acusación constitucional o impeachment que podría enfrentar la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no apaciguará la severa crisis política que atraviesa ese país.

Según el especialista, el proceso se ha manejado de manera irracional, pues las faltas de tipo administrativo que se le imputan a la Mandataria no constituyen argumentos sólidos para destituirla.

Como se conoce, un importante grupo del poder legislativo busca que se realice un juicio político o impeachment contra la presidenta de esa nación, Dilma Rousseff.

La última vez que se utilizó este recurso -que en rigor ha sido la única-, fue en 1992, cuando el mandatario de ese entonces, Fernando Collor de Mello, fue acusado de corrupción y tráfico de influencias entre otros cargos.

A Collor de Melo lo reemplazó su vicepresidente, Itamar Franco, quien restauró el orden tras los convulsionados días que precedieron a su asunción.

Sin embargo, el académico del Instituto de Estudios Avanzados (Idea), Dr. Fernando Estenssoro, es escéptico a la hora de analizar si un juicio político como el que podría enfrentar Dilma Rousseff, reestablecerá la calma en Brasil.

“Tengo mis dudas si la democracia va a salir fortalecida o debilitada de este proceso. Hay que dejar que la historia juzgue porque la situación es totalmente distinta a lo que sucedió con Collor de Mello. Ahí lo que se dio, fue un proceso institucional  que sirvió para fortalecer la democracia; en cambio ahora, en este contexto, pareciera que a Dilma Rousseff la están sacando del gobierno por falta de popularidad”, sostiene el analista.

Agrega que las imputaciones que pesan sobre la Jefa de Estado brasileña, respecto a que habría “maquillado” las cuentas públicas, no justifican una acusación constitucional, ya que constituyen una falta administrativa.

El caso de la “pedalada”

El gobierno tenía que pagar 900 millones de dólares por un crédito agrícola, a través del Banco do Brasil, por lo que debía transferir el dinero. Los problemas comenzaron cuando no se traspasaron de manera oportuna los recursos y la entidad financiera sufragó la deuda utilizando circulante propio.

Posteriormente se devolvió el dinero, sin embargo quienes acusan a Rousseff, argumentan que la tardanza fue premeditada. La dignataria habría querido demostrar que las arcas fiscales gozaban de buena salud “arreglando” las cifras; lo que salió a la luz pública como el caso de la “pedalada”.

Aquello “técnicamente es una falta administrativa, pero el estado no se vio perjudicado, ni vio mermado su patrimonio”, dice el Dr. Estenssoro, quien agrega que lo que hizo Dilma Rousseff  es un error muy frecuente en  los mandatarios de ese país y que hasta el momento “ninguno ha sido destituido por eso”.

El analista opina que lo que hasta ahora ha sostenido el impeachment es una oposición fortalecida, que supo aprovechar el desgaste del gobierno tras los diversos escándalos de corrupción que lo han salpicado.

“Lo que hizo la oposición fue aprovechar una debilidad del gobierno para darle un golpe y sacar a Dilma de la presidencia”, declara el académico.

Corrupción enquistada

Para el Dr. Estenssoro la oposición no busca, al impulsar el  juicio político, terminar con la corrupción, sino blindarse de las acusaciones que pesan en muchos de sus miembros.

“En mi opinión el proceso se ha llevado de manera irracional. La oposición no está buscando que se aclaren los temas de corrupción en Brasil, sino terminar con el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y, asimismo, blindar a sectores importantes de ésta, que quieren protegerse para no ser procesados”, afirma el especialista.

En esa línea, el investigador ejemplifica que de los más de quinientos diputados que componen  la cámara, más de trescientos tienen alguna acusación de robar dinero.

Es más, “los que votaron a favor del impeachment están acusados de algún tipo de dolo, enriquecimiento ilícito y de usar recursos del estado para sus campañas”, subraya.

El académico estima que la acusación constitucional, de concretarse, no aquietará los días de turbulencia que ha vivido Brasil. “El impeachment no se va a arreglar nada, porque el problema de fondo es la crisis que está viviendo la clase política brasileña. Lo único que están haciendo, al ocupar ese recurso, es agrandarla y no darle solución”, concluye.