A través de la creación de modelos que incorporan algoritmos de aprendizaje automático, investigadores del Departamento de Ingeniería Informática de la U. de Santiago estudian cómo el flujo sanguíneo cerebral puede entregar claves de un desarrollo temprano de la enfermedad.
"Sabemos que las enfermedades neurodegenerativas no tienen cura, pero sí se pueden detener o ralentizar y mantener en ese estado por bastante tiempo", señaló el Dr. Max Chacón, líder del Grupo de Investigación de Modelamiento Fisiológico, del Depto. de Ingeniería Informática Usach.
Cerca de 7 millones de personas en el mundo sufren la enfermedad de Parkinson, según la revista Journal of Parkinson Disease, y se calcula que en el 2040 esta cifra aumentará a 12 millones. En Chile, alrededor de 40 mil personas padecen del trastorno degenerativo del sistema nervioso central, y un 30% no lo sabe. Por ello, la importancia de un diagnóstico temprano y preventivo se ha vuelto fundamental.
La enfermedad de Parkinson (EP) es progresiva, y si bien existen algunos signos de alerta temprana como temblores en las manos y dificultad al caminar, es complejo diagnosticarla porque no hay un estudio exacto para determinar este estado. Los síntomas de la EP no son iguales en todas las personas, tienen variaciones. A su vez, otras enfermedades presentan señales semejantes.
Por ello, investigadores del Departamento de Ingeniería Informática de la U. de Santiago buscan identificar marcadores biológicos que puedan entregar mayores antecedentes para su detección. "Sabemos que las enfermedades neurodegenerativas no tienen cura, pero sí se pueden detener o ralentizar y mantener en ese estado por bastante tiempo", señaló el Dr. Max Chacón, líder del Grupo de Investigación de Modelamiento Fisiológico, del Departamento de Ingeniería Informática de la Usach.
El doctor en Ciencias de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en Brasil, afirmó que el objetivo del proyecto también considera aumentar los diagnósticos en etapas tempranas de la enfermedad de Parkinson (EP). "Mientras se detecte más pronto es mejor, eso es lo que estamos tratando de buscar", indicó.
Una investigación en desarrollo
"Nuestra hipótesis postula que, cuando existen enfermedades neurodegenerativas el sistema de autorregulación de flujo sanguíneo cerebral, se ve deteriorado. Si nosotros detectamos un desgaste, puede que sea producto de este tipo de enfermedades. Para eso analizamos el flujo de las arterias del cerebro con un ultrasonido doppler transcraneal", señaló el Dr. Max Chacón.
El estudio tiene una duración de tres años, llevándose a cabo desde el 2018 hasta fines de 2020. Al realizar el análisis, primero, se buscaron dos tipos de voluntarios: Un grupo de personas sanas y otras diagnosticadas con EP, además de tener similar edad y sexo. Mientras los datos correspondientes a personas sanas ya están completos, aún falta concluir los estudios de pacientes con Parkinson, es por esto que una colaboración con el Centro de Estudios de Trastornos del Movimiento Humano (Cetram) ha sido vital, ya que la institución es el principal nexo para continuar con los estudios.
Los datos se preprocesan computacionalmente y luego ingresan a un modelo matemático de inteligencia computacional. Ahí es donde se diferencia, los sujetos sanos y enfermos. "Creemos que el estudio de la enfermedad de Parkinson (EP) es vital para contribuir en la calidad de vida de las personas porque se podría diagnosticar o prevenir algunas enfermedades, mucho antes de que aparecieran los síntomas. Además, con estas máquinas, no sería tan costoso", señaló Natalia Pérez, candidata a magister de la U. de Santiago e integrante del Laboratorio de Informática Aplicado a la Biología y Medicina Usach.
Pérez destacó la importancia que tiene la participación ciudadana en este proyecto de investigación: "Por un lado siempre estamos necesitando voluntarios para los estudios ya que, en base a los datos, podemos generar buenas investigaciones y buenos resultados. Entonces la invitación siempre es a que participen en los experimentos que hacemos en la toma de muestras", dijo. Las personas que deseen colaborar en el proyecto, pueden comunicarse al siguiente correo: lbiomedica.informatica@usach.cl
Según cifras del Ministerio de Salud, 1 a 2% de la población mayor de 65 años padece EP, cifra que se eleva a entre 3% a 5% en aquellos mayores de 85 años. El estudio se realiza gracias a una colaboración entre el Laboratorio de Informática Aplicada a la Biología, la Facultad de Ingeniería de la U. de Santiago, y el Centro de Estudios de Trastornos del Movimiento Humano (Cetram), de la Facultad de Ciencias Médicas, iniciativa del área de Responsabilidad Social Universitaria (RSU-Usach), que trabaja en conjunto con la Liga Chilena contra el Mal de Parkinson y la Fundación Distonía.
Autor:
Nadia Politis y Carla García
Fotografía:
Vridei