Desde su particular campo de la nanociencia y la nanotecnología, el Cedenna trabaja para encontrar soluciones en distintos ámbitos, así como divulgar la disciplina, puesto que aún no es parte de los programas escolares.
Así lo señala su directora, Dra. Dora Altbir Drullinsky , quien reseña una serie de temas de alto impacto que son parte del quehacer de este Centro: las dificultades en la salmonicultura y remoción de arsénico y metales pesados en el agua potable, entre otros.
En esta línea destaca, también, trabajos en orden a aportar en tratamientos para el cáncer o síntomas como el dolor; e igualmente, cómo extender la vida útil de los alimentos y crear sensores específicos para la industria, entre otros.
Consolidación y promoción
Creado en 2009, el Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y la Nanotecnología, Cedenna, elabora proyectos en distintas áreas como la medicina, el medio ambiente y envases para alimentos, entre otros.
Su campo de investigación es multidisciplinario y es definido por la escala, ya que para comprender las dimensiones, hay que considerar que un nanómetro cabe un millón de veces en un milímetro.
La directora, Dra. Dora Altbir Drullinsky, explica que “a lo largo de los años hemos ido adquiriendo experiencia y en este momento en particular, a más de seis años de la creación del Centro, estamos en una etapa fuertemente vinculante con las empresas, donde abordamos temas que van desde la salmonicultura hasta la minería, por ejemplo”.
Proyectos del Centro
Los actuales proyectos del Centro están enfocados en extender la vida útil de los alimentos mediante el uso de envases que incorporen nanopartículas con propiedades específicas.
“Para un país que quiere ser potencia alimentaria como el nuestro, esto es trascendente, porque una vez que se logra extender la vida útil de un alimento, de inmediato aumenta su radio de distribución en el mundo y, por tanto, económicamente para Chile esto es muy relevante”, argumenta la Dra. Altbir.
Otro de los proyectos destacados del Cedenna se centra en la limpieza y remediación de aguas y suelos, principalmente a través de la remoción de arsénico y de metales pesados, como el plomo.
“En el norte, por ejemplo, el agua a veces sufre de contaminación por las actividades mineras y por eso este proyecto es vital para el país”, sostiene la experta.
En áreas más complejas, como la biomedicina, la Dra. Altbir comenta que el Centro está trabajando en el desarrollo de algunos tratamientos para el cáncer o de síntomas, como el dolor, con drogas que logren resultados más eficientes.
“Estas investigaciones, que finalmente tienen un impacto directo en las personas, requieren de mayores tiempos por los intensos procesos de producción y testeo estricto que conlleva el desarrollo de una droga para uso humano”, señala.
También son objeto de desarrollo del Cedenna sensores específicos para la industria en general, los que permiten a través de nanopartículas medir de manera muy sensible diversas magnitudes.
Nanociencia en Chile
La Dra. Altbir, precisa que en nuestro país, a pesar que la nanociencia se desenvuelve en un ámbito multidisciplinario donde concurren físicos, químicos, biólogos, médicos u otros profesionales, “aún hay un número bajo de científicos dedicados a este ámbito”.
Un tema que preocupa a la académica tiene relación con las limitaciones de recursos, lo que claramente impide un avance más veloz en las investigaciones.
“Hacer nanotecnología o nanociencia requiere de equipamiento científico de alto costo y eso restringe mucho nuestro trabajo. Nosotros no contamos con la cantidad de equipos que disponen otros países”, señala.
Especifica que “para adquirir equipamiento, en Chile sólo hay algunos concursos para financiar la compra de equipamiento mediano, pero en el caso de equipamiento mayor simplemente no hay”.
La Dra. Altbir aclara que por ahora solo han recibido financiamiento del sector público, destacando el escaso aporte de la empresa privada.
“Chile es un país en que el respaldo privado de las investigaciones es bastante escaso. Hay una serie de instrumentos que buscan fomentar el financiamiento privado, pero todavía no ha tenido los resultados que esperamos”, indica.
La investigadora subraya que el Centro que dirige también está dedicado a promocionar la disciplina entre docentes y escolares, debido a que “la nanotecnología no está considerada dentro de los programas de educación en los colegios”.
“Por eso nuestras actividades de divulgación están orientadas a profesores y estudiantes de enseñanza media, y al público en general, porque nuestra idea es difundir la importancia que tiene esta disciplina entre los distintos públicos y así mostrar el gran impacto que puede tener en nuestras vidas”, concluye.