La Escuela de Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas del Plantel mostró avances de las principales investigaciones que están desarrollando académicos y científicos del Programa Centro de Investigaciones Biomédicas Aplicadas (CIBAP), que a casi dos años de su creación, se consolida como gran impulsor y difusor del trabajo de los investigadores de la Unidad.
En el CIBAP, inaugurado en 2015, los académicos Dr. Miguel Reyes, Dra. Lorena Sulz, Dr. Víctor Rocco, Dr. Pedro Rodríguez, Dr. Rafael Barra, Dr. Christian Cea, Dr. Luis Milla, Carlos Godoy, Dra. Yesseny Vásquez, Dra. Georgina Renaud, junto a la directora del Centro, Dra. Victoria Espinosa, realizan investigaciones en áreas como la Farmacología, Química Medicinal, Fisiología Celular, Genética, Cáncer y Epigenética e Histología.
Para la Dra. Victoria Espinosa, directora del CIBAP, el Centro ha contribuido para que los investigadores del Plantel puedan trabajar en conjunto, además de contar con un espacio que permite la integración de nuevos académicos.
“Para nosotros es indispensable presentar proyectos a concursos donde trabajemos varios del mismo grupo, porque creemos que se puede aportar desde las distintas áreas y además, generar investigaciones bastante atractivas e interesantes”, puntualiza.
Asimismo, explica que para el Centro es fundamental apoyar a las funciones de difusión al público general del conocimiento que se esté produciendo en las áreas científicas.
“Creemos que es muy relevante difundir nuestros puntos de vista y nuestros conocimientos, pero además, de alguna manera acercar la ciencia al público general”, indica.
Por su parte, la investigadora del Centro, Dra. Lorena Sulz, recalca que es necesario acercar al público lo que se realiza en el CIBAP.
“Creo que hay poca conciencia en lo que la ciencia puede ser importante en el país, y a mí me agrada mucho difundirla, por ejemplo, voy a colegios a ofrecerles charlas a los niños. Pienso que si se hacen políticas para visibilizar la ciencia no van a pasar cosas como que solo el 0,35 % del PIB son para presupuesto de ciencia”, subraya.
Del mismo modo, enfatiza que “hay que entender que los científicos somos un gran aporte para el desarrollo del país, y este tipo de charlas ayudan a hacer cultura científica y que a la vez la ciencia sea fácil de entender para todo el mundo”.
Investigaciones
De esta forma, y en el marco de un proyecto Dicyt de Opinión Pública para difundir las actividades que se están desarrollando dentro del CIBAP, fueron presentadas dos investigaciones centradas en la farmacología y la fisiología.
En la primera de ellas, el académico del Plantel, Dr. Miguel Reyes, expuso el tema: “Farmacología y promiscuidad. De las balas mágicas a los perdigonazos”, donde mostró los avances de la investigación que encabeza "Los medicamentos del futuro. Más eficaces, más seguros y más específicos".
El Dr. Reyes explica que durante los últimos 80 años las nuevas drogas han sido diseñadas para que “actúen de forma exquisitamente selectiva en un solo blanco de una patología, y que ojalá no actúen en ningún blanco externo porque eso va a generar efectos adversos”.
En ese contexto, precisa que desde hace algunos años existe la polifarmacología dirigida. “Básicamente es el efecto de una sola droga simultáneamente sobre dos o más blancos. Por eso decimos que las drogas son promiscuas, porque antes iban por un solo receptor o proteína, y hoy si surge otro, van por ese también”.
Entonces, aclara el investigador “del concepto de bala mágica pasamos al de perdigonazos, y es enviar un disparo a varios sitios, es decir, el uso de mezclas de drogas, que es lo que se hace habitualmente en la medicina actual para el tratamiento de las patologías y lograr los resultados más adecuados”.
Por tanto, subraya, “la línea de lo que hacemos en el laboratorio es encontrar una droga que haga lo mismo que hacen tres o cuatro, porque eso facilita las cosas. Antes, el descubrimiento de las drogas polifarmacológicas fue casualidad, en todos los casos, y nosotros apostamos al diseño racional”.
El académico acota que al actuar una droga en más de un blanco, receptor o proteína, “se podrá tratar desordenes psiquiátricos, cánceres, terapias antibacteriales, entre otras patologías”.
En tanto, el investigador del Centro, Dr. Rafael Barra, presentó la investigación que dirige ¿Pude jugar cuando niño? ¿Cómo será mi salud cuando adulto?, que busca corregir desde edades tempranas patologías desarrolladas en la adultez.
El académico señala que los sistemas biológicos son complejos, pero desde edades tempranas son muy vulnerables y se pueden direccionar en su desarrollo, generando en etapas más tardías un comportamiento muy diferente, dando origen al concepto “programming” o programación.
En esa línea, precisa que la programación en edades tempranas afecta el sistema nervioso.
“Nuestro grupo de investigación fue capaz de establecer que si se modifica la nutrición prenatal manteniendo una dieta isocalórica, pero que a su vez es hipoproteica, se generaban una serie de perturbaciones en el sistema nervioso central”, indica.
A su vez, aclara que dentro de las funciones del sistema nervioso central y periférico, están el control de las funciones corporales, y la integración de la información periférica, principalmente la memoria y el aprendizaje.
Por tanto, remarca “eran muchas las alteraciones solo con el cambio de dieta, y fuimos capaces de revertir varias de estas alteraciones mediante manipulación farmacológica principalmente mejorando la performance o la capacidad de generar aprendizaje en determinados tests en animales”, precisa.
Igualmente, puntualiza que “la manipulación farmacológica también fue capaz de mejorar la respuesta en los procesos de memoria y aprendizaje”.
Por otro lado, el Dr. Barra sostiene que también es relevante la programación programación cuando suceden fenómenos de obesidad y diabetes.
“La obesidad y la diabetes materna cambian el perfil nutricional durante la gestación lo que establece una programación que favorece el desarrollo en la progenia de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad y la diabetes tipo 2, que se manifiestan aún más en la adultez. Esto en realidad es un círculo vicioso”, señala.
Finamente, precisa que se demostró que la intervención por enriquecimiento ambiental es capaz de mejorar una serie patologías como la epilepsia o el estrés.
“En Chile hay estudios que demuestran que un niño que nace en un hogar con un ingreso importante es capaz de escuchar varias miles de palabras, mientras que uno que nace en un ambiente más desprotegido escucha alrededor de solo 150 mil palabras. Es decir puede haber una diferencia de varias veces entre un ambiente y el otro. Por tanto, creemos que el enriquecimiento ambiental puede compensar los efectos de la malnutrición prenatal en la memoria y el aprendizaje”, concluye.