En la oportunidad, además de poner énfasis en la lucha permanente de las mujeres por la igualdad, participación y desarrollo, se resaltaron las cualidades de la homenajeada, quien por décadas ha transmitido a sus estudiantes la vocación de servicio y el compromiso con el paciente.
La actividad fue encabezada por la Dra. Izkia Siches, presidenta del Colegio Regional de Santiago, y entre los presentes se encontraban la subdirectora de docencia de la Escuela de Medicina, Dra. Ivonne Narvaez; el Dr. Ricardo Peña, académico; Consejeros Regionales, Generales y miembros de la mesa directiva.
Dedicatoria
La Dra. Ducos agradeció la distinción y dedicó este reconocimiento a los estudiantes que ha formado y que guía actualmente.
“Mis estudiantes son mi razón de ser y me han dado y me dan mucha vida. Al igual que toda mi familia”, especificó.
“Junto a ellos, quiero mencionar especialmente a Pablo Aranda, alumno de tercer año de Medicina de la Universidad de Chile, asesinado el 17 de septiembre de 1973, para que no haya olvido y nunca más sucedan situaciones similares en nuestro país”, expresó.
Director de la escuela
Para el director de la Escuela de Medicina, Dr. Mauricio Osorio, es un orgullo contar en la Carrera y en la Facultad con una académica de esta envergadura.
“Personalmente, me alegra mucho que este reconocimiento que se lo entregan sus pares lo reciba en este momento de su vida laboral y plenamente vigente”, añadió la autoridad.
“Es un reconocimiento a su larga trayectoria, a su compromiso, a la cantidad de premios que ha recibido como mejor docente y a su incansable paciencia y dedicación que muestra día a día con nuestros internos en el Hospital San José”, concluyó.
Extenso currículo
La Dra. Ducos fue jefe de servicio (s) de Medicina Interna del Hospital San José por algunos años y al jubilar del sistema público, continuó en nuestra universidad su carrera docente, donde actualmente es profesora titular.
Se tituló en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en 1965 y entre 1967 y 1969 realizó su beca en el Hospital San Juan de Dios, donde permaneció con dedicación exclusiva.
Su vocación por la Medicina ha sido fuerte y duradera al igual que su entusiasmo y dedicación a la docencia y el servicio público, aunque ambas actividades fueron interrumpidas bruscamente con su detención y posterior exoneración de la Universidad de Chile en 1973. Fueron 17 años en los que tuvo prohibición de trabajar en un hospital público y en la universidad.
En 1990, al volver la democracia volvió al Servicio de Medicina del Hospital San José donde trabajó junto al profesor Dr. Jorge Sanhueza Cruz, quien fue su jefe de servicio.
Al poco tiempo, la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago y su Escuela de Medicina hicieron del Hospital San José su campo clínico y con ello retomó la docencia.