- Durante una semana, integrantes del Comité Ejecutivo de esta instancia, participaron en el curso “HIV/SIDA, investigación y salud pública”, dictado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede Buenos Aires, con el objetivo de complementar sus conocimientos en el área y responder de mejor manera a las exigencias y normativas que regulan la actividad científica local.
Los integrantes del cuerpo estable del Comité de Ética Institucional (CEI), entidad dependiente de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación de nuestra Corporación, se capacitaron recientemente en la sede de Buenos Aires de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
En su paso por Argentina asistieron al curso “HIV/SIDA, investigación y salud pública”, con el objetivo de complementar sus conocimientos en torno al área para responder de mejor manera a las exigencias y normativas que regulan la actividad científica local.
En esta instancia de perfeccionamiento participaron Felipe Leal, coordinador del área Bioseguridad; la Dra. Leonor Contreras, coordinadora del área Química – Biología y Medio Ambiente; la Dra. Elizabeth Núñez, coordinadora del área Ciencias Médicas; la abogada Marion Rossier, asesora legal; la MSc. María Isabel Rivera, coordinadora general; la Dra. Ana María Fernández, coordinadora del área Humanidades; y la Dra. María José Ubilla, coordinadora de Ciencias animales de laboratorio y bienestar animal.
La Dra. Leonor Contreras, académica de la Facultad de Química y Biología, explicó que la asistencia a este curso estuvo directamente vinculada a la acreditación obtenida por el CEI durante marzo, que exige que sus integrantes estén en perfeccionamiento continuo.
“El Comité de Ética es una instancia necesaria en toda institución de educación superior. La Universidad así lo ha entendido y se ha esforzado por dar cumplimiento a todas las exigencias que conlleva este proceso. El hecho de que nuestro CEI esté acreditado, es una indicación más del grado de seriedad y profesionalismo alcanzado, y pone a la Universidad en una posición superior al resto de las instituciones que no cuentan con un comité de ética acreditado, algunas de las cuales deberán recurrir a nosotros para cumplir con las exigencias de Conicyt y de otras instancias de apoyo a la investigación y desarrollo del país”, indicó la académica.
Por su parte, la Dra. Ana María Fernández, académica de la Facultad de Humanidades, expresó que en este curso pudieron conocer las diferentes visiones legislativas de países sudamericanos y norteamericanos en el área, elementos relevantes a la hora de determinar la idoneidad de una investigación.
“Conocimos una serie de casos debatibles que, producto de su aporte al conocimiento, tenían ventajas y, muchas veces, posiciones encontradas respecto a los resguardos éticos excesivos tendientes a salvaguardar los derechos de los participantes, sin que esto entorpezca el avance de tratamientos para enfermedades como el VIH, el fomento de la donación de órganos en países donde esta práctica es escasa, etc.”, detalló Fernández.
En relación a lo mismo, la Dra. Contreras señaló que, durante el curso, “se hizo un análisis y un valioso intercambio de opiniones sobre la participación de los comités de ética como instancias rigurosas que protegen los derechos de los sujetos de investigación (humanos y animales), pero sin llegar a ser un impedimento en el desarrollo de la investigación misma”.
Nuevos desafíos
Respecto a los próximos pasos del CEI, la investigadora del Departamento de Ciencias del Ambiente, indicó que continuarán trabajando en los aspectos formales de conformación y acreditación de algunos comités inter-facultades, que son necesarios para el buen funcionamiento de esta instancia. “También se espera seguir con las tareas de perfeccionamiento y, además, estudiaremos la formulación de acuerdos de colaboración entre comités de ética de otros países, probablemente a partir de un convenio con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales”.
En tanto, la Dra. Fernández planteó que todos estos esfuerzos son para “resguardar los aspectos éticos de la investigación que se realiza en nuestra Institución, respondiendo a los altos estándares de avance científico que caracterizan a la ciencia y colaborando con nuestros pares investigadores, para que la aprobación ética sea un sello de calidad mutuamente aprendido y resguardado en la investigación, y no un impedimento para realizar producción de conocimientos del más alto impacto a nivel nacional e internacional”.