Tras la revisión de los antecedentes curriculares de los postulantes, el Consejo de Rectores de las Universidades chilenas, en su sesión del jueves pasado, eligió a la académica Carmen Norambuena de la Facultad de Humanidades, como su representante ante el Consejo Nacional de Educación.
Un nombramiento de altísimo nivel que la investigadora con reconocimientos nacionales e internacionales y cuya primera formación es la de profesora normalista, asume con orgullo, afirmando que “esta es una distinción para la Universidad de Santiago”.
Como “fémina inquieta” tildó Felipe II a Teresa de Ávila, nombrada Doctora de la Iglesia cuatro siglos después de su muerte por Pablo VI en 1970. Esta definición de “fémina inquieta” también resulta pertinente para caracterizar el estilo de la doctora en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y ex decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad, Carmen Norambuena, quien asumirá un nuevo cargo de alta envergadura en el mundo de la educación: será la representante del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) ante el Consejo Nacional de Educación (CNED).
La académica Norambuena fue elegida en votación unánime para ejercer esta función, previa proposición que de su nombre hiciera hace un tiempo el rector Juan Manuel Zolezzi, quien es ahora el vicepresidente ejecutivo de esta entidad encargada de supervisar todo el sistema de educación chileno, desde la educación parvularia, pasando por la técnico profesional y universitaria, en un marco de aseguramiento de la calidad. Por su parte, al Consejo Nacional de Educación le corresponde, por ejemplo, aprobar la creación de nuevos planteles de Educación Superior, de nuevas carreras o programas de postgrado.
“Pienso que esta es una distinción para la Universidad de Santiago, mi alma máter”, sostiene sobre su nueva posición la historiadora Norambuena, referente latinoamericano por sus líneas de investigación en el campo de las migraciones, exilio y memoria. “Yo creo -continúa- que todos los académicos de la Usach están preparados y tienen la experiencia suficiente para representar a las universidades del Estado y a las instituciones de Educación Superior, en cualquier foro nacional o internacional de su competencia”. En lo personal, considera un orgullo representar a la “comunidad de la Universidad de Santiago, a nombre del Cruch, en este Consejo”.
Consultada por su trabajo como decana de la Facultad de Humanidades reconoció: “Para mí fue una satisfacción haberme desempeñado en este cargo. Yo creo que con el equipo que me acompañó tuvimos logros plenos. Desarrollamos por lo menos cuatro proyectos Mecesup que tuvieron relación con mejoras curriculares, obtuvimos la acreditación de todas la carreras de pregado y un gran porcentaje de los postgrados”, comenta sobre su cargo de seis años al frente de la FAHU, periodo en el que nunca dejó de investigar.
Requisito para ser universitario: sólo capacidad intelectual
Pasando revista por los debates que se han suscitado en el actual conflicto de la Educación Superior, es enfática en contradecir al rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, quien se preguntó recientemente ante las cámaras de Chilevisión, para qué los estudiantes van a la universidad si no pueden pagarla. “Estimo que deben que ir a la universidad todos aquellos que tienen capacidad intelectual, lo de los recursos es secundario, por eso es que el Estado debe atender a los requerimientos de esos estudiantes capaces que no tienen los recursos económicos para seguir una carrera ”.
Según afirma, las movilizaciones estudiantiles son parte de ese proceso de cambio que la sociedad chilena está requiriendo. “Un gran número de personas está golpeando las puertas de la Educación Superior para aplicar el barómetro de la equidad. Obviamente que todos aquellos que tienen capacidades deben tener derecho a un cupo en la Educación Superior, eso es lo que demanda la sociedad chilena a través del movimiento estudiantil”.
También es enfática en señalar su visión respecto de los planteles privados: “El tema crucial es la calidad, no si existen o no las universidades privadas. Entonces, pueden haber planteles privados confesionales, con determinada orientación ideológica, como siempre ha habido, pero deben ser de calidad, y si tienen fines de lucro no pueden demandar el apoyo del Estado”.
Mundialización de los sistemas educacionales
“Desde el lugar en que me encuentro hoy, en mi desarrollo profesional tengo una mirada muchísimo más reflexiva sobre la educación”, confiesa la académica FAHU. En ese sentido, afirma que las reformas que el sistema actual necesita deben ir acordes con los tiempos, lo que implica que deben tender a una mundialización.
“Los estudiantes tienen que estar preparados en una visión global de su entorno, comenzando por cierto por lo familiar, lo local, lo regional, pero con una visión del mundo que los lleve a pensar en que la consecución de metas individuales, no tienen sentido si es que no se hacen con vista a mejorar la sociedad toda”.
Yo creo que el sistema educativo chileno ha perdido un poco el norte en la formación de valores. El sistema formativo debe darse bajo una ética que haga que el individuo piense en los demás, en respetar los derechos humanos”, puntualiza, finalmente, la nueva integrante del Consejo Nacional de Educación.