El broncopulmonar de la Universidad de Santiago, Pedro Aguilar, hace hincapié en la poca cantidad de médicos y tecnología, lo que obliga a “trasladar niños de la Región Metropolitana a Rancagua o Valparaíso”, asegura. La doctora del plantel estatal, Viviana Aguirre, prevé una gran demanda de consultas en julio producto de este tipo de casos y otros como el virus sincicial, neumonía, parainfluenza y adenovirus, entre otros.
Un alza de los casos de influenza y, en general, de enfermedades respiratorias, se espera para las próximas dos semanas producto de las bajas temperaturas de este invierno sumadas a otras variables como la contaminación.
El médico broncopulmonar de la Universidad de Santiago, Pedro Aguilar, reconoce que el Ministerio de Salud realiza esfuerzos todos los años para responder a las necesidades de la población, mediante campañas, reinversión en camas, disposición de fármacos, etcétera.
No obstante, “los sistemas de salud siempre están muy al filo. El tema es cómo optimizar la gestión de camas, de qué manera tener una mayor y mejor atención de pacientes críticos, lo que implica evaluar la necesidad de tener mayor cantidad de cupos para casos críticos que no hay”, critica.
El académico de la Escuela de Medicina de la casa de estudios subraya que la dotación de médicos para atender a la población no es la adecuada para dar una atención más rápida y eficiente.
“La gestión del recurso humano debiera ser un poco más generosa y tener mayor disposición humana y tecnológica para no tener que trasladar, por ejemplo, a niños de la Región Metropolitana a Rancagua o Valparaíso”, afirma el galeno.
“Sin duda hay un tema de cómo aumentar en un periodo crítico la oferta de camas y atenciones de salud. Eso es un tema que aún no se resuelve a nivel de ministerio y eso ocurre todos los años. Siempre estamos enfrentados a los mismos problemas”, sostiene.
Por su parte, para la también médico broncopulmonar del plantel estatal, Viviana Aguirre, el aumento de enfermedades en esta temporada es previsible. “Siempre pasa lo mismo y a uno le gustaría que se prepararan los sistemas con mucho más tiempo”, critica.
La especialista explica que “en general, todos los años colapsan los sistemas de atención pública y privada producto de estos aumentos de episodios de tipo viral. Eso no significa que uno se resigne. Los sistemas se debieran preparar para esta contingencia y se debieran tratar de reconvertir algunos sistemas de atención, para que las listas de espera no sean tan espantosas como lo son”.
“Cuando se funciona en el sistema público, siempre es ‘al justo’, y cualquier cosa que se quite para poner en otra parte significa una falencia. En ese sentido, siempre estamos mal”, agrega, enfatizando que “en todos los Gobiernos hemos tenido este problema. A lo largo de la historia se ha visto esto”.
Para Aguirre, lo que debiera hacerse es “no actuar cuando la cosa ya está critica, sino que prepararse con camas de hospitalización y quitar camas de cirugía ambulatoria para reconvertirlas a camas de otro tipo. Por ejemplo, de atención de pacientes hospitalizados agudos”, propone.
Aumento de consultas
De acuerdo a Aguilar, en lo que queda de este mes de julio se espera “una gran demanda por consultas, mayor cantidad de hospitalizaciones en unidades ambulatorias como de urgencia, y es aquí cuando el sistema puede no dar abasto a todos los requerimientos. Eso significa una serie de acciones de reingeniería en los hospitales y centros de salud”.
Según ambos especialistas, además de la influenza y el virus sincicial, también se atienden casos de neumonía en adultos, parainfluenza y adenovirus, entre otros. “Son virus menos famosos, pero que también dan cuenta de una cantidad importante de pacientes que consultan y que se hospitalizan”, afirma Aguirre.
Recomendaciones para evitar enfermedades respiratorias:
- Cubrirse la cara, usando mascarillas o pañuelos
- Lavarse las manos con frecuencia, para evitar la transmisión de virus
- Evitar la contaminación intradomiciliaria generada, por ejemplo, por el tabaco
- Evitar, en lo posible, las aglomeraciones y el contacto con personas enfermas