“La principal y gran brecha que hoy tenemos es entre mujeres y hombres”, sostuvo el secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad. “Los niños, en general, no lo están logrando, independiente del nivel socioeconómico al que pertenecen”, afirmó, por su parte, la Subsecretaria de Educación. Con estas palabras, las autoridades de Gobierno se refirieron a los resultados de la prueba Simce de Escritura 2015 aplicado a estudiantes de sexto básico, que arrojó un puntaje por género de 52 para las niñas y de 48 para los niños.
El experto en Educación de nuestra Universidad, Jaime Retamal, reconoció que los resultados de la prueba, donde un tercio no logró redactar un texto comprensible para el lector, muestran deficiencias tanto en el propósito comunicativo como en la organización textual de los estudiantes. No obstante, rechaza que esto tenga relación con una diferencia por sexos. Contrario a la opinión del Ministerio, sostiene que la prueba confirma la tendencia de que el factor socioeconómico y el tipo de administración de los colegios es determinante a la hora de manifestar las habilidades de escritura.
“La brecha continúa existiendo entre los colegios particulares pagados y los colegios municipales, así como la brecha de nivel socioeconómico alto versus los del nivel socioeconómico bajo. Eso es lo más relevante, en detrimento de lo que se ha querido levantar, que es poco menos que la guerra de los sexos en comprensión lectora y en el nivel de escritura de los estudiantes”, sostiene el doctor Retamal.
El académico del Departamento de Educación indica que “el anexo dice que la diferencia es de 2,5 puntos entre colegios municipales y particulares subvencionados, y que la diferencia es de 5,2 puntos entre colegios particulares pagados y subvencionados. Me llama la atención que aquello que está en el núcleo del debate sea presentado como un anexo de la información. La brecha socioeconómica se mantiene, hemos tenido esta brecha desde el año 1989 y no la hemos podido disminuir”.
Para el especialista, “instalar como cortina de humo la guerra de los sexos en el Simce de Escritura es una mala estrategia de parte de las autoridades”. Esto, ya que considera que la diferencia de habilidades por sexo que arroja la medición “es muy artificiosa porque no tenemos otros datos para comparar de manera longitudinal la información que se entrega, y porque no hay una crítica al instrumento mismo y a los sesgos que podría tener. Me parece que es del todo desafortunado esta artificiosa información respecto a que las mujeres tendrían más habilidades para una sola dimensión del conocimiento”.
“Contribuir a los clásicos arquetipos hombre-mujer asociados a diversos tipos de inteligencia, profesión o roles y funciones sociales a través de la prueba Simce de Escritura me parece una mala noticia. La inteligencia está socialmente distribuida de manera homogénea y los distintos campos de la inteligencia también. No contribuye al debate la estrategia comunicacional de las autoridades, de relevar las diferencias de género sin un análisis más profundo del problema”, critica.
“Lo que no es artificial es la diferencia entre grupos socioeconómicos y distintos tipos de administración. Colegios municipales versus particulares pagados. Ahí, la diferencia es enorme”, insiste.
¿Por qué a los colegios privados les va mejor que a los municipales?
De acuerdo a Retamal, esto se debe a que “en los colegios de nivel socioeconómico alto y particulares pagados hay mucha más preocupación por el clima escolar, por el liderazgo del director y por la retroalimentación docente. Están mucho mejor distribuidos los tiempos escolares y tienen más tiempo para discutir y pensar respecto a la comprensión lectora y el razonamiento matemático. La diferencia socioeconómica también se da en las variables de contexto, y eso es más relevante que el dato de género”.
“La evidencia internacional muestra que estos tres factores son tremendamente relevantes para la calidad de la educación y para medir los resultados de aprendizaje de los estudiantes. No son los típicos factores que conocemos, que es tener más horas de lenguaje o matemática, sino que construir una cultura de calidad educativa”, enfatiza.
Retamal explica que, de acuerdo a la información presentada, se concluye que “los colegios donde el tiempo escolar ofrece facilidades a los profesores para retroalimentar y tienen tiempo de discutir de manera más personalizada, les va mejor. Por otra parte, en los colegios donde hay un ambiente de respeto y cultura de buen trato –en síntesis, un clima escolar sano- también les va mejor”.
Finalmente, considera “lamentable que sigamos utilizando la prueba Simce para medir la supuesta calidad de la educación en Chile. Es un instrumento que tiene muchas dificultades, es bastante ilegítimo y muestra un sesgo de género preocupante”.