Esta obra es desarrollada por el periodista Marcelo Henríquez, periodista e hijo de Hernán, y por Ricardo von Muhlenbrock, documentalista. Ambos realizaron cuatro viajes al sur de Chile, territorio ancestral mapuche denominado por sus habitantes originarios como Wallmapu, para reconstruir el trabajo levantado en esa zona durante el gobierno de la Unidad Popular.
Médicas y médicos, enfermeras, dentistas, asistentes sociales y trabajadores formaron un equipo que por primera vez en la historia de Chile llevó la salud al campo, a las zonas cordilleranas, de la costa y de difícil acceso, creando más de 50 postas rurales. Además se creó un programa de formación de monitores o líderes de salud de las propias comunidades, a los cuales se le entregaron conocimientos de atención sanitaria, mejoramiento productivo y se convirtieron en las vías de comunicación con los hospitales cuando era necesario la atención secundaria o terciaria. Es decir, como destaca Henríquez “se implementó una política de salud pública, que salía del estrecho espacio de los hospitales, donde la población campesina y mapuche en especial raramente llegaba, y se enfoca, en cambio, en la prevención y en el mejoramiento de las condiciones de vida en general”.
Todo esto en el marco de la reforma agraria, que devolvió más de 130 mil hectáreas al pueblo mapuche y entregó tierras a campesinos que hasta ese momento trabajaban en condiciones de esclavitud, sin cobrar siquiera un sueldo. Se crearon consejos comunales de salud, consejos campesinos y cooperativas para que los frutos de la tierra fueran compartidos de acuerdo a las necesidades de las familias campesinas.
“Nuestro objetivo ahora es compartir la película en el marco de los 50 años del golpe civil y militar. Fue impresionante ver los logros que se alcanzaron en salud en Malleco y Cautín. Se formó la escuela de medicina en Temuco, se crearon nuevas especialidades que no existían, se fortalecieron como nunca antes los hospitales. Como dice la doctora Cecilia Albala en la película, el liderazgo tecnológico estaba en la salud pública, para el bien de todas y todos, y no en la privada, como sucede hoy, para el beneficio de una minoría privilegiada”, dice von Muhlenbrock.
Tras nueve años del primer viaje de grabación, este trabajo independiente recorre Temuco y sus alrededores buscando reconstruir una historia que hasta hoy se ha intentado silenciar. Tras el golpe civil y militar, médicos que encabezaron este trabajo como Arturo Hillerns en Puerto Saavedra y Eduardo González Galeno en Cunco, fueron secuestrados, torturados y asesinados por las Fuerzas Armadas y la policía. Hasta hoy, junto a Hernán Henríquez, y al trabajador del hospital de Temuco y dirigente sindical Alejandro Flores son detenidos desaparecidos. También fueron asesinados los educadores sanitarios Jécar Nehgme y Gastón Elgueta.
Un elemento que da mucho valor a esta película es el hallazgo y digitalización de obras audiovisuales que retratan este momento histórico y que se mantenían guardadas por 50 años en la Cineteca Nacional. Obras como El Renacer de un hombre (1973) y Cautín ¡Primer Paso! (1971), aportan imágenes y sonidos que enriquecen el relato.
Además, el film incluye una serie de hermosas fotografías tomadas por Juan Maino Canales, fotógrafo chileno y militante del MAPU detenido desaparecido por agentes de la dictadura el 26 de mayo de 1976 a la edad de 29 años.
Esta historia se mantiene muy vigente, porque la aspiración de una sociedad más justa sigue viva y porque aún no hay justicia: los torturadores y asesinos de Hernán aún no cumplen su condena. El juez en visita Álvaro Mesa dictó sentencia y condenó a varios militares en 2020 por torturas y homicidio, entre ellos al ex fiscal militar y abogado Alfonso Podlech. Pero la Corte Suprema aún no confirma las penas. Incluso hace unas semanas, el tribunal constitucional acogió un recurso de uno de los condenados lo que sigue dilatando el fallo y perpetúa la impunidad.
El documental se exhibirá hoy jueves 12 en Sala Estación Usach a las 19:30 horas. Entrada liberada por orden de llegada.