Un premio de 5 mil dólares recibió este grupo de estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago, tras obtener por decisión unánime del jurado un primer lugar compartido junto al equipo de Brasil en la IX versión de la competencia Alacero, realizada entre el 22 y el 24 de octubre en Río de Janeiro, Brasil.
En el certamen participaron 704 estudiantes de diferentes Escuelas de Arquitectura de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y República Dominicana, quienes en una primera etapa concursaron a nivel nacional presentando una propuesta de un Centro Cultural inclusivo, mediante la utilización del acero con un proyecto que mejorara la calidad de vida de la personas en una zona carente de este tipo de infraestructura.
Rodrigo Aliaga, integrante del equipo explica que “es primera vez que realizamos un proyecto tan detallado y construible a gran escala, lo que fue valorado por los jurados de ambos países. La experiencia del concurso fue enriquecedora al ser internacional, ya que la mayoría de nosotros no había salido del país. Al principio nos costó dilucidar quienes podían ser los ganadores, pero teníamos fe en que obtendríamos el primer lugar”.
Competencia y obtención del Primer lugar
En decisión unánime del jurado compuesto por los arquitectos Sebastián Colle (Argentina), Carolina Fonseca (Brasil), Álvaro Donoso (Chile), Maritza Andrade (Ecuador), Luis Enrique López Cardiel (México) y Juan Mubarak (República Dominicana), reconocieron que los proyectos de Brasil y Chile -si bien contaban con distinta condición social, ambiental, económica y ubicación geográfica-, ofrecen un trabajo de gran calidad y de ayuda a la comunidad.
El estudiante Hugo Tello explica que “la participación en el certamen partió como algo tan pequeño, pero hoy sentimos felicidad por mostrar una problemática social que siempre ha estado presente. Siento que la Universidad me ha dado las armas para buscar soluciones a este tipo de situaciones”, manifiesta.
Para la presentación final el equipo mantuvo el proyecto Zócalo Cultural Bajos de Mena para la comuna de Puente Alto, con el que vencieron a 34 equipos chilenos. La infraestructura del proyecto une cultura callejera y tradicional con el objetivo de contribuir a disminuir el hacinamiento en la zona, debido a la masiva construcción de blocks como soluciones habitacionales que ha llevado a la población a hacer cultura en las calles o en espacios residuales.
De manera previa a la presentación de la maqueta en el concurso internacional, los estudiantes cambiaron la materialidad de la base de cartón a acrílico por sugerencia del jurado chileno que participó en la XXX° versión del Concurso CAP. Mientras que durante su estadía en Brasil conocieron los proyectos de los demás estudiantes en competencia y expusieron su propuesta.
Tras el viaje, el estudiante Pablo Becerra integrante del equipo explicó que “el trabajo realizado antes de viajar fue una actividad enriquecedora que sirvió para poner en práctica nuestras habilidades en un proyecto construible, por primera vez”.
Palabras compartidas por Javier Rojas, también integrante del equipo, quien sostuvo que la competencia “fue bastante sacrificada, sobre todo el rehacer las láminas para enviarlas y afinar detalles para entregar la maqueta bajo las condiciones que nos sugirió el jurado en Chile. Creo que fue una experiencia muy buena, enriquecedora, nos pudimos dar cuenta como otros países trabajan el acero y diseñan. Fue un aprendizaje muy valioso”.
Organización del certamen
El certamen fue realizado en el marco de las actividades del Congreso Latinoamericano del Acero, que organiza la Asociación Latinoamericana del Acero, Alacero, entidad civil sin fines de lucro que reúne a 49 empresas de 12 países de Latinoamérica, cuya producción es cercana a las 70 millones de toneladas anuales.
La iniciativa que se realiza cada año busca incentivar a los futuros profesionales de la arquitectura a relacionarse con el acero y a utilizarlo como elemento constructivo aprovechando los diferentes atributos de este material.
Óscar Luengo, profesor de Arquitectura y guía del proyecto, sostiene que obtener un primer lugar internacional “viene a visibilizar lo que está haciendo nuestra Escuela, y marca una forma de operar que está dando resultados. De algún modo los alumnos de 5° año consolidan sus capacidades no sólo a nivel nacional, si no también internacional”, indica.