- Así lo cree la vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Sexología y Educación Sexual, la médico cirujana por nuestro plantel, Magdalena Rivera, quien plantea que el real peligro está en no educar sobre este tema. La especialista, además, se mostró crítica sobre los programas de educación sexual que se emplean en el país.
No son pocos las tareas pendientes que tiene nuestro país en materia de educación sexual, un tema que complica a los padres cuando los hijos comienzan a preguntar o a expresar sus inquietudes. Para Magdalena Rivera, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Sexología y Educación Sexual y médico cirujana por nuestra Universidad, el punto de partida es dejar de sentir temor ante lo que significa esta formación que en muchos sentidos sigue siendo tabú en la sociedad chilena.
“Hay que perder el miedo a la educación sexual. Está comprobado que ésta retrasa la edad de inicio de la actividad sexual, y cuando se inicia es más cuidada. No hay peligro en educar en sexualidad, el peligro está en no hacerlo”, sostuvo la doctora Rivera recientemente en el programa Foro Universitario, de Radio Universidad de Santiago, conducido por las periodistas Gabriela Martínez y Soledad Villagrán (escuche Aquí la entrevista completa).
La especialista agregó que “se debe educar a quienes tienen miedo: a los padres”, quienes deben saber -aseveró la especialista- que la educación sexual no se inicia en un momento determinado, “es un proceso gradual de toda la vida. En el nivel pre escolar se empieza con cosas simples, por ejemplo con conocer las partes del cuerpo e indicar a los niños la denominación de los órganos genitales”, ejemplificó la especialista, quien se mostró crítica sobre los programas de educación sexual que el Ministerio de Educación dispuso en 2011 para los establecimientos educacionales del país, debido a que, a su juicio, algunos de ellos se basan en la abstinencia sexual, mientras que otros sólo se centran en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y el embarazo adolescente.
“Hay tres modelos basados en la abstinencia, que está comprobado a nivel internacional que no funcionan. En Estados Unidos se trataron de implementar y no se redujo ni las infecciones de transmisión sexual ni los embarazos adolescentes. Los otros cuatros son bastante mejores, pero están focalizados en prevención de embarazos y de VIH Sida, no abordan una educación sexual integral”, aseguró.
La experta también consideró que son insuficientes los recursos públicos destinados a la educación sexual en los colegios que atienden a los estudiantes de mayor vulnerabilidad social. “Con esos montos de recursos no se logra dar una formación amplia y para todos”, advirtió.
En esta perspectiva, la doctora Rivera puntualizó que las recomendaciones de la Asociación Mundial para la Salud Sexual apuntan a no centrar la educación sexual en lo que se refiere a prevención de VIH Sida y embarazo, “sino a hablar de lo bueno de la sexualidad, educar en cómo tener una buena relación de pareja. Por ejemplo, en Chile es un problema la violencia intrafamiliar y también la que se da en el pololeo, hay que abordar ese tema”.
Excesiva erotización
Consultada por el mayor acceso que tienen en la actualidad niños y jóvenes, mediante las nuevas tecnologías, a material de alto contenido sexual, la especialista en sexología sostuvo que los padres deben procurar que la pornografía no sea la única educación sexual que tengan sus hijos. “Como van a llegar inevitablemente a esa información, es importante que puedan contrastarla teniendo una formación más clara, diferente”.
Del mismo modo, expresó, los padres deben preocuparse de la exposición de los niños a programas de televisión de entretención juveniles con alta connotación erótica. “Más grave que esta gran erotización en sí, es la mezcla entre tener todos estos estímulos y no tener ninguna otra información para procesarla de otra manera, para poder conversarlo”, concluyó la doctora Rivera.