Proyecto Fondecyt Regular (N°1130362)

Investigadores buscan posicionar al teluro como elemento fundamental entre las energías renovables

El Dr. Claudio Vásquez Guzmán, académico del Departamento de Biología, junto a su equipo comprobó que las bacterias antárticas expuestas al estrés oxidativo son resistentes a este componente químico.
De acuerdo al investigador, Dr. Claudio Vásquez, “la hipótesis del proyecto es que las bacterias que viven en la Antártica, como son resistentes y están adaptadas al estrés oxidativo, deberían ser resistentes a telurito. La idea fue encontrar bacterias superesistentes que ayudaran -entre otras cosas-- a definir si el teluro puede ser de utilidad para la célula”.

Comprobar si bacterias antárticas expuestas a estrés oxidativo son resistentes al teluro fue lo que realizó el Dr. Claudio Vásquez, académico del Departamento de Biología, junto a su equipo gracias a un proyecto Fondecyt Regular que finalizó este año.

 

El teluro (Te) es uno de los tantos elementos de la Tabla Periódica y se encuentra en el mismo grupo de elementos que se consideran esenciales para la vida, como el oxígeno, azufre y selenio. Sin embargo, hasta hoy no se sabe bien si este elemento tiene alguna función biológica. Por esta razón, el equipo del Laboratorio de Microbiología Molecular de la Facultad de Química y Biología, liderado por el Dr. Claudio Vásquez, lleva años investigándolo y dedicando gran esfuerzo a entender las bases moleculares de su toxicidad.

 

El académico, junto al  Dr. José Manuel Pérez, de la Universidad Andrés Bello, trabajaron en el proyecto Fondecyt Regular (N°1130362) “Tellurite-resistant antarctic bacteria: Unveiling new toxicant resistance mechanisms” desde 2013, el cual finalizó recientemente.

 

De acuerdo al investigador, “la hipótesis del proyecto es que las bacterias que viven en la Antártica, como son resistentes y están adaptadas al estrés oxidativo, deberían ser resistentes a  telurito. La idea fue encontrar bacterias superresistentes que ayudaran -entre otras cosas-- a definir si el  teluro puede ser de utilidad para la célula”.

 

El proyecto surgió de la observación de muestras aisladas de distintas localidades de la Antártica chilena, que contempló visitas a las bases Prat y Escudero, un recorrido por la isla Decepción y Península Fildes, así como viajes en el Rompehielos Almirante Óscar Viel, de la Armada de Chile, que contenían microorganismos resistentes al estrés oxidativo y a  telurito.

 

El resultado  fue  el aislamiento y caracterización de microorganismos que se sometieron a estrés oxidativo (durante la exposición a telurito), se evaluó  la respuesta celular al estrés y se concluyó con la búsqueda de potenciales -nuevos- mecanismos de resistencia al tóxico. Estos tres objetivos fueron abordados usando estrategias experimentales de tipo bioquímico, genético-molecular y fisiológico, dando como producto siete Tesis de Doctorado y ocho de Licenciatura, además de una serie de publicaciones y participaciones en congresos nacionales e internacionales.

 

El teluro se usa fundamentalmente en la fabricación de celdas solares. Según explica el Dr. Vásquez, “es una parte importante de las celdas fotoeléctricas que captan la luz del sol y que las convierten en electricidad”.

 

Lo anterior, perfila a este elemento como una posible fuente energética. Por ejemplo, “si el día de mañana se acaban los combustibles fósiles -como va a pasar-vamos a depender entre otras cosas, de la luz del sol o el viento, y para sembrar un desierto de celdas solares vamos a necesitar teluro. Para obtenerlo tenemos que crear un sistema que nos permita extraerlo  del ambiente, porque este elemento  es muy escaso ( 0,052 partes por millón en la corteza terrestre)”, explica el investigador de nuestra Universidad.

 

En este país, el teluro se produce como un subproducto de la refinación del cobre y se deposita en los  llamados barros anódicos, desde donde no es recuperado, abunda el académico. “Al conservarlo y manejarlo bien (para evitar desecharlo sin regulación en el medio ambiente), estaríamos contribuyendo a evitar su posible efecto tóxico sobre la flora y fauna, disminuyendo de este modo la creciente  polución por este elemento”, aclara el Dr. Vásquez.

 

Del punto de vista académico, el Dr. Vásquez señala que nuestra Universidad tiene gran relevancia a la hora de realizar investigación y las proyecciones que se tienen de las mismas. “La Universidad de Santiago es la que mejor me ha tratado académicamente hablando. Acá he tenido ciertas facilidades que no he tenido en otras partes, y cuando esas cosas funcionan, todos vamos hacia adelante”.

 

Autor: 
María Soledad Urquieta