Abril ha sido denominado como ‘el mes del cerebro’, por lo que diversas instituciones desarrollan campañas de concientización respecto de la importancia que tiene prevenir los accidentes cerebro vasculares.
Según la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía (Sonepsyn), el ataque cerebral es la primera causa de muerte en adultos en Chile, con más de ocho mil personas fallecidas cada año, lo que equivale a un muerto por cada hora.
El Dr. Eduardo Gallegos expresa que los factores de riesgo para el cerebro son similares a lo que afectan al corazón: la hipertensión arterial, la diabetes, las problemáticas de colesterol elevado, la obesidad y el sedentarismo. Es decir, los estilos de vida no saludables condicionan alteraciones a nivel del endotelio de los vasos sanguíneos. Y eso, “favorece la producción de placas de colesterol que pueden terminar obstruyendo una arteria. También periten la producción de fenómenos embólicos que se originan en el corazón y que afectar a distancia el cerebro”.
Los factores de riesgo causan lesiones cerebrales, que conllevan a la generación de secuelas del orden cognitivo, es decir de las funciones intelectuales o comunicativas y motoras.
Añade el especialista que, si bien el cerebro es capaz de presentar problemas por falta de irrigación sanguínea -producto de la obstrucción de arterias-, también hay veces que las complicaciones son neurodegenerativas. Especifica que, por causas que no están muy claras, ciertas enfermedades producen la pérdida de neuronas en forma progresiva.
“La enfermedad de Parkinson afecta zonas del cerebro, lo que es la sustancia negra, que son las que producen un neurotransmisor que llamado dopamina, cuyo déficit con el tiempo genera la enfermedad”, explica el médico geriatra.
Por lo mismo, mantener una vida llena de actividades intelectuales intensas, proclives al ejercicio mental o el desarrollo de redes sociales, produce la estimulación permanente del cerebro, lo que es sumamente positivo para contrarrestar las patologías. “Si a uno le toca un fenómeno de pérdida de neurona progresivo, que desemboque en estas demencias, en realidad uno va a tener cierto nivel de protección”, dice el Dr. Gallegos.
Agrega que “es importante considerar que cuando una persona tiene una vida activa -y sobre todo socialmente hablando-, genera una gama de influencias de bienestar, que producen en una serie de sustancias químicas en el cerebro, que también traen un factor de protección”.
Síntomas y acción
Dificultades en el habla, ceguera fugaz y problemas motores, como pérdida de movilidad en alguna extremidad del cuerpo, son algunas de las patologías que sirven de alerta ante posibles complicaciones cerebrales. “Si uno ve a un paciente que tiene todo este tipo de factores, es un fuerte predictor de que en algún tiempo más puede presentar una complicación mayor”, dice el Dr. Gallegos.
“Hay pacientes que tienen déficit de función a nivel de alguna parte del cuerpo. Eso es claro signo de que hay alguna arteria cerebral que está con un nivel de circulación crítico y que se puede tapar definitivamente en algún momento y generar un fenómeno más catastrófico, que implique la muerte de una zona cerebral”, profundiza el experto.
Por eso, el Dr. Gallego es taxativo a la hora de especificar lo peligroso que puede ser para la salud no tomar cartas en el asunto. “Si la persona es hipertensa, diabética, fumadora, obesa, sedentaria y con el colesterol muy alto, todos esos elementos constituyen un gran riesgo de infartos cardiacos o cerebrales”. Por eso aconseja a las personas a hacerse un chequeo preventivo que identifique si están presentes los factores de riesgo, así “van a proteger su cerebro de todas maneras”.