Participó en las Olimpiadas de Matemáticas de nuestra Universidad; fue presidente de la Feusach; se tituló como ingeniero matemático; viajó a Barcelona para hacer un Máster en Estadística e Investigación Operativa y hoy entrega sus conocimientos como profesor en nuestra Casa de Estudios. Es parte de la historia de Pablo Moyano.
La Universidad me preparó en ciencias exactas pero además me dio una formación integral que me ha servido para el desarrollo de mi vida, desde cómo me paro a mirar el mundo. Di mis primeros pasos allí. Es muy gratificante ahora ser profesor de la Usach y tratar de transmitir lo que yo recibí de la Universidad, es decir formar profesionales de excelencia al servicio de la sociedad.
Pablo Moyano comenzó en primero medio a vincularse con nuestra Universidad a través de las olimpiadas y el campeonato nacional de matemática . Vino a la Usach y se enamoró de su Campus. En ese momento no imaginó que su vida estaría ligada a la Universidad de Santiago de Chile, como dirigente estudiantil y luego como docente en la Facultad de Ingeniería y en la Facultad de Administración y Economía.
“Me gustaba mucho el ambiente cultural que había en la Usach. Recuerdo a jóvenes recitando poesía en las cercanías de la radio, o en el patio de la EAO participando de foros académicos, políticos o recitales de Inti Illimani”, comenta con nostalgia.
¿Cómo fueron esos años de estudiante y tu regreso a tu alma mater ahora como profesor?
Unamuno decía que los vientos de la sociedad deben soplar más fuerte en los patios de la Universidad. Constantemente en la EAO recibía boletines de alguna organización o hablaba con académicos, así que me fui involucrando en la política universitaria con mi centro de estudiantes, del cual fui presidente. En esos años nos importaba el financiamiento de nuestros compañeros, tener una buena biblioteca, que se les pagara a tiempo a los ayudantes…esas cosas cotidianas me hizo meterme en lides mayores. En el 2006 ya me dediqué con más energía a la dirigencia estudiantil. En 2009 fue presidente de la Feusach. Fui vicepresidente del Comité de Estatuto Orgánico que trabajó entre 2006 y 2008 arduamente en elaborar propuestas que se plebiscitaron en 2009 y que por problemas de quórum no se aplicó. En el plebiscito del año pasado me tocó votar como profesor por horas clase.
Después de terminar la carrera entiendo que trabajaste y continuaste tus estudios en el extranjero. ¿Recomiendas seguir un master en Europa?
Siempre he trabajado en el sector público. Estuve en el Servicio Nacional de la Discapacidad dedicado al análisis de datos y a la estadística, generando insumos para la toma de decisiones. Luego entré a la Subsecretaria General de Gobierno por 4 años y de ahí me fui a Barcelona a estudiar un Master en Estadística e Investigación Operativa. Fue una experiencia distinta por una gran brecha generacional. Mis compañeros eran bastante más jóvenes que yo pese a que tenía 30 años. Yo me fui con esposa e hijo Y es duro salir del espacio de confort y las redes de apoyo de la familia, pero fue una linda experiencia por el crecimiento personal. Mi master fue en la Universidad Politécnica de Cataluña, UPC, donde estuve casi dos años.
Fue una actualización de ciertos conocimientos pero que tienen que ver con el uso de nuevos software o tecnologías, no tanto profundizar en cuestiones teóricas que en el pregrado abundan. Me abrió posibilidades de conocer nuevos ámbitos para mí como la bioestadística. Hoy trabajo también en la Posta Central aplicando lo que conocí allá. No fue una profundización del conocimiento teórico, sino más bien busque este master para profundizar mi desarrollo profesional. Recomiendo seguir un master después del pregrado. La Universidad de Santiago tiene un prestigio que con los recientes 7 años de acreditación te da un puntaje superior para postular a Becas Chile.
¿Qué se logra en términos personales con hacer un master fuera del país?
Te abre el mundo. Uno como provinciano en el último lugar del mundo, puede conocer nuevas realidades, más allá de lo profesional y de los aspectos cotidianos. Estas experiencias te nutren. En lugares tan cosmopolitas como Barcelona conoces otro tipo de realidades, compartes con estudiantes chinos, noruegos y centroamericanos. Estar en ese espacio es muy relevante.
Pablo Moyano hace clases a primeros y segundos años de Ingeniería Civil, y en la FAE hizo a primero y segundo año de ingeniería comercial, lo que le llena de orgullo. Solo lamenta que su incorporación como docente se vea limitada por la pandemia
“No conocer a mis estudiantes limita el trato y la relación que podemos formar; muchos de ellos ni siquiera conocen el Campus lo cual es una lástima. Me gusta mucho la historia de las matemáticas, entonces en mis clases hablo de los matemáticos, y les muestro desde Google Maps el patio de la EAO que tiene dibujado a grandes matemáticos en sus paredes. A pesar de la dificultad que significa el formato virtual producto de la pandemia, a pesar de que contamos con menos tiempo en los módulos de clases, creo que los docentes hemos realizado una gran labor, veo el trabajo en la preparación de las clases y reconozco el gran esfuerzo de mis colegas para entregar todos los contenidos porque tenemos que garantizar que el profesional que egrese sea de excelencia.
¿Qué es para usted la Universidad de Santiago?
La Universidad me preparó en ciencias exactas, pero además me dio una formación integral que me ha servido para el desarrollo de mi vida, desde cómo me paro a mirar el mundo. Di mis primeros pasos allí. Es muy gratificante ahora ser profesor de la Usach y tratar de transmitir lo que yo recibí de la Universidad, es decir formar profesionales de excelencia al servicio de la sociedad.
Autor:
José Flores
Fotografía:
Cedida