Fernando Atria, cree que de proseguir el actual ritmo de deterioro de los planteles públicos, dentro de una década, sólo serán instituciones de educación superior de carácter privado las que estarían pensando el futuro de Chile.
Pablo Ruiz- Tagle, se declaró “muy pesimista” respecto del futuro de los planteles públicos.
Un escenario difícil y adverso, incluso “pesimista”, para el funcionamiento y la sostenibilidad de las Universidades Estatales, advirtieron expertos de distintas disciplinas en el marco del seminario “Rol de las Universidades Estatales en Chile”, organizado por el consorcio que agrupa a los 16 planteles públicos del país y que tuvo lugar este viernes (16) en dependencias de la Universidad de Santiago.
A juicio de los especialistas, hay amenazas externas e internas, que acentuarán la difícil situación actual que viven varias de estas instituciones de educación superior, ante lo cual también plantearon propuestas dirigidas a afrontar un panorama adverso.
Para el abogado Pablo Ruiz- Tagle, académico de la U. de Chile, una de las mayores dificultades externas que enfrentan las universidades estatales es cómo el Gobierno toma las decisiones sobre su funcionamiento.
“Las decisiones las toman, en el ministerio de Hacienda, un grupo de profesionales sectorialistas, que no ven la luz del sol y que toman decisiones, por telecomando, sobre lo que se hace en materia universitaria y educacional en Chile”, planteó.
Ruiz-Tagle sostuvo además que se debe revisar el sistema de endeudamiento de las universidades estatales, el que a su juicio no debe ser con la banca ni a tasas de interés del 5 y 6 por ciento, por lo que propuso crear un fondo público para ellas.
“Por qué no pedir, derechamente, que se pague la deuda de las universidades del Estado, que tiene en calidad de pedigüeños a las autoridades de las universidades estatales. Estas instituciones tienen que tener un fondo que les dé libertad, puedan tomar decisiones y arriesgarse”, aseveró.
Desde una mirada de la Universidad de Chile hacia el resto del sistema universitario estatal, el economista del Cieplan y académico de la Casa de Bello, Patricio Meller, se declaró “muy pesimista” respecto del futuro de los planteles públicos.
El experto enunció los que son, a su juicio, los “agentes destructores” de las universidades estatales, pasando por los bajos aportes de recursos de parte del Estado –disminución sostenida desde 1990-, y que el actual gobierno no perciba las diferencias entre universidades estatales y privadas, “lo que implicará que los recursos para las primeras seguirán disminuyendo”, sentenció.
En esta línea, el economista criticó las formas de movilización de los estudiantes de los planteles públicos. Según Meller, la toma y “vejación” de la Casa Central de la U. de Chile es sólo la punta del iceberg,
“Es preocupante el planteamiento de los dirigentes estudiantiles de las universidades estatales tendiente a convertir a estas instituciones en el mecanismo de cambio social, estructural e institucional de Chile. Las universidades estatales deben estar centradas en su gran responsabilidad académica”, sostuvo.
Discrepando en parte con el planteamiento del profesor Meller sobre los estudiantes, el académico de la U. de Chile y abogado, Fernando Atria, aseguró que el movimiento estudiantil logró “cambiar el sentido común” de la ciudadanía sobre aspectos sustanciales del sistema de educación superior.
El jurista reflexionó sobre el sentido de lo público en el ámbito de la educación superior y cómo las universidades del Estado logran establecer una diferencia respecto de instituciones privadas.
“El punto de partida es preguntarse cuál es la función pública que uno espera que las universidades desempeñen. El paso siguiente es ver si hay o no una conexión entre el hecho que una universidad sea estatal y que sea más probable que desempeñe esa función pública. Uno esperaría, por ejemplo, que una universidad (estatal) tuviera una agenda de investigación vinculada a problemas de interés público”, comentó Atria.
Una de las amenazas más graves para las universidades estatales, que visualiza el abogado Atria, es que frente al actual ritmo de deterioro de los planteles públicos, dentro de una década sólo serán instituciones de educación superior de carácter privado las que estarán pensando el futuro de Chile.