Hace dos días se conocieron detalles de un presunto fraude al interior de Carabineros que, hasta el momento, ha provocado la remoción de nueve oficiales. Los hechos se produjeron entre 2010 y 2015, periodo en el que un capitán recibía depósitos desde una cuenta institucional para luego repartir el dinero entre otros funcionarios policiales. La fiscalía ya investiga los antecedentes.
Al respecto, el sociólogo y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Cristián Parker, advierte que “esto puede encaminarse hacia el derrumbe de las instituciones, como sucedió en Argentina (en 2001), donde llegó un punto en que hicieron renunciar a varios Presidentes bajo el lema ‘que se vayan todos’. Es decir, una crisis generalizada”, sostiene.
Aunque reconoce que es pronto para asegurar que la situación detonará con tal magnitud en el corto plazo, enfatiza que la situación es “grave”, ya que involucra “a una de las pocas instituciones que no había padecido, hasta el momento, de una situación de pérdida de confianza de parte de la ciudadanía”.
“Lo peor sería que esto genere un descontento generalizado respecto a la totalidad de las instituciones, y se piense que todos son lo mismo: todos son corruptos, todos hacen lo que quieren, todos violan la ley, todo da lo mismo y, por lo tanto, todos pueden hacer lo mismo también”, estima.
“Creo que esto aún no llegará hasta allá, pero hay que evaluar el hecho en su justa medida”, agrega. “Este no es un asunto menor. Desde el punto de vista de lo que piensa la ciudadanía, ya es el colmo. Hay fraude por todos lados y, ahora, también de Carabineros”, subraya.
Con todo, el académico señala que este hecho repercutirá en los índices de confianza de la institución policial en próximas encuestas, “pero no llegaremos a una situación en que la mayoría desconfía”.
Sin embargo, hace hincapié en la importancia de que este tipo de conductas no sean amparadas por la institucionalidad política, porque podría provocar un efecto adverso. “Esto debe ser investigado por la Justicia y cuestionado por el resto de las instituciones políticas y sociales. Tiene que haber una condena moral, así como la ha recibido el Ejército en su momento”, indica.
Por otra parte, sostiene que “estas situaciones de corrupción, en un año electoral, sin duda deben ser abordadas en la agenda de todas las campañas presidenciales”.
Finalmente, concluye que se debe prestar atención al problema estructural del que deriva este y otros hechos vinculados a la política, el Ejército y la Iglesia. “Hay un sistema que está incitando a la corrupción, que favorece motivaciones orientadas a cómo obtener dinero fácil sin importar la ética, y eso está afectando a todas las instituciones”, concluye.