- El académico del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad, Dr. Luis Díaz Robles, expresa que es necesario que los municipios afectados por las inundaciones, desplieguen todos sus esfuerzos para quitar las masas de lodo.
El académico del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad, Dr. Luis Díaz Robles, expresa que es necesario que los municipios afectados por las inundaciones, desplieguen todos sus esfuerzos para quitar las masas de lodo.
Explica que esas acumulaciones representan un foco de contaminación importante que puede repercutir severamente en la salud de la comunidad, sobre todo en niños y adultos mayores.
Como se conoce, el desborde del río Mapocho la madrugada del domingo último, trajo consigo que calles, locales comerciales y edificios residenciales de la comuna de Providencia, fueran invadidos por una espesa capa de lodo, con un promedio de medio metro de profundidad en algunos puntos.
Para el académico, es prioritario que se activen protocolos de limpieza que permitan extraer la masa de tierra y agua lo antes posible.
La preocupación del especialista tiene como base que -al secarse- el barro deriva en polvo y al entrar en contacto con las personas, puede significar complicaciones para la salud, especialmente para quienes sufren enfermedades broncopulmonares, como el asma.
Polución en la ciudad
Añade el especialista, que el fango que queda en las calles, luego de un desastre natural, también repercute en la calidad del aire, porque al perder humedad, sus partículas se elevan o resuspenden, incrementando los niveles de polución de la ciudad, especialmente en las áreas más afectadas, como en este caso la comuna de Providencia.
Si no hay una buena limpieza, el barro “una vez que se seca, y producto de una mayor temperatura y la circulación de vehículos, puede subir los índices de contaminación”.
Agrega que el lodo al provenir del río Mapocho, presenta un sinfín de microorganismos patógenos cuyo contacto generan graves consecuencias para la salud.
“Si bien no hay aguas servidas, siempre ha habido problemas sanitarios en el río Mapocho y el lodo podría tener parte de esos microorganismos patógenos que luego se pueden resuspender”, advierte.
Expresa el ingeniero ambiental que al exponerse al material particulado, las personas sufren problemas respiratorios. Además, considerando que las temperaturas bajarán, se “acentuarían estos problemas, especialmente en adultos mayores que son quienes viven en la zona más afectada de Providencia”, dice el Dr. Díaz.
El experto estima que es necesario que las municipalidades actúen con prontitud y rapidez, con el fin de reducir las complicaciones que ocasiona el polvo resuspendido.
“Es una tarea indispensable para preservar la salud de la población”, subraya.
La advertencia
Las recomendaciones que el Dr. Luis Díaz propone son en consideración a la crisis de contaminación que se vivió en marzo del 2015 en Copiapó debido al aluvión que afecto la zona y que conllevó el aumento del polvo resuspendido.
“Cuando ocurrieron esos derrumbes el año pasado, los lodos tenían metales pesados, producto que cerca habían relaves mineros. Entonces, el polvo resuspendido se caracterizó por contener altos niveles de metales pesados”, afirma el académico.
En ese contexto, hubo numerosas consultas por crisis obstructivas bronquiales, y de asma. Asimismo, se registraron casos de dermatitis y alergias.
Finalmente, el Dr. Díaz enfatiza que es necesario desplegar, a la brevedad, todos los recursos necesarios para erradicar la presencia de barro en las calles e inmuebles afectados.
“Va a costar pero en la medida que se apuren los municipios, aquello va a contribuir a que no se incrementen los efectos del polvo”, concluye.