- Entendemos que existe la posibilidad real de hacer un gobierno universitario distinto, que respete a la comunidad; que valore la tradición centenaria de nuestra Universidad y que la reconduzca a su rol fundamental de ser un agente estatal promotor de que nuestra nación se acerque, a pasos mayores, a niveles de desarrollo que la integren como actor en la sociedad del conocimiento.
- Nuestra Universidad es una gran institución y merece que la discusión sobre el nuevo Gobierno universitario post- DFL 149 (entendido esto como gobierno universitario post-autoritarismo) se haga sobre ideas.
Nuestra Universidad tiene, actualmente, una institucionalidad que fue diseñada durante la dictadura militar y que desecha la participación de la comunidad en el Gobierno Universitario. Por años hemos hecho esfuerzos por obtener dicha participación y el mayor de nuestros anhelos, el estatuto plebiscitado el año 2008, no se ha concretado. Nuestra rectoría se compromete a realizar todas las acciones para hacerlo realidad y, en el intertanto, conversar con los actores involucrados para que haya un acuerdo político que permita el funcionamiento de una modalidad de Consejo Superior con las atribuciones allí señaladas.
Otro compromiso que asumimos es que la dirección ejecutiva superior de la Universidad no se hará sólo con las unidades del gobierno central. Estableceremos el Comité de Coordinación Superior que señala el estatuto de 2008.
Decanos y Directores de unidades académicas no tienen instrumentos reales para concretar planes de desarrollo y, la verdad, no tienen presupuesto a su disposición para realizarlos. Por ello estableceremos descentralizaciones en las contrataciones, de académicos y funcionarios, y en el uso de las partidas presupuestarias de gastos vigentes a mayo del año en curso.
Los académicos somos una parte esencial de la Universidad. Libertad, independencia de pensamiento y estabilidad laboral son condiciones sine qua non para la contribución crítica de una comunidad universitaria a su sociedad.Estableceremos mecanismos de ingreso, permanencia, promoción y retiro de la planta académica regular que serán claros y conocidos por todos y para todos.
Los alumnos son una parte esencial de la academia. Nuestra sociedad requiere que formemos profesionales e investigadores, todos emprendedores, para que ejerzan liderazgo en su ejercicio profesional y generen el cambio y el progreso que el país requiere. La formación de ellos no es sólo al nivel de conocimientos sino que, y de manera fundamental, como personas con capacidad reflexiva y valores. En nuestra rectoría haremos una carrera del ayudante, mejoraremos los espacios comunes, las salas de clases, los laboratorios y bibliotecas de pre y posgrado con estándares de universidad moderna.
Los funcionarios no son parte de la academia pero cumplen una labor esencial al funcionamiento de ella. Nuestro gobierno universitario establecerá una carrera funcionaria que apoye, estimule y premie el mérito, la calidad y la eficiencia.
La investigación, la innovación, el desarrollo tecnológico son partes del trabajo de la academia en la Universidad moderna. En cada ámbito hemos establecido un plan de acción para fortalecer lo que hay en este momento, modificar lo que es necesario y cambiar lo que ya está obsoleto. En lo anterior, promoveremos acciones de colaboración para fortalecer diversos temas centrales al desarrollo nacional en ciencia básica y aplicada.
El país está ad portas de lo que sería la mayor reforma educacional llevada a cabo en los últimos 30 años, creemos que la USACH puede y debe liderar este proceso con una rectoría que incluya en el debate a nuestros pares expertos y que valore su contribución.
En general, y durante la próxima rectoría, asentaremos nuestra infraestructura y organización de tal manera que responda a los niveles de universidad moderna para nuestra comunidad.
Un período rectoral dura sólo cuatro años pero, como no, en nuestra propuesta estamos invitando a todos a construir la Universidad comprometida que queremos, donde fluya el diálogo y la conciencia crítica para potenciar nuestro rol en la sociedad y contribuir de manera más efectiva al desarrollo nacional.
Juntos, es posible. Vota 5. Labarca Rector.