- “Chile cuenta con una legislación laboral en materia de derechos colectivos, que no se condice con las necesidades de una economía moderna y con los avances de una sociedad democrática”, expresó el Subsecretario de Previsión Social, Marcos Barraza. El personero visitó nuestra Universidad para dictar la charla Los Desafíos de la Reforma Laboral. Entre varios aspectos, la autoridad recalcó la necesidad de cambiar el sistema de relaciones sindicales que hoy rige en el mundo del trabajo.
A las 11:30 de la mañana de ayer, arribó al salón de honor de nuestro Plantel el Subsecretario de Previsión Social, Marcos Barraza, con la firme convicción de exponer los pilares fundamentales de la reforma laboral que propone el gobierno, y que han generado amplio debate a nivel nacional.
En la oportunidad, el personero -quien recibió el título de psicólogo social y clínico en nuestra Universidad- criticó la visión de algunos empresarios quienes consideran que no hay temas pendientes, en la materia. “Esta visión no solo grafica un profundo sesgo antisindical, sino que entra en una profunda contradicción con la realidad”, dijo la autoridad.
Innovaciones en la materia
La titularidad del sindicato, es decir que dicho órgano sea el único facultado para negociar con el empleador, constituye uno de los puntos centrales dentro de las innovaciones que impulsa el Ejecutivo.
A eso se suma, la simetría en el proceso de consensuar posiciones, estableciendo como herramienta legal el derecho a huelga. Además, se propone transparentar la información respecto a las empresas en conflicto, nivelando la cancha entre los grupos pactantes y promoviendo mejoras acordes a la realidad de cada entidad.
Para Marcos Barraza, las leyes laborales que rigen hoy en Chile, nacieron al alero del escepticismo de ciertos grupos de la sociedad, que no distinguían a los sindicatos como órganos legítimos de representación para los trabajadores. “Esa desconfianza persiste hasta hoy en algunos sectores, lo que se expresa en que se refieren a la reforma laboral, de manera un tanto despectiva, como una reforma sindical”, subrayó.
Por eso, la autoridad está convencida de que es necesario establecer nuevas reglas, que establezcan vínculos que generen mayor confianza y autonomía entre las parte.
“Nuestra convicción es que resulta urgente modificar el marco normativo que rige las relaciones colectivas en Chile. No solo por un tema de legitimidad social y política, sino también porque debemos dotar al país de condiciones institucionales que permitan el desarrollo de relaciones laborales colaborativas en la empresa basadas en la confianza y en el despliegue de mayores grados de autonomía de las partes”, enfatizó.
Hay ideas rectoras tras la reforma, expuso Barraza. La modernización de las relaciones laborales y el fortalecimiento de los derechos colectivos, “son tareas de la más alta trascendencia para el país, sus trabajadores y sus empresas. Por eso, desde el primer momento hemos asumido esta misión con decisión y apertura de diálogo”, explicó.
Además se agregan, “mayor justicia distributiva y equidad al balancear de manera más equilibrada los recursos institucionales con que cuentan las partes al negociar” y “mayor productividad, al ampliar las materias, fomentar la colaboración y facilitar la adaptación a los ciclos económicos”. Finalmente, y no menos importante, “paz social, para la convivencia de las relaciones laborales”.
Críticas al empresariado
El Subsecretario Marcos Barraza, también fue crítico con la postura del empresariado, quien ve como erróneas las bases que sustentan la reforma. “Estos sectores sostienen que no existirían desafíos pendientes en el ámbito de las relaciones laborales o al menos no serían prioritarios en materias tales como mejor distribución del proceso productivo, mecanismos de diálogo y cooperación al interior de las empresas, los acuerdos para mejorar la organización del trabajo y la conflictividad laboral”.
“Esta visión no solo grafica un profundo sesgo antisindical, el mismo que nutrió el plan laboral de José Piñera, sino que entra en una profunda contradicción con la realidad”, sentenció.
Agregó que “resulta fundamental que exista un marco normativo adecuado para el ejercicio de los derechos colectivos y ese es uno de los objetivos que persigue la iniciativa de nuestro gobierno”.
Al cerrar su alocución, la autoridad valoró que la discusión sobre la reforma laboral, haya traspasado las esferas políticas, y que actualmente sea un tema que abarca a la sociedad en su conjunto. “Hoy gracias al liderazgo de la Presidenta Bachelet, y el impulso decidido que le ha otorgado a su agenda programática, nadie pone en duda que Chile necesita modernizar su modelo de relaciones laborales, mejorando el entorno normativo de los instrumentos para el desarrollo del ejercicio de la negociación colectiva”, concluyó.