Desde su lanzamiento oficial en marzo de este año, la Unidad de Protección de Derechos de Funcionarios/as de nuestra Universidad se ha encargado de promover, entre todos/as los/as integrantes de la comunidad, la importancia de trabajar en un ambiente laboral saludable y continúan avanzando en difundir su labor.
"No sólo necesitábamos un marco de acción en esta materia tan sensible, sino que los cambios demandados por el país, también nos exigían a nosotros como Plantel una profunda transformación social, por medio de un cambio de mentalidad que erradique las prácticas que no promuevan la buena convivencia de funcionarios y funcionarias", subrayó el prorrector.
En septiembre de 2020, la Universidad de Santiago de Chile crea la Unidad de Protección de los Derechos de Funcionarias y Funcionarios, en el marco del Protocolo Institucional de Actuación frente al Maltrato y Acoso Laboral en el Plantel.
Dependiente del Departamento de Desarrollo de Personas de la Prorrectoría, la Unidad, que se lanzó oficialmente en marzo de este año, busca promover y velar por los derechos laborales, encargándose de recibir denuncias y proponer instancias de mediación cuando corresponda.
El prorrector, Dr. Jorge Torres Ortega, destacó que este protocolo y Unidad son productos de la Política de Desarrollo de Personas, impulsada en 2019. "A través de ellos, se renueva el compromiso de la Universidad de que las personas se encuentran en el centro de nuestra gestión institucional", remarcó.
"No sólo necesitábamos un marco de acción en esta materia tan sensible, sino que los cambios demandados por el país, también nos exigían a nosotros como Plantel una profunda transformación social, por medio de un cambio de mentalidad que erradique las prácticas que no promuevan la buena convivencia de funcionarios y funcionarias", subrayó la autoridad.
Confianza y confidencialidad
Hasta la fecha la evaluación es positiva, de acuerdo a la jefa de la Unidad, abogada Alejandra Véliz Aleluya, asegurando que se han mantenido fieles a los principios y objetivos de trabajo planificados para el año en curso, con apego a la Resolución que creó la Unidad.
En primer lugar, se puso en funcionamiento una oficina que, por primera vez, da la posibilidad a funcionarios y funcionarias de la Universidad de exponer sus conflictos laborales, recibiendo orientación y acogida en el difícil momento que enfrentan.
Por las condiciones sanitarias, esta actividad se ha desarrollado en modalidad online, y quienes cursan una solicitud de orientación, son recibidos por el equipo en forma oportuna y en un espacio de confianza y confidencialidad.
En paralelo, la Unidad levantó con éxito el curso de capacitación "Técnicas y herramientas de actuación frente al maltrato y acoso laboral", una actividad de prevención con cuatro versiones programadas para este año y que ha recibido gran interés de parte de la comunidad universitaria.
En estas materias, agregó Véliz, la prevención permite sensibilizar a todos/as los/as integrantes del Plantel sobre la importancia que tiene trabajar en un ambiente laboral saludable, aprender técnicas para resolver conflictos y reconocer conductas de acoso laboral y maltrato para evitarlas en nuestros espacios de trabajo, y presentar la técnica de mediación como una alternativa para resolver conflictos en aquellos casos no constitutivos de acoso laboral.
Por otra parte, en este último trimestre del año, junto con iniciar una campaña comunicacional para dar a conocer sus principales funciones, la Unidad se encargará de reanudar la aplicación del Cuestionario Istas 21 en la comunidad universitaria, tras ser suspendido por la pandemia. Esta actividad se realiza por requerimiento de la Mutual de Seguridad, y tiene por objetivo detectar factores de riesgo psicolaboral en los ambientes de trabajo.
Sensibilizar a la comunidad
Uno de los principales problemas que afectan los ambientes de trabajo en la Universidad, es la falta de una buena comunicación entre los/as integrantes de cada equipo.
A partir de esta deficiencia, se originan conflictos laborales que, si no son corregidos oportunamente, con el transcurso del tiempo pasan a constituir maltrato o acoso laboral. Por tanto, puntualizó Véliz, un gran desafío es que los/as funcionarios/as adquieran conocimientos en técnicas para resolver conflictos en sus fases iniciales, cuando son menos graves.
Con Véliz coincide la psicóloga de la Unidad, Trinidad Muñoz Walther, quien agregó que si bien aún quedan desafíos por delante, principalmente centrados en la prevención y sensibilización sobre la temática, la creación de la Unidad es un paso en el camino correcto.
Recordó que antes, quienes denunciaban sentían que quedaban a la deriva, sin saber dónde dirigirse o a quién hacer sus consultas sobre el proceso. "Ahora existe una Unidad especializada, donde un equipo mantiene el contacto con los/as denunciantes y afectados/as de manera frecuente, hacemos contención y acompañamos durante todo el procedimiento en tanto lo requieran", explicó.
Importancia de la etapa inicial
Para la psicóloga, el principal aporte de la Unidad es ayudar a funcionarios/as a reconocer conflictos y también a buscar y aprender estrategias que les permitan solucionarlos. En ese sentido, agregó que la mejor forma de prevenir situaciones más graves es reconocer los conflictos cuando comienzan y muchos de ellos se pueden resolver a través de una conversación, llegar a acuerdos que permitan a los equipos crecer y trabajar de forma armónica.
Para lo anterior, reiteró, la Unidad puede entregar apoyo y herramientas para la resolución autónoma del conflicto. Sin embargo, cuando quienes consultan sostienen que ya no pueden resolverlo por su cuenta, existe la posibilidad de apoyar con instancias alternativas de resolución y aquí es donde aparece la mediación.
La psicóloga insistió que los conflictos son inherentes a todas las relaciones humanas, y por lo tanto, a todas las instituciones de trabajo. "Siempre decimos que un conflicto es tan 'bueno' o 'malo' como sea la gestión que se haga del mismo, es decir, si encontramos herramientas para resolverlo de manera positiva y funcional, el conflicto es una instancia de aprendizaje y crecimiento", dijo Muñoz.
Por el contrario, explicó, si este se ignora o se resuelve de manera poco funcional, vulnerando derechos, improvisadamente, o incluso dejándose llevar por emociones como la rabia, esto es terreno fértil para que los mismos se agraven y puedan transformarse en situaciones más complejas, como acoso o maltrato laboral.
"Es por esto que la mejor estrategia para prevenir estas situaciones es detectar los conflictos oportunamente, y al mismo tiempo, poder apoyar a las personas con herramientas que les permitan resolverlos y generar aprendizajes de esa situación", concluyó.
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Autor:
Carolina Reyes Salazar
Fotografía:
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