- El especialista en redes sociales del Centro de Innovación en Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales (Citiaps), Ph.D. Javier Velasco, afirma que el incremento de usuarios activos de esta herramienta tecnológica reviste nuevos peligros, como las conversaciones silenciosas de niños y adolescentes (vamping) o el intercambio de fotografías privadas que llegan a otros usuarios (sexting).
El servicio de mensajería móvil, Whatsapp, está dando mucho que hablar en el último tiempo. La semana pasada su fundador, Jan Koum, anunció que esta aplicación llegó a los 600 millones de usuarios activos en todo el mundo y, próximamente, este servicio incorporará un sistema de notificación que permitirá a sus usuarios saber si el mensaje enviado fue leído por el destinatario. Sin embargo, su exitoso posicionamiento no está exento de peligros.
El éxito de este servicio se debería a que es un sistema fácil de usar, flexible y que permite comunicarse a bajo costo. “Este foco en pocas herramientas le da mucho poder. Como resultado, permite administrar las comunicaciones privadas de forma muy eficiente”, indica el Ph.D. Javier Velasco, investigador del Centro de Innovación en Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales (Citiaps) de la U. de Santiago de Chile.
”Una vez que se logra una determinada masa crítica de usuarios la tecnología se propaga por presión social, es el caso de Chile, donde te quedas fuera de contacto con amigos si no estás en Whatsapp. Por ejemplo, este servicio es muy usado como canal de apoderados en los colegios, por tanto, si no usas Whatsapp te quedas fuera de las noticias y comentarios del curso de tu hijo”, explica el especialista en redes sociales.
Respecto a cómo repercute el uso de esta aplicación en la vida de las personas, el investigador plantea que depende de cada usuario. “Los beneficios, problemas y hábitos, dependen de las personas; de cómo adoptan estas herramientas. Algunas de estas prácticas estarán dadas por preferencias personales, así como otras por factores sociales y culturales. Por ejemplo, diferentes países dan distintos usos a estas mismas herramientas. Si bien Whatsapp en Chile es prácticamente obligatorio, en los Estados Unidos es muy poco común”, comenta.
Por otra parte, plantea que esta herramienta potencia todo lo bueno o malo de la comunicación humana, agregando que “la comunicación mediatizada puede ser muy eficiente, pero siempre deja mucho espacio para malos entendidos, lo que puede llevar a conflictos entre las personas”.
Los nuevos peligros
Uno de los grupos más susceptibles a sufrir problemas por el mal uso de estas nuevas herramientas tecnológicas son los menores de edad. Según explica el experto de Citiaps, los niños y adolescentes “pueden pasar toda la noche conversando silenciosamente en sus camas (vamping) mientras sus padres piensan que están durmiendo. También está el sexting: personas, incluyendo adolescentes y menores, que comparten fotografías y mensajes eróticos con otros y gracias a estas tecnologías se vuelve muy fácil que esta información alcance muchos más destinatarios de los que originalmente se esperaba”.
A lo anterior, se suma el uso que están dando bandas organizadas de ladrones a Whatsapp, herramienta a través de la cual están "marcando" a personas que giran sumas importantes de dinero en un banco, para luego asaltarlas.
En relación a la seguridad de los datos de los usuarios, el especialista de la Universidad de Santiago, plantea que “no debemos olvidar que esta herramienta es ofrecida por empresas privadas que buscan generar rentabilidad con el servicio. Nosotros lo vemos como una forma de comunicación privada, pero la empresa detrás de la herramienta tiene acceso a todas nuestras conversaciones, lista de contactos, frecuencia de comunicaciones, así como el historial de dónde circulamos por la ciudad y el mundo con nuestros teléfonos. Si consideramos que Whatsapp fue adquirida por Facebook, una empresa que se caracteriza por procurar información privada en forma bastante agresiva, podemos imaginar que esto representa una situación muy incierta, además todo se maneja fuera de Chile con legislaciones extranjeras”.
El académico recomienda a los usuarios tener cuidado con las contraseñas y mantener el teléfono bloqueado, porque si bien estas comunicaciones son privadas, en la práctica, siempre serán monitoreadas por las empresas que las administran.
Aplicación pagada
Durante mucho tiempo se ha anunciado que Whatsapp cobrará por su uso, ante este panorama el Ph.D. Javier Velasco plantea que, de concretarse este anuncio, es probable que la popularidad de este servicio de mensajería se vea afectada. “Es muy complejo comenzar a cobrar por un servicio que las personas están acostumbradas a tener en forma gratuita. Creo que la mayoría de las personas abandonarían en servicio en busca de alternativas gratuitas, las funcionalidades de esta herramienta no son demasiado especiales, su mayor activo es la base de usuarios, no la tecnología”.